Carl Rogers, biografía de un humanista
Carl Rogers (1902-1987) está considerado como uno de los psicoterapeutas del siglo XX, igualando en trascendencia a figuras como Sigmund Freud. Aunque tiene sus detractores, lo que pocos se atreven a cuestionar es el impacto de su obra en la historia de la psicología.
Este psicoterapeuta desarrolló su trabajo en un tiempo en el que prácticamente solo se podía elegir entre el conductismo y el psicoanálisis. Sin embargo, en la práctica, muchos psicoterapeutas encontraban que los dos paradigmas no siempre tenían eficacia. Rogers abrió una nueva vía vigente hasta la actualidad.
Junto con Abraham Maslow, a Rogers se le considera el fundador de la psicología humanista, un enfoque basado en la empatía y en el respeto absoluto por las personas que acuden a terapia. A su modelo se le conoce como la «terapia centrada en el cliente» o «terapia centrada en la persona».
«Me siento conmovido y realizado cuando entreveo el hecho, o me permito la sensación, de que a alguien le importo, de que me acepta, me admira o me alaba».
-Carl Rogers-
Carl Rogers y sus orígenes
Carl Rogers nació el 8 de enero de 1902 en Oak Park (Illinois, Estados Unidos), un suburbio cerca de Chicago. Fue el cuarto de seis hermanos. Su padre era un ingeniero civil de prestigio y su madre una tradicional ama de casa. En su familia había una fuerte tendencia religiosa que Rogers definió como «muy estricta e intransigente».
Aprendió a leer muy pronto y por eso inició su educación primaria en segundo grado. Cuando tenía 12, años la familia se trasladó a una granja que quedaba a 30 millas de Chicago. Aparentemente, sus padres buscaban alejar a los chicos de «las tentaciones de la vida suburbana».
Carl pasó toda su adolescencia allí y se encontró con dos de los grandes intereses que mantendría a lo largo de su vida: las mariposas y la agricultura. Se dice que esto fue su primera aproximación a la ciencia. Por lo demás, fue un joven más bien solitario, bastante independiente y bastante disciplinado.
De las labores agrícolas a la psicología
En 1919, inició estudios en ciencias agrarias, en la Universidad de Wisconsin. Sin embargo, a los 2 años comenzó a estudiar historia. Después, comenzó su formación en teología en un seminario, ya que creyó tener vocación sacerdotal. En 1922 lo seleccionaron para participar en una conferencia internacional de la Federación Cristiana Estudiantil Mundial, en China.
El evento duró seis meses, en los que empezaron a producirse cambios en las ideas de Rogers. En particular, el acercamiento a la cultura oriental le llevó a dudar de algunos aspectos básicos de su religión. Al volver a Estados Unidos retomó sus estudios de historia y se graduó.
Poco después se casaría con Helen Elliott, a la que conocía desde niña. También hizo un nuevo seminario teológico en Nueva York, para más tarde emprender sus estudios en psicopedagogía en la Universidad de Columbia. Obtuvo su grado de doctor en psicología en 1931 y desde entonces tuvo una brillante carrera en esta área.
Unas aportaciones que han marcado la evolución de la psicología
Rogers fue muy influenciado en un comienzo por los grandes pensadores de su tiempo. Inició su práctica clínica en el Departamento de Estudios Infantiles de la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Niños. Allí sintió que los paradigmas teóricos no siempre eran tan eficaces en ciertos casos concretos.
Después de 12 años de trabajo con menores delincuentes dictó varios cursos en la Universidad de Rochester. En 1940 entró como profesor en la Universidad de Ohio y para entonces ya era consciente de que había desarrollado un nuevo modelo de atención psicoterapéutica. Entonces, aparecieron sus primeras publicaciones, que despertaron críticas, pero también mucho interés.
El doctor Rogers prescribió tres claves para que una psicoterapia fuera exitosa: la comprensión empática, la aceptación positiva incondicional y la congruencia. Esta última es la más importante y también la más compleja. Supone que no hay mucha distancia entre lo que alguien es y lo que debe ser. O, dicho de otro modo, una sincronización entre lo que se hace y lo más auténtico de uno mismo.
Rogers no solo le dio un vuelco a la psicoterapia, sino que también desarrolló una teoría de la personalidad y propuso el modelo de la «no directividad» en la pedagogía. Escribió hasta el final de su vida, en 1987. Su obra más destacada fue Terapia centrada en el cliente, publicada en 1951. Recibió numerosas distinciones y hoy se le recuerda como uno de los grandes de la psicología.
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- Brazier, D. (1997). Más allá de Carl Rogers (pp. 67-83). Desclée de Brouwer.
- Villegas i Besora, M. (1986). Psicologia humanística. Universitat de Barcelona. Anuario de Psicología, (1)34, p. 7-45. https://diposit.ub.edu/dspace/handle/2445/96920