Chernobyl: el enemigo es el hombre
Chernobyl se ha convertido en el éxito de la temporada. La miniserie recupera el desastre nuclear más grave de la historia y ha vuelto a poner en tela de juicio algunas de las decisiones que se tomaron aquellos fatídicos días.
Su trascendencia ha sido tal que, inevitablemente, pensamos en nuestro presente y en las consecuencias que podrían devenir de una catástrofe ambiental provocada por el hombre.
¿Quiénes son los responsables? ¿Quiénes son las víctimas? Chernobyl nos sumerge en el horror que se vivió a raíz de aquel ya lejano 26 de abril de 1986, aunque las consecuencias siguen siendo palpables.
Una ciudad fantasma, miles de vidas rotas y un gobierno cuya principal prioridad era la de guardar silencio. Este entramado político y trágico es lo que nos brinda Chernobyl, una historia de héroes, pero también de errores y silencios.
Secuelas de una catástrofe
Aunque el título de nuestro artículo no es muy alentador, lo cierto es que hubo hombres que fueron fundamentales para que el desastre no fuera mayor, auténticos héroes que la serie ha tratado de homenajear. La tragedia, que ya había quedado semienterrada en el pasado, ha resurgido de sus cenizas y está ahora en boca de todos.
Todos conocemos, en mayor o menor medida, qué fue y qué supuso el accidente nuclear de la centrar Vladimir Ilich Lenin en las proximidades de Prípiat (Ucrania). Este suceso activó las alarmas acerca de los peligros que podía desencadenar un accidente nuclear; así, esta energía, pese a ser una de las más limpias, se convirtió en un enemigo aterrador.
El debate estaba servido, la URSS en el punto de mira y la prensa alimentaba los rumores acerca de las enfermedades, mutaciones y consecuencias de la radiactividad.
Diversos investigadores han postulado que las consecuencias no fueron tan fatales como nos hicieron creer y dar una cifra aproximada del número de víctimas es realmente difícil. Aunque algunos estudios sí advierten un aumento en el cáncer de tiroides en las regiones más próximas que derivaría directamente del accidente.
Svetlana Aleksiévich recopiló en Voces de Chernóbil algunos testimonios de los supervivientes, la obra ha nutrido enormemente el nuevo éxito de HBO: Chernobyl. De la mano de un guionista arraigado a una comedia bastante absurda, Craig Mazin, y de un director de vídeos musicales, Johan Renck, surge lo inesperado, una serie sobria, trágica y sobrecogedora.
Chernobyl: las claves del éxito
La serie Chernobyl presenta una gran calidad en prácticamente todos los niveles, la época queda perfectamente retratada y narra los hechos de manera pausada.
Los tres personajes principales cobran vida gracias a las fantásticas interpretaciones de Jared Harris como Valery Legásov, Stellan Skarsgård como Boris Scherbina y Emily Watson como Ulana Khomyuk. Los dos primeros se encargan de ponerse en la piel de dos personajes fundamentales en la historia de la catástrofe, mientras el personaje de Ulana Khomyuk responde a un homenaje a todos los científicos que apoyaron a Legásov.
Chernobyl nos plantea dos argumentos fundamentales: por un lado, tenemos una trama claramente política en la que se desvelan los entresijos de la URSS, el secretismo y el engaño al que fue sometida la población; por otro, encontramos un argumento puramente humano y devastador, las verdaderas víctimas y héroes de aquel 26 de abril de 1986.
En clave dramática, pero sin alejarse de las intrigas del poder, del hermetismo de la Unión Soviética y, además, haciendo uso de algunos elementos que fácilmente podríamos encontrar en un filme de terror, Chernobyl nos presenta una realidad que supera cualquier ficción.
Los colores fríos acompañan una miniserie en la que no hay mucho lugar para la esperanza, la Unión Soviética queda retratada por esa frialdad. Pero, incluso en medio del desastre, algunos personajes logran aportar algo de luz, hablamos de la valentía desinteresada de los mineros, del sacrificio de los voluntarios, los bomberos… En definitiva, de aquellos hombres de a pie que arriesgaron su vida por salvar la de miles.
¿Por qué tiene éxito Chernobyl? Principalmente, porque revuelve en nuestra conciencia, en un pasado histórico todavía muy cercano cuya huella no ha sido eliminada; un pasado que recordamos hace tan solo unos años con Fukushima. La presencia del asesino invisible y silencioso se describe con detalle. De manera sencilla, alcanzamos a comprender la magnitud del desastre.
Pero no olvidemos que se trata de una coproducción británica y norteamericana, una versión de los hechos que se ha difundido a través de una plataforma de streaming y que, por lo visto, no ha gustado demasiado a los rusos.
Chernobyl utiliza un lenguaje cinematográfico al que estamos muy acostumbrados y acude a elementos conocidos por el gran público. Tal vez, si tuviéramos que ponerle algún ‘pero’ ese sería el hecho de que parece contentarnos a todos y la visión no es totalmente imparcial.
Aunque se trata de una serie sobresaliente, podemos ver en ella algún atisbo de melodrama, algún elemento un poco forzado y, quizás, cierta falta de profundidad con algunos personajes secundarios. Aun así, no hay duda de su calidad, de su éxito y de que ha logrado poner sobre la mesa un asunto que no debería ser olvidado.
Chernobyl: héroes y víctimas
Nuestro paso por el mundo es devastador, esa es la sensación que se le queda a uno tras ver Chernobyle investigar un poco acerca del estado actual de la zona de exclusión. A través de escenas desgarradoras, descubrimos que los humanos no fueron las únicas víctimas de la tragedia, hubo otras víctimas que no tenían voz.
Hablamos de los animales que tuvieron que ser sacrificados. Algunos sobrevivieron y han dado lugar a una fauna que crece y vive sin nuestra intervención a pesar de la radiactividad. La serie pone ante nuestros ojos esta terrible realidad, demostrándonos cómo tuvieron que pagar con su vida aquellos que verdaderamente saben convivir en la naturaleza.
La serie no deja atrás a los hombres que dieron sus vidas para controlar la situación. Conocemos a Vasily, un bombero cuya historia es sobrecogedora y supone tan solo un pequeño ejemplo de la tragedia humana que conllevó Chernóbil. En definitiva, la serie se percibe como un homenaje a aquellos héroes y víctimas de la catástrofe y del egoísmo humano, sin dejar de emitir juicios hacia aquellos que poco o nada hicieron por evitarlo.
Y así, recordando el que un día fue el lugar más peligroso del mundo, nos damos cuenta de las grandes mentiras que se contaron. Y, especialmente, de que el enemigo más peligroso no era la radiactividad, sino el hombre.