¿Cómo dejar de ser egoísta con mi pareja?
Es frecuente acusar al otro de ser egoísta en las discusiones de pareja. Cuando nos sentimos mal, tendemos a poner el foco de control en el exterior, señalando así a la otra persona como responsable de la situación. Sin embargo, no siempre es así: a veces la causa de la discusión es uno mismo.
Detectar este sesgo y admitir que estamos siendo egoístas no es fácil, pero es el primer paso hacia la creación de dinámicas sanas en la pareja. Es sencillo mezclar este sentimiento con la culpa, la autocompasión y otros pensamientos polarizados.
Todo el mundo tiene algo que gestionar dentro de sí mismo, y el egoísmo es una epidemia en los tiempos del individualismo. Por eso, en este artículo tienes algunas ideas para que todo el proceso de solución de problemas en la pareja sea eficaz y productivo.
¿Qué se entiende por egoísta?
Egoísta es una palabra muy presente en el vocabulario cotidiano. Se usa tan a menudo que el contorno de su definición acaban por desdibujarse. Se entiende como egoísmo la actitud centrada en uno mismo y en el ego, actuando en dirección del propio interés y desatendiendo las necesidades de los demás.
En la pareja, el egoísmo implica anteponer las propias preocupaciones y necesidades a las del otro, independientemente de su importancia o de que se puedan compatibilizar. Se considera un factor de desgaste, pues encuentra conflictos en los detalles más cotidianos.
Se trata de gestos demasiado pequeños como para tomarlos como una afrenta grave, pero demasiado llamativos para pasarlos por alto en su conjunto.
6 claves para dejar de ser egoísta con la pareja
Cuando se detecta esa actitud en uno mismo, es normal sentirnos mal y querer arreglarlo. No obstante, es probable que exista un historial de conflictos sin resolver en la pareja, así que tendrás que abordar la cuestión de una forma ordenada y pragmática. Aquí te damos algunas ideas para que puedas dejar de ser egoísta con tu pareja.
1. Asume tu responsabilidad
El primer paso, como se decía al principio, es detectar esta actitud y proponerse cambiar a mejor. Esto, además, conviene manifestarlo en una conversación con tu pareja, pues lo ideal sería que te acompañara en el proceso de cambio. Puesto que, además, es algo que afecta directamente a la otra persona, será necesaria su intervención para saber hacia dónde dirigir las soluciones.
2. Desarrolla la empatía
La empatía será la principal cualidad que te ayudará a dejar de ser egoísta con tu pareja. Aunque algunas personas sean más empáticas que otras, es una capacidad que puede entrenarse y desarrollarse como cualquier otra.
Mediante la empatía harás intrínseca la idea de que los sentimientos ajenos tienen la misma importancia que los tuyos: es un entrenamiento en inteligencia emocional.
Para ello será fundamental una buena comunicación, además de que centres el foco de tu atención en los sentimientos y necesidades de la otra persona. Comenta las situaciones a medida que se den y trata de sacar las malas dinámicas que subyacen a ello. Es un proceso no lineal, es decir, el conflicto no desaparecerá de forma progresiva, sino que tendrá altibajos. Paciencia.
3. Entrena la asertividad
La asertividad no solo sirve para dejar clara la propia postura, sino para expresar las propias necesidades sin ofender ni hacer daño a la otra persona. Esto forma parte de la responsabilidad afectiva, que te ayudará a cuidar de las emociones de tu pareja, escucharla y dejar de manifiesto tu intención de cambiar y arreglar las cosas.
La empatía y la asertividad no son dos capacidades aisladas, sino que se interaccionan entre sí, y con otras también. Por ejemplo, si expresas que algo te ha molestado de una forma respetuosa, estarás siendo asertivo, mientras que la empatía te permite tener en cuenta los sentimientos de los demás a la hora de serlo.
4. Pregunta a tu pareja cómo se siente
Quizás hasta el momento en el que decidiste cambiar, pasabas por alto los sentimientos de tu pareja. Es normal, por tanto, que no sepas qué pasa por su cabeza durante el conflicto -si llevas tiempo sin conectarte a ella, es normal que ahora te cueste-. ¿Qué puedes hacer entonces? Preguntar.
De esta manera, no solo entrenarás tu empatía, sino que también obtendrás información útil para solucionar problemas, permitiendo que el otro pueda expresarse. Tu pareja percibirá que te preocupas y que tienes en cuenta lo que dice, creando así una actitud más colaborativa en ella también.
5. Cuestiónate qué necesita tu pareja
Ser una persona empática y considerada no es la única manera de dejar atrás una actitud egoísta. El caso es que, tu pareja, ante tu actitud pasada, puede haber dejado de compartir sus necesidades, de hablar de lo que le gustaría obtener de ti.
Por eso, además de pedir a tu pareja que se exprese, pregúntate a ti mismo qué efecto podría tener tu conducta sobre ella. Cada detalle cuenta: ¿qué podría querer hacer el otro contigo? ¿Se enfadará si le dices que hoy no te apetece cocinar?
6. Acudid a un profesional
La terapia de pareja tiene recursos muy útiles para resolver los problemas no resueltos. Si ambos acudís a la consulta, además de mejorar la situación, ya tendréis andado, aunque quizás no os deis cuenta en ese momento, buena parte del camino.
Revisa tus otras relaciones
Entrenar en la generosidad y la empatía es útil para las relaciones de pareja, pero también para el resto de vínculos. A nivel general, las personas que asumen una actitud egoísta suelen extenderla a todos los contextos; igual que adoptar una actitud más generosa con tu pareja probablemente también se traslade a relaciones familiares, de amistad e incluso laborales.
Por otro lado, seguramente te encontrarás con otras personas egoístas y quizás pienses que puedes estar perdiendo terreno frente a ellas. En ese momento, intenta recordar todo lo que obtienes cuando te muestras generoso con aquellos que te rodean.
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