Descubrimos la bibliomanía: la pasión desmedida por el libro
¿Cuántas veces has escuchado a padres, familiares y amigos pronunciar frases del tipo “nene, deja ya el móvil que te vas a volver tonto”? ¿Y cuándo dicen “pareces una adicto al teléfono”? Son situaciones que parecen de reciente cuño, pero al fin y al cabo, la adicción a la tecnología no deja de ser una adicción más, y como tal, humana. Lógicamente, pese a que la alta tecnología es un fenómeno muy actual, la adicción no. Así pues, antaño, cuando alguien sentía pasión desmedida por los libros, sufría una adicción llamada bibliomanía, que evidentemente sigue produciéndose hoy día.
¿A qué viene esta introducción? Resulta evidente que hace 100, 200 o 500 años los niños, jóvenes y adultos no se podían enganchar al móvil, obviamente. Pero sí que gustaban de los entretenimientos de la época. En este caso encontramos pasatiempos como la comida, el baile, la música, el sexo… Y por supuesto, los libros. Es decir, todos ellos posibles objetos de provocar adicción. Por eso hoy nos centramos en el mundo de la obsesión por la lectura.
“Tenía nueve años cuando me enteré de los tres incendios de la biblioteca de Alejandría y me eché a llorar”
-Ray Bradbury-
¿Qué es la bibliomanía?
Así el tema, los profesionales consideran la bibliomanía como un trastorno psíquico consistente en una pasión exagerada e incluso enfermiza por los libros. De esta forma, el adicto vive obsesionado por comprar, coleccionar y almacenar libros.
No obstante, no pensemos que todo el mundo que adora los libros y colecciona grandes bibliotecas es un bibliomaníaco. En el caso del trastorno se debe dar un comportamiento obsesivo que llega hasta la patología. Supera la simple afición o el amor por los libros y la lectura.
Aun así, esta afección tiene tratamiento psicoterapéutico. De ahí que esta locura (manía en griego) por los libros (biblion en griego) puede ser tratada con un plan terapéutico adecuado.
El curioso momento en que la bibliomanía subió al candelero
La bibliomanía es un trastorno psicológico que probablemente nos acompaña desde que comenzamos a leer y crear bibliotecas. Sin embargo, no fue popularmente conocido bajo este nombre hasta hace unos años. El momento tuvo lugar en Rusia durante el siglo XIX.
En la Biblioteca Imperial Pública de San Petersburgo trabajaba un célebre doctor, Alois Pichler. La pasión de este hombre por los libros le granjeó el apodo del “librero extraordinario”. Sin embargo, su entrega al papel y la lectura escondía oscuras pasiones.
Este hombre sufría tal adicción por los libros que años después se descubrieron unos 4500 ejemplares en su casa. Sin embargo, el origen de estas obras no era otro que el robo de la biblioteca en que había trabajado.
Así pues, este hecho dio lugar a un mediático juicio donde el abogado de Pichler alegó que su cliente sufría de bibliomanía en un desesperado intento por salvar a su representado. Y aunque la treta no tuvo éxito, la palabra se puso muy de moda, tanto en Rusia como por toda Europa, y muy especialmente en Gran Bretaña.
La bibliomanía en el mundo actual
Esta peculiar afección ha dado pie a curiosos eventos. Por ejemplo, la publicación en 1842 del libro Bibliomania, or Book Madness: A Bibliographical Romance. Fue escrito por Thomas Frognall Dibdin, figura que recopiló historias de bibliomaníacos a lo largo de la historia. Sin embargo, hoy en día, esta afección tiene cada día menor incidencia. ¿El motivo? Nuestros jóvenes y no tan jóvenes millenials han olvidado qué es un libro con hojas, lomos, portadas, etc.
En la actualidad el ebook está ganando una reñida carrera al libro tradicional. Así pues, quizás en el futuro exista algún trastorno relacionado con gente que colma la capacidad almacenadora de un libro electrónico, pero parece que el futuro de la bibliomanía no va más allá.
No obstante, si algún día sucede el improbable caso de gente que se pase el día enganchado el e-reader, probablemente ya no sea un problema de bibliomanía. No hay que olvidar que este trastorno psicológico no es únicamente amor desmedido por la lectura. Su pasión va más allá. El olor del papel, los lomos, las ilustraciones… el libro se convierte en un objeto de desmedido culto.
“Que otros se enorgullezcan por lo que han escrito, yo me enorgullezco por lo que he leído”
-Jorge Luís Borges-
No sabemos si conoces a alguien que pueda sufrir bibliomanía. En realidad no es un trastorno muy habitual. Pero si es el caso, ya sabes que tiene tratamiento. No obstante, el amor por los libros y la lectura es algo maravilloso, como tanto de cuanto nos rodea. Pero como en todo, en el exceso o el defecto suele estar el error.