
Un modo de reducir el peso asfixiante de la ansiedad es aprendiendo a cambiar nuestro enfoque mental. Así, algo tan adecuado como cultivar el sentido de esperanza en el día a día nos ayudaría a disolver la impronta de esta…
¿Sientes que no disfrutas los buenos momentos de tu vida porque siempre estás preocupado(a) por algo?¿Piensas casi permanentemente en el futuro de tus hijos, en problemas económicos o de salud?¿Son las preocupaciones la mayor parte de tu pensamiento en el día a día?
Es necesario que aprendamos a liberarnos de esos pensamientos negativos y que aprendamos a vivir plenamente, aprovechando todo lo bueno que la vida tiene para ofrecernos. Si te sientes abrumado(a) por las preocupaciones, este artículo es para ti.
«La catástrofe que tanto te preocupa, a menudo resulta ser menos horrible en la realidad, de lo que fue en tu imaginación.»
-Wayne W. Dyer-
Muchas personas se preocupan porque creen que esta es la mejor manera de prevenir o resolver los problemas. Sienten que si no se preocupan, están siendo irresponsables. Si no piensan en los problemas o posibles problemas, éstos aparecerán y traerán graves consecuencias.
Si bien es cierto que un cierto grado de preocupación nos ayuda a evitar o resolver algunas situaciones, la preocupación exagerada, que nos impide relajarnos para disfrutar de un bonito día de sol o de una fiesta, no aporta nada positivo a nuestra vida, sino todo lo contrario.
…se trata de una situación del pasado. Es obvio que no se puede hacer nada para cambiar lo que ya sucedió. Lo que sí se puede hacer es aprender del error o intentar mejorar las consecuencias en el presente, pero no se puede modificar el pasado.
…es un problema que no tiene solución, o cuya solución no está en nuestras manos. Si no podemos hacer nada al respecto, la preocupación no tiene sentido, ¿verdad? Claro, no es tan sencillo, pero debemos hacer el esfuerzo de abandonar esos pensamientos negativos e improductivos que nos amargan el día.
…es un problema que tiene solución. Si puedes hacer algo respecto del problema que te preocupa, entonces deja de preocuparte y ponte manos a la obra. En otras palabras: haz lo que tengas que hacer. Si la solución no está en tus manos, luego de hacer todo lo que esté a tu alcance, deja de preocuparte, pues ya hiciste todo lo que podías.
Este es un ejercicio que puede ayudarte a mirar los problemas con mayor objetividad y a lograr que las preocupaciones no invadan tus pensamientos permanentemente.
Y para finalizar, algunos otros consejos para minimizar las preocupaciones y disfrutar de la vida:
Y nunca olvides lo siguiente: aunque a veces nos cueste ver esto claridad, estar bien y ser feliz son decisiones que se toman. Debemos hacernos conscientes del gran poder que está dentro de cada uno de nosotros. Cuando nos proponemos algo, solo debemos tener confianza en que lo podemos lograr y hacer lo que corresponda para conseguirlo.