Cómo mantener en forma nuestra mente
A medida que vamos añadiendo velas al pastel de cumpleaños, nuestras capacidades físicas y mentales van disminuyendo. No existe una relación conocida entre la edad y cuánto nos vemos afectados, por lo que el deterioro depende de cada persona. Éste comienza cuando empezamos a olvidarnos de ciertas cosas, no retenemos tanto la información, confundimos personas o nombres, etc.
No hablaremos en este caso de las enfermedades neurodegenerativas como es el Alzheimer u otras demencias, cuyo deterioro es más severo, sino de las pérdidas paulatinas que todos vamos padeciendo con el paso de los años.
Es importante que, aunque debemos ser responsables y prestar atención a las distintas señales, relativicemos los despistes ya que no debemos alarmarnos por dejar olvidadas las llaves o no recordar el nombre del novio de nuestra hija.
Para evitar que el paso del tiempo haga mella en nuestras capacidades físicas, el médico nos indica caminar, hacer deporte, nadar, andar en bicicleta, etc. ¿Y para la mente? ¡También existen buenas técnicas!
Mantener en forma nuestra mente
La mente puede permanecer despierta y activa durante más años si la ejercitamos a diario. Tienes que empezar a cambiar tu rutina desde ahora para que los resultados sean notorios en la tercera edad. Si ya has pasado los 60 años, no creas que es demasiado tarde, siempre se puedes mejorar y evitar problemas mayores.
-Lleva un estilo de vida saludable: el cerebro precisa de nutrientes para estar fuerte y sano. Las vitaminas y proteínas nunca deben faltar en tus comidas. Por otro lado, es vital que duermas entre 7 y 8 horas por día, para que el organismo pueda descansar y recuperarse.
-Evita el consumo de alcohol, tabaco, café y comida basura. Todos estos son “enemigos” para tu mente. Por último, no dudes en hacer ejercicio físico entre dos y tres veces a la semana. Siempre podrás encontrar algo que se adapte a tus gustos y necesidades.
-Mantén buenas relaciones personales: es muy importante que sigas en contacto con tus amigos, tus familiares y tus vecinos. No te quedes encerrado en casa o hables con ellos únicamente por teléfono. A medida que vamos cumpliendo años, la cantidad de seres queridos puede ir disminuyendo porque nos volvemos más selectivos.
No caigas en el error de estar solo todo el día. Si no vives con nadie, “oblígate” al menos a entablar conversación en el mercado, en el transporte público o en la sala de espera del médico. También es bueno que conozcas nuevas personas con actividades extra más allá de tus obligaciones diarias.
-Musicaliza más tu vida: Está comprobado que escuchar música es bueno para mejorar nuestro estado de ánimo y hacernos más felices. Si a eso le sumamos el baile los beneficios serán maravillosos. Cuando suena una canción ejercitamos la audición y a la vez la memoria, si es que la conocemos de antes. Nos ayuda a su vez para entrenar el lenguaje y aprender nuevas palabras o frases en otros idiomas.
-No dejes que la rutina te aburra: Si haces trabajos demasiado “mecánicos” tu cerebro se volverá muy holgazán, porque no tendrá nada nuevo en que entretenerse. Además, no eres una máquina, no lo olvides.
Puedes tomar un camino diferente para ir al trabajo o al parque, cepillarte los dientes con la mano contraria, prestar más atención a los sabores de la comida, usar nuevos condimentos, catar vinos o chocolates (además es algo delicioso), hacer las cosas de una manera diferente y prestar atención a lo que estás haciendo en ese momento.
Es decir, evita las “multitareas” y hazte consciente de lo que haces paso por paso. Nuevamente, vale la pena destacarlo, no somos máquinas. No nos exijamos como si lo fuéramos.
-Ejercita tu memoria: Puedes hacer crucigramas o tests de inteligencia, armar rompecabezas, memorizar la lista de la compra, buscar sinónimos y antónimos para decir lo mismo, aprender una palabra nueva a la semana, disfrutar juegos que te permitan pensar como son las adivinanzas o los juegos de ingenio, etc.
¡Uno, dos, uno, dos… andando! Es tiempo de que empieces a ejercitar tu mente tal y como lo haces (o deberías hacer) con tu cuerpo.
Imagen cortesía de Lightspring