Cómo enfrentar la pérdida de trabajo
La pérdida de un trabajo afecta en muchos ámbitos de la vida de la persona. Ésta deberá afrontar la limitación de recursos económicos, ver disminuido el contacto con sus compañeros de trabajo y organizarse para encontrar un nuevo empleo. Todo ello va unido al impacto que el desempleo tiene sobre la salud psicológica y física.
En general, cuando se pierde el empleo las personas suelen pasar por unas cuatro fases:
- En primer lugar, vendría una especie de luna de miel en la que la persona se encuentra más optimista y disfruta haciendo todo lo que antes no podía. Suelen ser unos meses de entusiasmo y altas expectativas, por lo que la búsqueda de trabajo se comienza con ganas.
- Poco a poco, sus expectativas se pueden ver frustradas si no ha tenido éxito. Es entonces cuando se replantearán si han estado haciendo bien e irán aceptando la situación. No obstante, este período suele dar lugar a sentimientos de fracaso, culpa o vergüenza, y la búsqueda de empleo suele reducirse.
- Si entre los 18 y 24 meses, aproximadamente, aún no ha encontrado trabajo, la persona comienza a estar más depresiva y resignada con su situación. Aparecerán sentimientos de desgana, apatía y de inferioridad.
- Así, si en ese punto la situación se mantiene por más tiempo, generalmente se han perdido las ganas. El estar desempleado se identifica, más como un estado, como un rasgo. La persona se siente menos capacitada, incapaz, motivada y ha perdido casi todas las esperanzas.
Cómo afrontar la situación
En primer lugar hay que entender que la pérdida del trabajo también se vive como un duelo. Se trata de una pérdida importante en la vida adulta y, como tal, es esencial transitarla de la forma más natural posible. Sin embargo, atravesar esa etapa teniendo una serie de recursos que la faciliten es realmente importante.
Estos recursos personales, no solo harán más leve el desempleo, sino que amortiguarán en cierta medida las consecuencias que tiene sobre la salud y aumentarán las probabilidades de reempleo.
Buscar una actividad
Uno de los aspectos más importantes durante el desempleo es la estructuración del tiempo. Generalmente las personas suelen perder su rutina, cambian sus patrones de sueño y, sobre todo, de actividad. Para mejorar esto, es muy recomendable buscarse alguna actividad que realizar, como formación o un voluntariado.
La capacitación o actualización en el área de la profesión que desempeñamos, puede ser una buena idea para poder reemplazar esta pérdida de trabajo. Así, el tiempo se aprovechará de forma productiva y eficiente para nuestra vida personal y profesional. Por ejemplo, dedicar 6 u 8 horas al día a formarse en idiomas y mejorar competencias concretas.
Otra opción es dedicar parte del tiempo a un voluntariado. Sus efectos se han investigado ampliamente en psicología, encontrando que además de incrementar la red de contactos profesionales, mantiene el sentimiento de utilidad en el desempleado. Así, la persona se siente necesaria y gratificada de realizar una tarea de manera altruista.
Cambiar la percepción
Aunque resulte fácil decirlo, algo clave es entender que, en la mayoría de casos, uno no es el responsable de verse en esa situación. Además, hay que trabajar en ver ese período como algo transitorio, que con esfuerzo, paciencia y ganas, finalizará más pronto que tarde.
No hay que ser críticos en exceso, ni fustigarse a diario por haber perdido el trabajo. Una opción podría ser pensar en aprovechar la ocasión para encontrar una mejor oportunidad laboral. Bien aspirando a tener un mejor sueldo, unas mejores condiciones o un mejor horario de trabajo.
Lo que puede parecer un tiempo de sufrimiento, podría convertirse en un momento para reflexionar y avanzar en la carrera profesional.
Buscar ayuda
En primer lugar, si los sentimientos negativos predominan, lo más importante será buscar ayuda profesional si es necesario. Pero, además, es fundamental contar con una buena red de apoyo con quien desahogarse, pedir ayuda si se necesita.
El apoyo social ha demostrado ser un gran amortiguador del bienestar psicológico en multitud de problemas. Y es que, al final, lo más importante es tener alrededor a personas que nos aprecien y estén cuando lo necesitamos.
Igualmente, será necesario buscar ayudas económicas para que el impacto en la vida del día a día se reduzca y pueda mantener gran parte de la calidad de vida.
Una prueba más de la vida
Las situaciones negativas que suceden en la vida no solamente nos afectan psicológicamente y nos pueden hacer sufrir, sino que las mismas pueden ser interpretadas como una prueba a superar. La pérdida del trabajo no es diferente. Debe ser considerada como un desafío, como una enseñanza que es necesaria para poder crecer personal y profesionalmente. Esta etapa, dolorosa y frustrante, también puede ayudar a potenciar nuestra creatividad de cómo poder superar algunos obstáculos.