Aprender a gestionar las emociones
¿Se pueden gestionar las emociones? Estoy convencida: se puede. No solo eso, sino que cuando somos capaces de gestionarlas, nuestras posibilidades crecen de forma inmediata, tanto a nivel personal como a nivel profesional.
Es importante conocer como reaccionamos ante los estímulos que nos rodean. Tanto como lo es saber calibrar y controlar la cantidad de respuesta emocional que nos interesa. Estos aspectos nos ayudarán a no gastar nuestras fuerzas y energías de forma inadecuada e innecesaria.
Un ejemplo, ¿de qué me sirve enfadarme con gran intensidad con un desconocido? Es más que probable que no vuelva a verlo en la vida. De esta manera, lo único que estoy haciendo es gastar una energía valiosa de forma improductiva. Energía que podría canalizar hacia actividades mucho más satisfactorias. Porque, para colmo, esta sensación de disgusto se prolongará en el tiempo mucho más de lo que sería razonable.
“La persona inteligente emocionalmente tiene habilidades en cuatro áreas: identificar emociones, usar emociones, entender emociones y regular emociones.”
–John Mayer-
Conocer para gestionar las emociones
Temo que un buen número de personas piense que las emociones no son controlables ni gestionables, que es algo que surge y nos inunda. Sentimos miedo o amor y no sabemos cómo, por qué y, lo que aún es peor, no nos planteamos la posibilidad de comprender y gestionar esos sentimientos.
No profundizamos en este tema, y el resultado es que no nos tomamos el tiempo suficiente para conocer y comprender las distintas emociones y cómo nos afectan.
Por este motivo en tantas ocasiones confundimos los sentimientos. Es fácil llegar a pensar que alguien está enfado, cuando realmente está preocupado. No es un hecho banal, al contrario, una mala percepción de las emociones produce una confusión que puede llegar a puede producir graves consecuencias en nuestras relaciones interpersonales.
“Las emociones pueden dejarte en el camino o dejarte sobre el camino.”
-Mavis Mazhura-
Pero, para poder distinguir los sentimientos, necesitamos primero conocerlos e identificarlos en nosotros mismos. Es el primer paso imprescindible para después ser capaces de hacer lo mismo en los otros y dar el siguiente paso, que es aprender a gestionar con eficacia nuestras propias emociones..
Las fases para identificar y gestionar las emociones
Es necesario poner nombres a esas emociones que sentimos en un momento dado. Es fundamental pararse a averiguar, en el instante exacto, qué es lo que sentimos, respondiendo a la pregunta ¿Qué siento exactamente? ¿Ira, enfado, disgusto…? Y hay que hacerlo desde la sinceridad.
Porque la primera fase para poder gestionar la emoción sería identificarla. Es fácil reconocer emociones, las vemos en los demás. Lo que las hace complejas es el hecho de que suelen producirse varias a la vez. Podríamos decir: “me siento infeliz”, pero, ¿qué quieres decir realmente? ¿Estás: triste, enfadado, avergonzado, celoso, te sientes culpable…? ¿Cuál responde a tu sentimiento?
Llega entonces el segundo paso inevitable e imprescindible. Solo cuando identifiques esas emociones podrás profundizar, analizar y tomar decisiones al respecto. Separar e identificar las emociones me permite saber lo que siento, aprender a conocerme mejor y, partiendo de esta base, afrontar de una forma más eficaz mis retos. En definitiva, a gestionar las emociones de una manera eficiente.
“Si no controlas tus habilidades emocionales, si no tienes consciencia de ti mismo, si no eres capaz de controlar tus emociones estresantes, si no puedes tener empatía y relaciones efectivas, entonces no importa lo inteligente que seas, no vas a llegar muy lejos.”
-Daniel Goleman-
Si nos enseñaran desde la infancia a identificar y gestionar las emociones, la vida sería más fácil. Si no tuvimos la suerte de que nos lo enseñaran siendo niños, ahora es el momento de empezar.