Aprender con música puede cambiar la estructura de tu cerebro

Aprender con música puede cambiar la estructura de tu cerebro
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 04 octubre, 2018

Hace tiempo que sabemos que la música puede jugar un importante papel en el aprendizaje. De hecho, aprender con música estimula distintas  partes del cerebro. En este sentido, diferentes estudios han demostrado que disfrutar de determinadas canciones o melodías mejora la memoria de los pacientes con algunos tipos de demencias, como el Alzheimer.

La música puede ayudarnos a retener mejor la información y a optimizar el aprendizaje, ya que los sonidos pueden ayudar a mantener nuestra atención, evocar emociones y estimular imágenes visuales. Así, estudiantes de todas las edades podrían utilizar este tipo de ayuda para mejorar su concentración y hacer más fuerte el recuerdo de la materia que están intentando asimilar.

Una de las grandes ventajas de utilizar música en el aprendizaje es que se puede elegir un estilo concreto para cada fin. De hecho, los expertos sugieren qué estilo es más óptimo para adquirir un conocimiento concreto.

¿Qué música es mejor para estudiar?

Es buen momento para hacer una importante diferenciación: no es lo mismo estudiar que aprender. Mientras que el objetivo del estudio es el aprendizaje, no todo aprendizaje llega a través del estudio. De hecho, a pesar de que sabemos que la música puede jugar un papel importante en el aprendizaje, muchos expertos aseguran que, para estudiar, lo mejor es el silencio.

Sin embargo, la música puede ser muy buena aliada para crear ambiente. En este sentido, se ha encontrado que determinadas melodías pueden mejorar ciertas habilidades cognitivas, como la inteligencia espacial. También se ha comprobado que la música puede ayudar a crear el estado perfecto de la mente para estudiar.

Mujer china aprendiendo con música

Por ejemplo, se puede usar una “melodía optimista” para motivar el aprendizaje, especialmente canciones con letras que fomentan el pensamiento positivo. También podemos usarla para elevar los niveles de energía, para enfocar la atención o para relajarnos en los descansos.

Otra cosa bien distinta es utilizar la música como recurso para estimular la memoria y hacer que los recuerdos dejen una huella más profunda en nuestra memoria, de modo que el aprendizaje se convierta en algo más sensorial y/o interactivo. En este sentido, determinado tipo de melodías o de letras puede ser una gran aliada para padres y profesores.

Mención aparte merece la utilización de la música cuando esta se emplea para mantener la concentración en situaciones en las que no es posible estar en silencio o resulta muy difícil aislarse de otro tipo de ruidos que dificultan la concentración. De hecho, a muchas personas les cuesta mantener la atención cuando hay ruidos externos.

En este sentido, investigadores del Instituto Politécnico Rensselaer de la Universidad en Troy, Nueva York, descubrieron recientemente que la adición de un elemento natural podría aumentar el estado de ánimo y el enfoque.

Así, los sonidos de la naturaleza pueden enmascarar tanto el habla inteligible como el ruido blanco, al tiempo que mejoran el funcionamiento cognitivo, optimizando la capacidad de concentración. Si bien es cierto que este estudio se centraba en aumentar la productividad de los trabajadores, en cierto modo podemos generalizar sus resultados para atenuar problemas de concentración durante el estudio debidos a ruidos externos.

Aprender habilidades físicas con música produce cambios en el cerebro

Mención aparte merece el aprendizaje de destrezas o habilidades más físicas. En un nuevo estudio, elaborado por un equipo de investigadores de la Universidad de Edimburgo, y que ha sido publicado recientemente en la revista médica Brain & Cognition, se ha encontrado que el uso de la música para aprender o practicar una destreza física (aprendizaje implícito o procedimental) desarrolla una parte importante del cerebro.

Los investigadores encontraron que las personas que practicaban un movimiento básico con música mostraban una mayor conectividad estructural entre las regiones del cerebro que procesaban el sonido y controlaban el movimiento.

Esto supone una gran noticia, especialmente para las personas que han perdido algún grado de control de movimiento, ya que el estudio podría tener implicaciones positivas para la investigación futura en la rehabilitación de estas personas.

En este sentido, el estudio sugiere que la música marca una diferencia clave. Según los investigadores, la música anima a la gente a moverse y, de hecho, este estudio proporciona la primera evidencia experimental de que la adición de señales musicales para el aprendizaje de nuevas tareas motoras puede conducir a cambios en la estructura de la sustancia blanca en el cerebro.

Para el estudio, los investigadores dividieron a los voluntarios diestros en dos grupos y les propusieron de aprender una nueva tarea que implicaba secuencias de movimientos de los dedos con la mano no dominante. Un grupo aprendió la tarea con señales musicales mientras que el otro grupo lo hizo sin ellas.

Después de cuatro semanas, ambos grupos de voluntarios desempeñaron igualmente bien las secuencias de aprendizaje. Sin embargo, tras el análisis de las imágenes de resonancia magnética de los voluntarios, el estudio encontró que el grupo que aprendió con música mostraba un aumento significativo en la conectividad estructural en el lado derecho del cerebro, mientras que el grupo que aprendió sin música no mostró ningún cambio. Es por esto que el equipo espera que la investigación futura determine si la música puede ayudar con tipos especiales de programas de rehabilitación motora.


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