7 características de las personas emprendedoras
Las personas emprendedoras mueven el mundo, ayudándonos a avanzar como sociedad gracias a su visión y a su perspectiva. Ellas hacen que suceda aquello que otros solo imaginan o que ni siquiera conciben como posible. Constituyen un valioso capital humano y poseen unas características muy particulares. Si quieres conocerlas o descubrir si perteneces a este grupo de individuos, te invitamos a seguir leyendo.
Se estima que en el mundo existen unos 582 millones de emprendedores. En España, por ejemplo, la tasa de actividad emprendedora supone un 5,2 %. Se trata de una cifra relativamente pequeña si la comparamos con el total, pero lo cierto es que el emprendimiento está en alza. A continuación exploramos qué hace tan especiales a estas personas.
¿Quiénes son las personas emprendedoras?
Al hablar de este término solemos relacionarlo con la idea de crear nuevas empresas o negocios; pero no necesariamente tiene que ser así. Ser emprendedor es una actitud, que puede aplicarse en el ámbito laboral por cuenta propia, pero también implementarlo en un trabajo por cuenta ajena o incluso en un aspecto cultural y social.
Una persona emprendedora es quien tiene una idea innovadora, la cual convierte en un proyecto que saca adelante por sus propios medios, asumiendo los riesgos y consecuencias. Se aventura a crear y poner en marcha un plan que materialice esa visión que le apasiona.
Características de las personas emprendedoras
Hay que tener en cuenta que existen diferentes tipos de emprendedores, y en cada uno de ellos destacan más unas cualidades que otras. Además, toda persona en cierta medida necesita delegar o buscar apoyos para afrontar esas tareas en las que menos destaca. No obstante, hay una serie de características que suelen ser compartidas por las personas emprendedoras.
1. Creatividad y visión
Un emprendedor tiene una perspectiva diferente del mundo, una mente abierta y creativa y un desarrollado pensamiento divergente. Es excelente detectando oportunidades e identificando áreas o nichos de valor que aún no se han ocupado o desarrollado.
Piensa fuera del molde, ve más allá de lo establecido y se abre a un mundo de posibilidades que, si aún no existe, él mismo creará.
2. Iniciativa
De nada sirven la creatividad, las ideas y los sueños si no se pasa a la acción. Por esto, quien emprende es una persona con iniciativa, capaz de desplegar todos sus recursos para materializar su proyecto. No espera a recibir la aprobación o el apoyo externos, no necesita tener una red de seguridad para saltar; lo hace porque cree en su misión.
Es capaz de tocar puertas, buscar soluciones y resolver problemas con gran diligencia. No le teme a aprender y el miedo a cometer errores no le paraliza.
3. Pasión y entusiasmo
Estas son personas realmente apasionadas por aquello en lo que invierten su tiempo y energía. Sus proyectos representan su ikigai (o misión de vida) y por lo mismo se desenvuelven con facilidad y entusiasmo en ellos. Es esta convicción y energía la que les permite persuadir a otros, ya sean inversores o clientes, y hacer prosperar sus ideas.
4. Dirección, enfoque y disciplina
Las personas emprendedoras saben hacia dónde se dirigen y suelen tener una buena capacidad organizativa. Saben trazar un plan viable y seguirlo con disciplina y perseverancia. Sin esta cualidad, cualquier intento de crear será fallido, pues es necesario dar los pasos uno tras otro, sin perder de vista la meta y sin caer en una autocomplacencia que pueda estancarnos.
5. Resiliencia y flexibilidad
La mayoría de las historias de éxito de emprendedores están plagadas de tropiezos, caídas y cambios de rumbo. Y es que una de las principales características de estas personas es la resiliencia, la capacidad de hacer frente a las adversidades y salir de ellas fortalecidos.
No se rinden al primer obstáculo y, si algo falla, no abandonan sino que buscan enfocarlo de una forma distinta. Aprenden de cada experiencia y, en lugar de aferrarse a modos rígidos de proceder, están abiertos a realizar cambios.
6. Elevada autoconfianza
Como puedes ver, sacar adelante un proyecto propio es realmente complicado. Por ello, además de la pasión y la disciplina, algo que caracteriza al emprendedor es la autoconfianza. Saberse capaz, preparado y poseedor de las cualidades necesarias es lo que le da el impulso para aventurarse.
En realidad, no se trata tanto de cómo es la persona, sino de cómo se percibe. Por supuesto, la preparación y los conocimientos son necesarios; pero, por ejemplo, alguien que sufre síndrome del impostor difícilmente podrá dar el paso de emprender, pues no confía en su valor y en el valor de lo que puede ofrecer.
7. Deseo de libertad y autonomía
Por último, las personas emprendedoras suelen tener un gran deseo de libertad. Poder escoger el rumbo de su negocio, las horas a invertir, las mejoras a implementar… Esa autonomía resulta muy motivadora para ellos.
Al contrario que otras personas que prefieren evadir ese grado de responsabilidad y simplemente cumplir con sus funciones, para ellos involucrarse al 100% en su proyecto resulta apasionante.
Las personas emprendedoras también se hacen
En definitiva, la actitud emprendedora aúna una serie de cualidades muy claras. Hay quienes por su propia personalidad, o por la crianza recibida, las presentan en mayor grado desde temprana edad.
Sin embargo, todas ellas pueden fomentarse y desarrollarse. Si sientes una chispa emprendedora en tu interior, pero aún no tiene la suficiente fuerza, trabajar en las anteriores características puede ayudarte a desarrollar esa parte de ti que desconocías.
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