Artemisia Gentileschi, biografía de una pintora barroca
Artemisia Gentileschi fue una pintora barroca del s. XVI. Como muchas otras mujeres en la historia del arte, su nombre estuvo oculto durante muchos años.
Historiadores y coleccionistas atribuyeron las obras de Gentileschi a otros artistas masculinos. Así, la vida y obra de Artemisia Gentileschi ilustran el machismo del s. XVI.
En la actualidad, Artemisia es reconocida como una pintora de los comienzos del barroco italiano. Sus obras muestran el carácter y las pinceladas características de la época y una profundidad en los personajes única. En este artículo, trataremos de acercarnos a esta mujer olvidada por la historia, pero que, sin duda, merece un importante hueco en ella.
Infancia y juventud de Artemisia Gentileschi
Artemisia Gentileschi nació el 8 de julio de 1593 en Roma, en lo que se conocía como los Estados Papales, Italia. Fue una talentosa pintora, primogénita de Prudentia Montone, que falleció cuando Artemisa tenía 12 años, y Orazio Gentileschi, un conocido pintor.
Su padre fue uno de los principales seguidores del revolucionario pintor barroco Caravaggio. La artista fue una importante defensora de la segunda generación del dramático realismo de Caravaggio.
Artemisia mostró rápidamente grandes dotes para el arte y comenzó a aprender de su padre. Orazio era amigo de Caravaggio, el provocador y salvaje pintor al frente de la escena artística de Roma.
Una vez se acusó a Orazio y Caravaggio de escribir un graffiti difamatorio en las calles de Roma sobre otro pintor. Durante el juicio, Orazio contó una anécdota sobre la visita de Caravaggio a su casa para pedir prestadas algunas alas de ángel. Gracias a estos datos, sabemos que el gran artista debió mantener una estrecha relación con la familia Gentileschi y sugiriere que la hija mayor, Artemisa, lo habría conocido.
Como alumna de su padre y del pintor de paisajes Agostino Tassi, los trabajos de Artemisia son difíciles de distinguir de estos pintores. Al principio, Artemisia Gentileschi pintó en un estilo que no se distingue de la interpretación un tanto lírica de su padre, siguiendo a Caravaggio.
Su primera obra conocida es Susana y los ancianos (1610), una obra realizada por ella que se le ha atribuido a su padre. También pintó dos versiones de una escena ya ensayada por Caravaggio (pero nunca intentada por su padre), Judith decapitando a Holofernes (c. 1612-13; c. 1620).
Artemisia Gentileschi, una víctima de abuso
En 1611, Orazio fue contratado para decorar el Palazzo Pallavicini-Rospigliosi en Roma, junto al pintor Agostino Tassi. Con la esperanza de ayudar a Artemisia, que entonces tenía 17 años, a perfeccionar su técnica de pintura, Orazio contrató a Tassi para que la ayudara.
Esto le dio a Tassi acceso individual a Artemisia y durante una de sus sesiones de tutoría, él la violó. Tras la violación, Artemisa comenzó una relación con Tassi creyendo que iban a casarse.
Sin embargo, poco después, Tassi se negó a contraer matrimonio con ella. Orazio tomó la inusual decisión de presentar cargos contra él por violación y el juicio posterior se prolongó durante siete meses.
Artemisia era virgen hasta el momento de su violación y el juicio reveló otros detalles escandalosos, como diversas acusaciones de que Tassi había asesinado a su esposa.
Como parte de los procedimientos judiciales, Artemisia tuvo que someterse a un examen ginecológico para demostrar que había perdido la virginidad en el momento de la violación. Además, fue obligada a declarar bajo tortura, con el fin de probar la veracidad de su testimonio.
Para un artista, esta forma de tortura podría haber sido devastadora, pero Artemisia, afortunadamente, evitó el daño permanente a sus dedos. Su apasionado testimonio, en el que afirma que pudo haber matado a Tassi después de la violación, da una serie de pistas acerca de su inusual carácter para la época y su determinación.
Tassi, finalmente, fue hallado culpable y castigado por ser exiliado de Roma. La sentencia nunca se llevó a cabo ya que Tassi recibió protección del Papa debido a su habilidad artística.
Muchas de las pinturas posteriores de Artemisia Gentileschi muestran escenas de mujeres atacadas por hombres o en posiciones de poder en busca de venganza.
Gentileschi en Florencia bajo la protección de los Médici
Un mes después de dar por concluido el juicio, Orazio hizo los arreglos para que Artemisia se casara con el artista Pierantonio Stiattesi. Posteriormente, la pareja se mudó a la ciudad natal de Stiattesi, Florencia.
En Florencia, Artemisia recibió una de sus primeras comisiones importantes, un fresco en la Casa Buonarotti. El sobrino del pintor había convertido la casa de Miguel Ángel en un monumento y museo.
En 1616, se unió a la Academia de Diseño de Florencia convirtiéndose en la primera mujer en hacerlo. Esto le permitió comprar sus suministros artísticos sin el permiso de su esposo y firmar sus propios contratos. También obtuvo el apoyo del Gran Duque de Toscana, Cosimo II de Médici, de quien recibió varias comisiones lucrativas.
En Florencia, comenzó a desarrollar su propio estilo distintivo. A diferencia de muchas otras artistas del siglo XVII, Artemisia Gentileschi se especializó en pintura de historia en lugar de bodegones y retratos.
En 1618, Artemisia y su esposo tuvieron una hija, Prudentia, que lleva el nombre de la madre fallecida de Artemisia. Alrededor de este periodo, Artemisia comenzó un apasionado romance con un noble florentino llamado Francesco Maria di Niccolò Maringhi.
La historia de este amor está documentada por una serie de cartas de Artemisia a Maringhi, que fueron descubiertas por el académico Francesco Solinas en 2011. De modo poco convencional, el marido de Artemisia llegó a saber sobre el asunto y usó las cartas de amor de su esposa para conseguir dinero de Maringhi.
“Mi ilustre señoría, les mostraré lo que puede hacer una mujer”.
-Artemisia Gentileshi-
El noble Maringhi fue parcialmente responsable de mantener a la pareja financieramente. Las finanzas eran una preocupación frecuente para ellos debido al mal manejo del dinero por parte de Stiattesi.
Vuelta a Roma, vuelta a Caravaggio
Los problemas financieros, sin olvidar los rumores generalizados sobre el romance de Artemisia, provocaron desacuerdos entre la pareja y, en 1621, Artemisia regresó a Roma sin su marido. En la ciudad, continuó volvió a sus influencias con las innovaciones de Caravaggio y trabajó con varios de sus seguidores, incluido el pintor Simon Vouet.
No tuvo tanto éxito en Roma como había esperado y hacia fines de la década pasó algún tiempo en Venecia, probablemente, en busca de nuevas comisiones.
Los colores de Artemisia Gentileschi son más brillantes que los de su padre. Sin embargo, continuó empleando el tenebrismo popularizado por Caravaggio mucho después de que su padre abandonara ese estilo.
En la corte inglesa: periodo tardío
Alrededor de 1630, se trasladó a Nápoles y en 1638 llegó a Londres, donde trabajó junto a su padre para el rey Carlos I.
Padre e hija colaboraron en las pinturas del techo del Gran Salón en la Casa de la Reina Henrietta Maria, esposa del Rey Carlos I, en Greenwich. Después de la muerte de su padre en 1639, permaneció en Londres durante varios años más.
Mientras estuvo en Londres, Artemisia pintó algunas de sus obras más famosas, incluyendo su Autorretrato como Alegoría de la pintura (1638). Según su biógrafo Baldinucci (quien anexó su vida a la biografía de su padre), la artista pintó muchos retratos y superó rápidamente la fama de su padre.
Más tarde, probablemente en torno a 1640 o 1641, se estableció en Nápoles, donde pintó varias versiones de la historia de David y Betsabé, pero poco se sabe de los últimos años de su vida. La última carta que se conserva data de 1650 e implica que aún estaba trabajando activamente en ese momento.
La fecha de muerte es incierta; hay algunas pruebas que sugieren que aún trabajaba en Nápoles en 1654. Así, se ha especulado que puede haber muerto como consecuencia de la plaga que devastó la ciudad en 1656.
Legado de Artemisia Gentileschi
El legado de Artemisia Gentileschi ha sido controvertido y complejo. Aunque fue muy respetada y conocida durante su vida, tras su muerte, fue omitida casi por completo de los relatos históricos del arte de la época.
Esto se debe, en parte, a que su estilo era a menudo similar al de su padre y muchas de sus obras se le atribuyeron erróneamente a Orazio. El trabajo de Artemisia fue redescubierto a principios de 1900 y fue particularmente defendido por el erudito de Caravaggio, Roberto Longhi.
“Mientras viva tendré control sobre mi ser”.
-Artemisia Gentileschi-
Los relatos académicos y populares de su vida y pintura, sin embargo, fueron coloreados por interpretaciones exageradas y demasiado sexualizadas. En cierto modo, esto se debe a la difusión de una novela sensacionalista sobre Artemisia publicada por la esposa de Longhi, Anna Banti, en 1947.
En las décadas de 1970 y 1980, algunas historiadoras de arte feministas, como Mary Garrard y Linda Nochlin, reivindicaron a la artista. Las historiadoras se centraron en sus importantes logros artísticos y su influencia en el curso de la historia del arte, más que en su biografía.
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