¿Cómo controlar el estrés en 5 pasos?
A veces nos resulta complicado controlar el estrés. A lo largo de nuestra jornada, es muy habitual sentirnos incapaces de lograr todo lo que nos proponemos y que nos cueste conciliar el sueño, descansando mal durante la noche y levantándonos ya desde temprano cansados.
También son muy habituales esos dolores de cabeza, que tanto nos irritan e incomodan a lo largo del día, y no nos permiten concentrarnos en nuestro trabajo o simplemente poder tener un estilo de vida saludable y “normal”.
Un porcentaje muy alto de todos estos síntomas son generados por el estrés. Decimos que el estrés es una respuesta global de nuestro organismo cuando nos encontramos y enfrentamos ante una situación que percibimos amenazadora y/o desafiante.
Pero esta respuesta no es tan negativa como nos enseñan socialmente, ya que tiene lugar para facilitar la adaptación del organismo, poniendo todos nuestros recursos disponibles y facilitando su activación para superar dicha situación amenazadora como pueden ser exámenes, búsqueda de empleo, problemas sentimentales, de pareja…
Por ello, podemos afirmar que el estrés es positivo, ya que nuestra vida y su entorno están en un continuo cambio que exige adaptarnos continuamente.
¿Por qué el estrés lo empleamos como “algo” tan negativo?
Esto es debido a que si dicha respuesta se prolonga en el tiempo o su intensidad es demasiado alta puede tener efectos perjudiciales en nuestro cuerpo, generándonos barreras negativas para nuestro sistema vital, convirtiéndose en un obstáculo que superar para poder gozar de una vida sana.
La solución es entender el significado del estrés positivamente y aprender a manejarlo, manteniéndolo dentro de unos niveles aceptables, e incluso saludables, para nuestro estilo de vida y superación de objetivos personales.
¿Cuáles son los 5 pasos para controlar el estrés?
Controlar el estrés es posible poniendo en práctica algunos consejos. Si lo consigues podrás convertirlo en un aliado en tu día a día.
Fíjate en lo positivo
Si nos encontramos ante una situación “negativa” lamentarte y castigarte con un “y si…” no te va a ayudar ni solucionar el problema, probablemente todo lo contrario. Hay un lema de vida que empleo cada día y es: “Todo sucede por algo bueno que me permite obtener un aprendizaje inmensamente positivo”.
Si te encuentras así, aprende de la situación e integra ese aprendizaje para la próxima ocasión. Un ejercicio también recomendable es eliminar de nuestro lenguaje palabras como “nunca”, intentando sustituir el “no puedo” por “¿cómo puedo?”.
Sé consciente de tus pensamientos
Para gozar de una vida plena y llena de paz en todos los aspectos es fundamental ser conscientes de nuestro “yo”. Nuestros pensamientos influyen en cómo percibimos, valoramos y actuamos en cada situación.
Cuando te encuentres en una situación complicada elimina los pensamientos negativos y céntrate en los positivos, respirando hondo y preguntándote: “¿Qué puedo sacar bueno de esto?”. En muchas ocasiones así, nosotros no somos lo responsables de lo que nos está incomodando.
Tener en cuenta también esta reflexión te ayudará a controlar el estrés, a tomarte las cosas mucho más relajadamente y sin presión. Recuerda que no todo el peso del mundo recae en ti.
No eres responsable de los demás, solo de ti mismo.
No te sobrecargues de actividades
En este punto es importante el buen empleo de la asertividad y ser realista. Como el punto anterior, tú no eres perfecto ni tienes que contentar a todo el mundo. Además, cada persona tiene unos mapas personales propios diferentes a los tuyos. Ya solo por eso es imposible “ser perfecto para el mundo”.
Concédete la oportunidad de fallar, equivocarte, y así aprender de los errores que hagas. Lograrás un crecimiento interior inmenso sintiendo y percibiendo la vida de esta forma.
Aprende a delegar
No puedes permitirte hacer y realizar todo. Es bueno muy de vez en cuando buscar el apoyo de tus personas más cercanas si lo necesitas y sientes que no puedes con todo lo que tienes que realizar y te cuesta controlar el estrés.
Además, pedir ayuda favorece las relaciones personales y genera un mayor vínculo emocional con las personas que quieres dejando de lado tu “yo” egocéntrico y narcisista que todo puede lograrlo sin ayuda de nadie, y tanto estropea las relaciones sociales.
Cuida tus relaciones personales
En este punto hacemos un poquito de referencia al anterior. Es muy importante disfrutar de la compañía de las personas que quieres, cercanas a ti, pero intentado tener muy presente el deseo de compartir esos momentos con alegría, felicidad con nuestros seres queridos y personas de nuestro entorno con las que nos sintamos bien.
Las relaciones sociales sanas y, lo más importante, “humanas” hacen que nos sintamos más fuertes y capaces de cualquier cosa que deseemos o queramos en nuestra vida.
Para que todas estas pautas se vuelvan habituales en nuestra vida es necesario tiempo, constancia y responsabilidad. Os animo a que las pongáis en práctica lo antes posible para evitar el “mal uso” del estrés y percibirlo al contrario, como un amigo que nos puede echar una mano en demasiadas ocasiones de nuestro día a día.