¿Cómo ayudar a una persona con depresión?
Quien atraviesa un proceso depresivo se percibe aislado en su esfera de angustias e incertidumbres. Lejos, muy lejos de la realidad que le envuelve, y atrapado además en su propia mente y sufrimiento. Así, todo aquel que pase por un estado semejante necesita básicamente tres cosas: comprensión, ayuda profesional y a su círculo más próximo. Ahora bien, la realidad es que no siempre sabemos cómo ayudar a una persona con depresión.
“No hay dos personas que padezcan la misma depresión. Como los copos de nieve, cada depresión es única, y si bien presenta los mismos principios esenciales, manifiesta una complejidad imposible de reproducir”.
-Andrew Solomon-
Algo que suelen poner en evidencia muchos pacientes que han logrado superar su depresión nerviosa, ese brote asociado a su trastorno bipolar o esa depresión postparto, es que a menudo experimentan una misma sensación: la culpabilidad. Son muchos los que se sienten responsables de su propia enfermedad y ese es un aspecto que como familiares, amigos o parejas, deberíamos saber atender y evitar.
Ninguna persona que atraviese un problema psicológico debería arrastrar más cargas de las que ya tiene. Debemos aprender a ser más sensibles ante estas situaciones que se dan con más frecuencia de la que pensamos.
¿Cómo se siente una persona con depresión?
¿Te has preguntado en alguna ocasión cómo se siente esa persona -amigo, familiar, conocido- que sufre de depresión? Un trastorno depresivo (sea cual sea su tipología) no es un catarro, no es una infección ni un traumatismo que pueda evidenciarse a simple vista. Verás a esa persona funcionar, descubrirás que puede seguirte una conversación, que son muchos los que continúan acudiendo a sus trabajos y recogiendo a sus hijos del trabajo.
¿Es la depresión realmente una enfermedad invalidante? Lo es, efectivamente. Aún más, para quienes no entiendan cómo es la anatomía de una depresión, es importante saber que cada persona la vive de un modo. Que no hay dos depresiones iguales, que hay quien la arrastra durante años sin saber que está ahí, otros quedan paralizados en la soledad de su cama, con las persianas bajadas, otros combinan los fármacos con la psicoterapia, otros acuden a terapias de grupo…
Por otro lado, y si lo pensamos bien, la mayoría de nosotros hemos experimentado en mayor o menor grado muchos de los síntomas que están relacionados con la depresión: abatimiento, mal humor, tristeza, agotamiento, preocupación, miedo, angustia, apatía, irritabilidad, dificultades para concentrarnos, etc.
Ayudar a una persona con depresión implica saber primero por lo que está pasando. Es saber que está atrapada en una ambivalencia entre lo que le gustaría hacer y lo que lo que “puede” hacer realmente. El sentimiento más común es el de creer que no existe en el mundo alguien que pueda comprender su verdad de por lo que está pasando.
Debemos convencerlos de lo contrario, hacerles ver que estamos ahí.
¿Cómo podemos ayudar a una persona con depresión?
La simple intención de querer ayudar a alguien querido que tiene depresión no es suficiente. Es necesario saber además que hay límites, que hay palabras que no ayudan, actos que pueden incluso empeorar la situación. La voluntad es buena, pero la acción debe llevarse a cabo con inteligencia y tacto.
Cuando estamos viendo a una persona querida sufrir, ¿qué es lo primero que intentamos? Por lo general, queremos levantarle el ánimo y hacerle ver las cosas a como nosotros las vemos. “Venga anímate, no te cojas las cosas así, la vida es preciosa y tienes que salir ahí fuera a aprovecharla!… Esta es una de las conductas que hay que procurar evitar. Nada puede ser más contraproducente.
Si queremos saber cómo ayudar a una persona con depresión, tenemos que empezar por evitar las conductas que siempre hemos llevado a cabo hasta el momento
Por eso resulta importante atender ciertas indicaciones de cómo poder actuar para ayudar realmente a una persona con depresión. Veámoslas.
Es importante que la persona se sienta valorada
Es importante que la persona que padece depresión se sienta valorada. En ocasiones se puede tender a lanzar reproches, sobre todo porque esta situación puede resultar muy frustrante para todos, además de larga. Debemos tener por tanto mucho tacto. Hagamos ver a la persona afectada que la valoramos, que la queremos y que es importante para nosotros. Su depresión no es una carga, ni es culpa suya. Es una realidad que se irá superando poco a poco y con buen apoyo.
Cuidado con las frases de ánimo
Intentar animar a una persona que no le apetece hacer nada puede llegar a resultar contraproducente. Recordemos que la depresión es desánimo y es agotamiento, por tanto, hay ciertas expresiones que pueden estar fuera de lugar. Reacciones como “venga sonríe, anima esa cara o sal a pasear y distráete” puede hacerle sentir más triste y con mayor frustración.
Con nuestro mensajes le estamos trasmitiendo a la persona que es débil, por no tener la fuerza necesaria para sobrellevar esa situación.
Darle importancia a lo que siente
Una depresión no se trivializa ni se esconde. Está ahí para todos, y como tal hay que aceptarla como lo que es: una enfermedad que requiere tiempo, paciencia, tacto y sensibilidad. Así, para ayudar a una persona con depresión, hay que participar con ella en cada paso. Sin presionar ni estorbar, solo facilitando, solo estando presente, mediando, apoyando, escuchando… Al fin y al cabo, superar ese estado es algo que depende solo de quien sufre la depresión
No pretendamos ser sus psicólogos
Uno de los consejos sobre cómo ayudar a una persona con depresión es no pretender hacer de su psicólogo/a. Muchas veces caemos en el error de creer que podemos solucionar lo que le está ocurriendo, sin embargo esto es más complicado de lo que parece y requiere de una atención profesional.
De este modo, aunque el apoyo de los seres queridos sea importante y la propia persona afectada, lo valore, en la mayoría de los casos no es suficiente.
Aunque deseemos saber cómo ayudar a una persona con depresión tenemos que ser conscientes de que, en ocasiones, no lograremos los resultados esperados.
La ayuda especializada es esencial, tanto para establecer un diagnóstico como para pautar un tratamiento y el seguimiento correspondiente. Así, además de ayudar a la persona con depresión puede también darnos pautas para ajustar dinámicas y pequeños problemas cotidianos.
Hacerle entender a la persona con depresión que no está sola y que estamos ahí para lo que necesite de forma incondicional, será de gran alivio para ella. Aprendamos por tanto a ser más cercanos, comprensivos y hábiles para mediar en su recuperación sin imponer, sin presionar. Seamos solo esa figura siempre accesible, paciente y sensible.
Siempre es recomendable acudir a un psicólogo/a cuanto antes, con el fin de facilitar el proceso para dar una solución adecuada al malestar y sufrimiento que se experimenta.