Bipolaridad, encontrando el equilibrio en el balancín
¿Te has subido en un balancín? Si ese es un recuerdo de tu infancia, entonces sabes lo difícil que puede ser mantener el equilibrio. Parece que solo puedes estar en un extremo o en el otro. Porque mantenerse en el punto medio es extremadamente difícil. Así es la bipolaridad.
Para quienes sufren la bipolaridad, la vida es un balancín: un día arriba, donde el cielo casi se puede tocar con los dedos, y otro abajo, donde la tierra se mira de una forma peligrosa, tan peligrosa que dan ganas de estar debajo de ella para siempre.
Conocido por muchos años como enfermedad maníaco-depresiva, el trastorno bipolar consiste en experimentar periodos extremos: mucha energía, euforia extrema, sentimientos de grandeza y comportamiento errático, para después rodar depresión abajo, hasta tocar el fondo de la autoestima y tener dificultades para dormir, desesperanza y pensamientos suicidas, entre otras señales.
“La gente espera que niegue mi trastorno bipolar, mis experiencias con él y sus efectos para hacerles sentir mejor”
-Natasha Tracy-
Al igual que las estaciones, la bipolaridad es cíclica
Al igual que las estaciones, la bipolaridad es cíclica y dependiendo de la intensidad de los síntomas, hay quienes pueden tener veranos agradablemente cálidos o demasiado tórridos. El bipolar tipo I padece de un calor que puede llegar a quemar.
Aunque sufre el invierno de la depresión, en el bochorno veraniego tiene episodios eufóricos muy marcados, incluso con rasgos psicóticos, los cuales causan problemas sociales. Por ejemplo, un bipolar I puede creerse con poderes sobrenaturales y realizar actos peligrosos para sí mismo y para quienes lo rodean.
El bipolar II, por el contrario, después de que la nieve depresiva se derrite, disfruta de un cálido y agradable ánimo, con mucha energía y productividad. Asimismo, puede llover mientras el sol brilla: cuando eso sucede, estamos ante un episodio mixto. Un sol a medianoche: la persona cuenta con mucha energía, pero es negativa, llena de ansiedad, agresividad e ideas suicidas.
“El desorden bipolar puede ser un gran maestro. Es un reto pero puede hacerte ser capaz de hacer casi cualquier cosa en tu vida”
-Carrie Fisher-
La razón de este cambio climático es química: un desequilibrio entre los neurotransmisores cerebrales, las sustancias químicas que transmiten señales de una neurona a otra, fallan al regular los estados de ánimo. Aunque el motivo se desconoce, se sabe que puede ser hereditario y que, hasta el momento, no tiene cura.
¿Crees que tienes trastorno bipolar?
¿Crees que lo tienes? No te preocupes: puedes llevar una vida perfectamente normal. Existe una cantidad de mitos en torno a la bipolaridad que hacen ver a quienes lo padecen como criaturas impredecibles, en quienes no se puede confiar y que, en su locura, pueden en un momento gritarte para reírse a los dos minutos y luego echarse a llorar. Eso no es precisamente así: si bien existen “cicladores rápidos”, cuyo estado cambia en un breve período de tiempo, no siempre se presenta y difícilmente en un mismo día.
No pienses que estás loco. Lo que sucede es que, así como existen enfermedades crónicas, como la diabetes o el asma, a ti te ha tocado una y la buena noticia es que el trastorno bipolar puede tratarse y los estados de ánimo dejarán de saltar de un extremo a otro en el balancín emocional.
Los medicamentos adecuados y la psicoterapia, cuando sea necesaria, son un par de pinceles que se encargarán de tomar ese blanco y ese negro para mezclarlos en un equilibrado gris, que te regrese a una vida plena para disfrutarla con todos los matices posibles.
El hecho de que una persona sufra un trastorno bipolar no impide que pueda tener éxito en la vida
De esta manera, podrás gozar de tus días con tanta satisfacción como en tu infancia, cuando subirse en un balancín era divertido, mientras el sol de una sana estabilidad ilumine tu vida. No creas que está todo perdido y que tu día puede volverse negro sin poder evitarlo. Gracias al control de un profesional puedes llevar una vida totalmente normal.