¿Ataque de pánico o ansiedad? 5 puntos en los que se diferencian
Ya has recibido tu diagnóstico, pero no sabes muy bien cuáles son las diferencias entre un ataque de pánico o ansiedad*. Muchas personas confunden estos dos términos; sin embargo, ambos tienen algunas características diferenciales a las que conviene prestarles atención. Conocer mejor estos dos trastornos te ayudará a saber qué te está pasando y a entender mejor el plan de intervención que el especialista va a diseñar para ti.
La ansiedad se ha convertido en un problema que afecta a una gran parte de la sociedad; no solo a las personas adultas, sino también a las más jóvenes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la ansiedad es la novena causa principal entre los adolescentes de 15 a 19 años”.
1. La ansiedad no es momentánea
Esta es una de las principales diferencias entre un ataque de pánico o ansiedad. El ataque de pánico surge cuando sientes que estás en peligro (inconscientemente). En cuanto el motivo que te ha provocado ese ataque ya no esté, el ataque de pánico desaparece. ¿Puede durar horas? Por lo general dura unos minutos, unos diez, aunque en algunas personas puede durar algo más.
¿Qué ocurre con la ansiedad? Pues que aunque la situación que hayas podido interpretar como peligrosa ya no esté, la persona sigue experimentando síntomas, como náuseas, mareos, nerviosismo, malestar, preocupación, etc. La ansiedad estará presente en el día a día. Por eso, intentarás evitar aquellas circunstancias que te la provocan y te sentirás ansioso la mayor parte de tu tiempo.
2. El ataque de pánico es un término clínico
Alice Boyes, autora del libro The Healthy Mind Toolkit, afirma que el ataque de pánico es un término clínico. Surge como de la nada, de manera abrupta. Así, esta autora hace referencia a los ataques de pánico que te pueden despertar por la noche. La ansiedad no actúa de esta manera.
Hay personas que sienten ansiedad al subirse a un avión o tener que conducir. De forma contraria a los ataques de pánico, en lo relativo a la ansiedad hay un factor donde tienen especial importancia las expectativas o la respuesta ante una situación ya vivida en el pasado.
La ansiedad es una reacción ante algo concreto (conocer a alguien, presentarse a un examen, etc.). En cambio, el ataque de pánico surge sin que la persona sepa identificar la causa; por eso es tan desconcertante y produce tanta indefensión.
3. Los síntomas frecuentes son distintos
Puede que asocies ese bolo histérico -que tienes en tu garganta y que aparece cuando menos te lo esperas- a un ataque de pánico. Sin embargo, este es uno de los muchos síntomas en los que debes fijarte, ya que en este caso se trata de un trastorno por ansiedad. ¿Qué otros síntomas pueden alertarte? La dificultad para dormir, la sensación de nerviosismo que perdura, tener problemas intestinales, como la diarrea repentina y sin motivo alguno, no ser capaz de controlar las preocupaciones y que te sientas tentado a evitar las situaciones que te generan ansiedad.
Con respecto al ataque de pánico, los síntomas son algo distintos. En estos casos pueden aparecer mareos o sensación de aturdimiento, dolor o molestias en el pecho, palpitaciones muy fuertes, miedo a morir y a perder el control, entumecimiento y hormigueo en las extremidades, entre otros síntomas igual de desagradables. Con todo, recuerda que el ataque de pánico no dura días, sino, como mucho horas. Con la ansiedad es todo lo contrario.
“Ocultar o reprimir la ansiedad produce, de hecho, más ansiedad”.
-Scott Stossel-
4. Las preocupaciones no te llevan a un ataque de pánico
Puede que tengas pensamientos obsesivos o que te preocupes demasiado, quizás sientas que muchas veces pierdes el control, que empiezas a respirar más deprisa, que ese bolo histérico se instala en tu garganta… En este contexto, aunque en ocasiones los síntomas parezcan insoportables, no es un ataque de pánico, sino que se trata de ansiedad.
Los ataques de pánico aparecen cuando nos sentimos amenazados -puede ser, por ejemplo, un estímulo que nos recuerde una experiencia traumática del pasado; los podemos apreciar en muchas series o películas en los que vemos el regreso del frente de batalla por parte de los soldados-.
En muchas ocasiones, la persona es incapaz de identificar lo que ha provocado el ataque de pánico. Sentirás que te puedes morir, puedes hasta tener los síntomas de un infarto, se te puede paralizar alguna parte del cuerpo, temblarás…
5. La ansiedad puede generar un ataque de pánico
Por último, una de las razones por las que suele confundirse el ataque de pánico con la ansiedad es porque están relacionados. Cuando la ansiedad persiste en el tiempo se pueden producir ataques de ansiedad o, mejor dicho, ataques de pánico. Es una reacción del cuerpo que alerta de que la ansiedad ha rebasado los límites. Pero esto es momentáneo y una vez el ataque de pánico desaparezca la ansiedad volverá en forma de preocupaciones, insomnio, dolores de barriga, etc.
Estas son algunas de las diferencias entre el ataque de pánico o ansiedad. Se confunden cuando se habla de ellos, pero no son iguales. Eso sí, conviene acudir a un psicólogo que pueda ayudar a resolver aquello que los está causando. Si es tu caso, en La mente es maravillosa encontrarás a muchos profesionales dispuestos a ayudarte. Pues el ataque de pánico o ansiedad pueden afectar a tu calidad de vida. Es el momento de que esto deje de ser así.
“La ansiedad no solo afecta negativamente a su espíritu y su potencial, sino que también a la habilidad de cuidarse a sí mismo en mente y espíritu”.
-Jonathan Davidson-
*Nota editorial: en el artículo, hablamos de ansiedad como aquella reacción que acompaña a la preocupación por una amenaza identificada, como puede ser un viaje en avión o tener que hablar en público. Siendo estrictos, en los ataques de pánico también existe ansiedad, de hecho también se les conoce como crisis de ansiedad. Por lo tanto, animo al lector a que entienda el artículo en este sentido.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Alzola, F. G., & Mascaraque, P. S. Trastornos por ansiedad y trastorno obsesivo-compulsivo en la infancia y la adolescencia.
- Marrero, R. R., & del Rivero, E. D. P. F. (2019). Trastornos de ansiedad. Medicine-Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 12(84), 4911-4917.
- Lopez Rueda, O. J. (2019). Evaluación y diagnóstico del trastorno de pánico, desde el análisis del manual diagnósticos DSM V.