Cómo conocemos la realidad
Una de las cuestiones trascendentes que más nos ha preocupado está relacionada con los siguientes interrogantes: ¿conocemos la realidad? ¿Nos es posible saber lo que es verdad y lo que no? La filosofía del pensamiento ha tratado estas cuestiones desde varios puntos de vista. En este artículo vamos a exponer la hipótesis del pensamiento desarrollada por Hillary Putnam, uno de los filósofos contemporáneos más importantes.
Imaginemos que un cerebro humano ha sido trasladado y sumergido en una cubeta llena de un fluido capaz de mantenerlo con vida. Las terminaciones nerviosas de ese cerebro se encuentran conectadas a un súper ordenador cuya función es mandar impulsos eléctricos.
Dichos impulsos hacen experimentar al cerebro una falsa realidad en la que todo parece perfectamente normal, ya que el ordenador simula la realidad. La cuestión de quién crea al ordenador y qué intenciones tiene, podemos tratarla en otro momento, pero la cuestión es que ni las palabras del pensamiento ni las imágenes mentales representan aquello de lo que tratan. ¿Complicado? Pues pasemos a poner un ejemplo.
Imaginemos que unos extraterrestres que no conocen absolutamente nada de la tierra dan, por casualidad, con la imagen de un gato. Podrán teorizar acerca de qué es eso, tener hipótesis sobre su origen, pero jamás sabrán lo que representa porque jamás han experimentado la realidad de lo que es un gato.
Paralelismos con la realidad
Al igual que les sucede a los extraterrestres, si nuestro cerebro nunca saliese de la cubeta, nunca experimentaría la realidad. Inmerso en una cárcel del pensamiento, sus sentidos solo conocerían los engaños de esa realidad simulada.
Por supuesto, lo que el cerebro experimenta lo reconoce como verdadero, pero la realidad es bien distinta: nada de lo que siente es real porque todo es producto de una simulación programada.
Entrando en MATRIX y su simulación de la realidad
¿Esta hipótesis no os recuerda a la archiconocida película Matrix? El argumento principal de este film es que uno de los personajes, Neo, descubre que el mundo en el que creía vivir no es más que una simulación virtual a la que se encuentra conectado mediante un cable enchufado en su cerebro.
Los millones de personas que viven conectadas a su alrededor, están siendo cultivadas del mismo modo para poder dar energía a las máquinas. Esta ilusión colectiva es conocida como Matrix, cuya traducción es ‘matriz’.
“¿Qué es “real” ?, ¿cómo defines “real”? Si hablas de lo que puedes sentir, lo que puedes oler, probar y ver, lo “real” son impulsos eléctricos que tu cerebro interpreta”.
-Frase extraída de la película Matrix-
¿Qué hay del resto de las personas?
Partiendo de la hipótesis del cerebro en la cubeta, podemos plantearnos varias explicaciones sobre quiénes son los otros. Si son también parte de una simulación, nunca podremos estar seguros de su existencia. Este planteamiento es conocido como solipsismo.
Sea verdad o no la realidad que experimentamos, lo que es cierto es que nosotros la sentiríamos como real. Si un día nos duele la cabeza, el dolor se siente de verdad. Aunque estas hipótesis son poco probables, también es cierto que son imposibles de refutar.
Y hay que tener cuidado, porque los síndromes de despersonalización pueden llevar a la locura, como sucedió en el caso de Joshua Cooke, de 19 años, que tomó una escopeta del calibre 12 y se acercó hasta la casa de sus padres en Virginia. El padre recibió 7 disparos y su madre 2. Nada más caer sus cuerpos, el joven Cooke llamó al 911 y les explicó lo que había hecho y se quedó esperando a la policía en el porche de la casa mientras tomaba un refresco.
Cuando comenzó la investigación, los oficiales ya sabían que tenía una obsesión con Matrix. Las paredes de su habitación estaban forradas con posters de las películas y a menudo se vestía con capas y ropas negras para simular a los personajes. En su declaración dijo que se encontraba en un mundo virtual de la realidad similar a Matrix, y que sus padres no eran los reales.
Esto es solo una muestra de lo que puede realizar una mente desfragmentada. Si la realidad es como la percibimos y sentimos es una de las ideas que más inquietud nos producen, ya que supone el cuestionamiento de todo lo que vivimos, de quienes son los que nos rodean y de quienes somos nosotros mismos.