5 claves para lidiar con personas que siempre creen tener la razón

¿Harto de darte de bruces contra una pared? Discutir no es agradable, especialmente cuando lo hacemos con una persona que no escucha. Aquí te ayudamos a tratar este tipo de conflictos.
5 claves para lidiar con personas que siempre creen tener la razón
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 07 junio, 2022

Cuando discutimos con una de esas personas que creen tener siempre la razón, es fácil que uno termine exhausto. Darse de bruces contra un muro no es agradable para nadie, mucho menos cuando esa pared nos lleva la contraria y nos dice que estamos a la defensiva. Por eso, en este artículo queremos darte algunas claves para lidiar con personas que siempre creen tener la razón.

De entrada, hay que entender que se trata de una cuestión de inteligencia emocional. Cuando una persona se mantiene en sus trece sin escuchar al que tiene enfrente, lo más probable es que carezca del olfato necesario para identificar lo que siente la otra persona. Es decir, tiene una inteligencia emocional poco desarrollada.

La clave se encuentra en la inteligencia emocional

Esto no es algo que deba justificar la conducta del sabelotodo, pero sí que arroja un poco de luz sobre el tema. Y es que según Marta Krajniak, psicóloga de la Universidad Fairleigh Dickinson, las personas que tienden a sobrecontrolar lo que les rodea muestran más dificultades para ajustar su comportamiento con determinadas personas.

La psicóloga estadounidense afirma que la baja inteligencia emocional puede ser una de las causas por las que este tipo de personas son incapaces de dar su brazo a torcer.

Cerebro de una persona conectándose a un corazón

Cómo lidiar con personas que siempre creen tener la razón

Hay que entender que las relaciones interpersonales se caracterizan por ser líquidas y difíciles de calificar. Teniendo en cuenta esta característica como parte de la mayoría de contextos, queremos darte una serie de estrategias que probablemente te ayudarán a reconducir la situación:

1. No diagnostiques ningún trastorno de personalidad en la otra persona

Es cierto que algunos de estos comportamientos son típicos de ciertos trastornos de la personalidad, pero eso no quiere decir que la persona con la que discutes tenga un cuadro de este tipo. Así que ni te molestes en intentar diagnosticar a la otra persona. Porque, aunque tenga algún trastorno, señalar algo así es lo peor que podemos hacer.

2. Ten en cuenta que la otra persona tiene una inteligencia emocional poco desarrollada

Como decimos, recuerda que todas estas situaciones suelen darse por una baja inteligencia emocional. No queremos decir con esto que estén justificadas las conductas del intransigente. Tal vez, lo mejor sea hacer gala de nuestra propia inteligencia emocional para que la otra persona pueda verse contagiada.

3. No te molestes

Ya te aseguramos que lo peor que uno puede hacer en estas situaciones es molestarse o enfadarse con la persona que nos discute. Nuestro primer impulso será ese, pero debemos combatirlo para que no se enrarezca todavía más el ambiente de la discusión. Una vez más, debes sacar a relucir tu inteligencia emocional para ver si a tu homólogo se le pega algo.

4. Considera por un segundo que podrías ser tú el que está equivocado

Todas estas herramientas que te damos no quitan que debamos detenernos un segundo a considerar si somos nosotros los equivocados. Insistimos, esto no es cuestión de pasar por encima del otro, sino de tener la capacidad de retroceder o de adoptar una posición más prudente cuando sea necesario.

Y quién sabe, tal vez, en alguna ocasión, hayas sido tú la persona que estaba equivocada. No hay nada peor que enzarzarse en una discusión fea y luego darse cuenta de lo confundidos que estábamos.

5. Cuida la comunicación

Como todo en la vida, la comunicación es fundamental, y todavía lo es más en este tipo de conflictos, ya que estaremos obligados a compartir espacio con esa persona. Sobre todo, si se trata de un amigo o un familiar. En esos casos, lo mejor es tener mano izquierda y mostrarse dispuestos a escuchar y relacionarse. Te sorprenderá la de veces que podrías estar de acuerdo con esa otra persona.

Hombre hablando con su pareja

Como verás, este tipo de conflictos suelen estar muy relacionados con la inteligencia emocional. Una falta importante por parte de la otra persona puede ser un obstáculo para que nos escuche. Al fin y al cabo, ese contrincante es incapaz de comprender lo que tú puedes sentir en ese momento.

La inteligencia emocional es causa y puede ser, al mismo tiempo, solución para situaciones tan desagradables. Si sacamos a relucir nuestra propia inteligencia emocional en esas discusiones, no caeremos en el juego. Y, sobre todo, puede que seamos capaces de arrastrar a la otra persona hacia el campo de la empatía y la comprensión.


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