Café, buenos amigos y los problemas se vuelven livianos
Té, café, buenos amigos y todo problema se vuelve liviano. La magia de esos instantes catárticos se inscribe en algo tan sencillo como saber apreciar el momento y desahogar tensiones en una conversación, mientras disfrutamos del ritual de una bebida caliente que a su vez, genera cambios muy positivos en nuestro cerebro.
Mihaly Csikszentmihalyi, uno de los psicólogos más conocidos en el estudio de la felicidad, nos indica que a pesar de pasarnos el día rodeados de gente e hiperconectados a las tecnologías y a todo tipo de estímulos, nos sentimos más solos que nunca. Nos hemos “desconectado” de la felicidad para olvidar el valor de esos buenos momentos que se crean, por ejemplo, alrededor de una mesa con unos amigos tomando té o café.
No debes esperar a que aparezcan los buenos momentos para ser feliz. Empieza siendo feliz, deja que la calma y el equilibrio fluya de tu interior y los buenos momentos vendrán solos.
Estos instantes de distensión que propiciamos alrededor de un ritual social como puede ser el salir a tomar algo, tiene en realidad un fin muy importante: crear anclajes emocionales. El café, el té o compartir una comida son experiencias positivas que estimulan nuestra química cerebral permitiéndonos ser más comunicativos, relajar el estrés y en esencia, asentar un recuerdo positivo en nuestra memoria emocional
Te invitamos a reflexionar sobre ello.
Los buenos momentos tienen más poder que los malos instantes
Un recuerdo catalogado como emocionalmente positivo perdurará en nuestra memoria antes que otro experimentado como negativo. Los buenos momentos tienen poder, trascendencia y una auténtica capacidad para cuidar de nuestra autoestima, y no lo decimos nosotros, sino un interesante estudio llevado cabo en la Universidad de Limerick, en Irlanda.
Las grandes locuras dejan buenos recuerdos porque son el reflejo de las mentes abiertas, de los corazones desafiantes que viven en el “aquí y ahora”.
Según estos autores, un hecho ligeramente desagradable tiende a desaparecer de nuestra memoria por un simple mecanismo de defensa de nuestro cerebro. Hemos de procesar rápidamente la negatividad para adaptarnos a los cambios, y algo que de verdad nos va ayuda a avanzar son los recuerdos positivos, ellos quienes alimentarán de forma óptima esa actitud positiva que nos empuja y nos ofrece aliento cada mañana.
Ahora bien, algo que nos sucede muy a menudo es que tendemos, cada vez más, a desconectar de la realidad, del aquí y ahora. Nos pasamos el día llevando a cabo actividades que podríamos llamar “de mantenimiento”: vestirnos, coger el coche, el metro, ir a trabajar, volver… Vivimos muy rápido pero, a su vez, desconectados de nuestra voz interior y de esa realidad donde acontecen las sensaciones, las emociones.
No es que experimentemos “malos momentos” propiciamos en realidad “un flujo vital neutro y aséptico” que nos aleja de por completo de la sensación de felicidad. Es como intentar coger agua con las manos y no sentirla. Te explicamos cómo vencer este estado.
Té, café y buenos amigos…
Te hablábamos al inicio de los beneficios del sano ritual de reunirnos para tomar un café o un té. Toda costumbre arraigada en una sociedad encierra en realidad un propósito que a veces descuidamos, y en este caso, algo tan sencillo como quedar con alguien ante una taza de café, puede hacer que pasemos de ese flujo vital aséptico a un instante positivo y sanador.
Ahora bien, esta costumbre es solo un pequeñísimo ejemplo de todo lo que podríamos hacer para permitirnos estar más presentes, para “arraigarnos” al aquí y ahora siendo más receptivos a nuestro mundo interior y a su vez, a todo ese tejido maravilloso de estímulos, sensaciones y conocimientos que nos envuelve en el exterior.
Beneficios de una taza de café en compañía
Una taza de café en buena compañía puede aportarnos numerosos beneficios:
- Según un artículo publicado en la revista “Pshychology Today,” la cafeína puede mejorar nuestras relaciones sociales al actuar como un estimulante suave. Optimiza el funcionamiento de esos neurotransmisores que facilitan la memoria, el buen humor y la comunicación.
- La sensación placentera de una bebida como el café o el té nos aporta endorfinas. Este bien estar interno nos relaja para disfrutar más de la conexión emocional con los amigos, con esas personas que nos son significativas, creando así un círculo de bienestar que retroalimenta nuestras emociones y equilibrio mental.
El placer y el compartir buenos momentos nos hace “estar presentes”, y toda experiencia positiva, como hemos indicado, actúa edificando una reserva cognitiva y emocional que nos fortalece y nos pone en contacto con la auténtica felicidad. La que se inscribe en las pequeñas cosas, las cosas que podemos favorecer cada día y que tan terapéuticas resultan para mente y corazón. Pongámoslo en práctica.