Cociente intelectual: características y evolución
El cociente intelectual (CI) es una representación cuantitativa o estadística de la puntuación de un individuo en una prueba de inteligencia estandarizada.
La puntuación de CI se ha utilizado ampliamente para comparar la capacidad intelectual de un individuo con la puntuación promedio obtenida por una muestra de personas “similares”, generalmente del mismo grupo de edad.
Así, por ejemplo, es posible afirmar que la inteligencia de una persona, como se refleja en una puntuación de prueba de CI, es más alta (o más baja) que el promedio o puntuaciones típicas de sus compañeros (1).
Los fundamentos del cociente intelectual (CI)
En 1884, el investigador Francis Galton evaluó a un gran número de personas en un intento por desarrollar una prueba de inteligencia. Para esta evaluación, intentó medir diferentes características: el tamaño de sus cabezas o sus tiempo de reacción son algunos ejemplos (1).
A través de su investigación, Galton introdujo métodos para la clasificación numérica de los atributos físicos, fisiológicos y mentales. Fue así como el investigador propuso que un gran conjunto de mediciones de rasgos humanos podría describirse y resumirse de manera significativa utilizando dos números.
- Primero, el valor promedio de la distribución (la media).
- Segundo, la dispersión de puntuaciones alrededor de ese valor promedio (la desviación estándar) (1).
Otro de las figuras que podemos situar en los intentos por medir el cociente intelectual fue Charles Spearman. Este psicólogo inglés introdujo la idea de que todos los aspectos de la inteligencia están relacionados entre sí. Este punto de vista es muy importante: sentó las bases para expresar el compuesto del cociente intelectual (1).
Las primeras pruebas de inteligencia y la introducción de la puntuación IQ
La era moderna de las pruebas de inteligencia comenzó justo después del cambio de siglo. Alfred Binet y Theodore Simon fueron los encargados de desarrollar un método para identificar diferencias sustanciales en los niños a nivel de inteligencia.
La idea era diferenciar a los que se consideraban intelectualmente capaces de beneficiarse de la educación de los que tenían problemas intelectuales y debían recibir programas de educación especial (1).
La metodología fue expresar el desempeño de un niño como un cociente entre la puntuación obtenida y la edad en que el niño promedio podría alcanzar la misma puntuación. Fue la publicación de la escala ampliada Binet de 1908 y el trabajo de Stern, el psicólogo alemán, lo que dio paso al concepto de la edad mental (EM).
Edad mental y CI
Una EM de 8 significa que el niño, independientemente de su edad real, tuvo un rendimiento igual al de un niño promedio de 8 años en una tarea en particular. Esto eventualmente llevó a la creación de la puntuación de CI para representar una proporción de EM dividida por su edad cronológica (EC). Esta relación se puso en una métrica. Así, la edad mental se dividió por su edad cronológica y se multiplicó por 100, lo que produjo un cociente de inteligencia o puntuación de CI.
Alrededor de 1910, Henry Goddard, director de una escuela de Nueva Jersey para personas con retraso mental, fue pionero en el concepto de pruebas de CI en los Estados Unidos. Sin embargo, la primera vez que las puntuaciones de CI se hicieron parte de una prueba de inteligencia en los Estados Unidos fue en 1916. En esta fecha, Lewis Terman tradujo la prueba de Binet-Simon, dando paso a la de Stanford-Binet.
Durante la Primera Guerra Mundial, el ejército de los EE. UU. desarrolló las pruebas Alfa y Beta del Ejército. El objetivo de estas pruebas era asignar las posiciones de los soldados en función de sus capacidades intelectuales. También para descartar a aquellos que se consideraron intelectualmente inadecuados para el servicio militar.
Durante ese tiempo, David Wechsler fue asignado como psicólogo militar. Así, realizaba exámenes psicológicos a individuos que habían fallado en la escala de rendimiento del ejército (3).
Las pruebas de Wechsler y la puntuación CI
En 1932, Wechsler fue nombrado psicólogo jefe del Hospital Psiquiátrico Bellevue (Nueva York). Desde este momento, comenzó a plantearse un cambio en la puntuación del cociente intelectual.
Como resultado, el significado de la puntuación CI se cambió a una puntuación estándar. Esta puntuación estándar hacía referencia a la puntuación promedio obtenida por una muestra de pares de edades sanas (3). Esta nueva concepción permite utilizar el cociente intelectual a lo largo de toda la vida (4).
La Forma 1 de Wechsler-Bellevue se publicó en 1939. Se trataba de una medida de inteligencia basada en resumir las puntuaciones de varias subpruebas. Además de un resumen compuesto, denominado Full Scale IQ, Wechsler argumentó que la inteligencia podría medirse con mayor precisión. Esto podría hacerse dividiendo las subpruebas. Pero, ¿Cómo?
Las subpruebas se dividirían en dos. Primero, aquellas que reflejan principalmente habilidades verbales. Segundo, aquellas que reflejan habilidades de inteligencia no verbal o de “rendimiento”. Así, se dio lugar a la puntuación CI verbal y la puntuación CI de rendimiento.
Las pruebas y recomendaciones de Wechsler para describir la inteligencia fueron exitosas. Posteriormente, desarrolló una prueba para adultos, la WAIS (Wechsler 1955). Esta trataba de una derivación directa de la prueba Wechsler-Bellevue y también la versión para niños (WISC) publicada en 1949.
Actualmente, estas pruebas se utilizan con frecuencia para medir la inteligencia de manera análoga a como se utilizaría un metro para medir la longitud de una mesa.
Sin embargo, cabe preguntarnos: ¿Una puntuación de CI representa de manera verdadera y precisa la inteligencia de alguien? Parece que, poco a poco, tanto el concepto de cociente intelectual como el de inteligencia van evolucionando, y con ello deben evolucionar la manera de evaluarla.
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Saklofske, D. H., Schoenberg, M. R., Nordstokke, D., & Nelson, R. L. (2017). Intelligence Quotient. Encyclopedia of Clinical Neuropsychology, 1-5.
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Gould, S. J. (1981). The mismeasure of man. New York: Norton.
- Boake, C. (2002). From the Binet-Simon to the Wechsler- Bellevue: Tracing the history of intelligence testing. Journal of Clinical and Experimental Neuropsychology, 24(3), 383–405.
- Bartholomew, D. J. (2004). Measuring intelligence: Facts and fallacies. New York: Cambridge University Press.
- Wechsler, D. (1955). TheWechsler adult intelligence scale. New York: Psychological Corporation.