Cómo mejorar el clima emocional en el hogar
Mantener un buen clima emocional en el hogar no es tarea fácil, especialmente cuando se juntan bajo un mismo techo personalidades muy fuertes y las circunstancias son complicadas. Sin embargo, el esfuerzo suele merecer la pena, ya que la familia es el círculo de apoyo más incondicional para la mayoría de las personas.
No es raro ver en las consultas de psicología problemas familiares. Dicen que el roce hace el cariño, pero también es cierto que cuanto más tiempo pasamos juntos existen más probabilidades de que surjan enfrentamientos y hostilidades.
Por otro lado, el clima emocional en el hogar es una responsabilidad compartida. Por lo tanto, cada uno, en la medida de sus posibilidades, puede contribuir a que sea la armonía la que predomine y no el conflicto o el enfrentamiento.
Sin embargo, los mayores esfuerzos para conseguir este objetivo deben realizarlos los padres. Ellos son los responsables últimos de lo que sucede en casa; por otro lado, los niños adquirirán una cota de responsabilidad mayor a medida que crezcan. El clima en el hogar es una receta en la que todos contribuyen en función de su edad y posibilidades.
De acuerdo a una investigación publicada en Psychology Science of Therapy, es fundamental realizar actividades que fomenten la convivencia familiar para lograr un sano desarrollo emocional y cognitivo. Tener una buena relación con los hermanos y padres fortalece los vínculos afectivos y mejora la autoestima de cada uno de los miembros de la familia.
Las familias ya no son lo que eran
Ejercer como padres no es tarea fácil, los peligros se multiplican y los ojos y las manos siguen siendo las mismas. Su labor va más allá de satisfacer las necesidades básicas de alimentación y sustento, sin menospreciar el valor que tienen.
La crianza de los hijos incluye también aspectos tan relevantes como educar en un clima emocional en el hogar de afecto, apoyo y respeto. Esto facilitará el desarrollo de relaciones de apego seguras, el establecimiento de normas y disciplina, enseñar hábitos y estilos de vida saludables, la transmisión de valores o la toma de decisiones importantes.
Por si todo ello fuera poco, estas tareas se han de ejercer en un contexto familiar más diversificado. Además de la familia tradicional, cuyo núcleo estaba formado por dos cónyuges, son cada vez más frecuentes otros tipos de familias. Ejemplos de ellas son las familias monoparentales, las reconstruidas o las homoparentales.
Además, los roles asignados a cada progenitor han cambiado considerablemente en las últimas décadas. La mayoría de las madres no se dedican en exclusiva al cuidado de los hijos en el hogar. Es frecuente que lo tengan que compaginar con otro trabajo fuera de casa.
Al padre, por su parte, se le exige cada vez más asumir un rol activo en la educación y el cuidado de sus hijos. Va más allá de ser un proveedor de recursos económicos. Todo ello, junto con otros factores, plantean nuevos modelos y retos en la socialización. Esto incide directamente en la mejora del clima emocional en el hogar.
¿Cómo podemos mejorar el clima emocional en el hogar?
La respuesta a cómo mejorar el clima emocional en el hogar no es sencilla. ¿Por qué no es sencilla? En primer lugar, la pregunta es muy general. Antes de nada deberíamos evaluar los problemas existentes en el seno familiar.
Una vez que ya sabemos cuáles son los problemas y sus características, entonces estaremos en condiciones de establecer unas pautas para mejorar el clima familiar en el hogar. De todas formas, existen unas pautas generales que pueden ser aplicables a la mayoría de los casos.
Fomentar buenas prácticas entre los miembros de la familia
Esto es imprescindible para mejorar el clima emocional en el hogar. Las familias que poseen un buen clima emocional son familias que se tratan con respeto y educación. El respeto y la educación implican realizar una serie de conductas. Como ejemplo, podemos decir que es beneficioso no utilizar un lenguaje agresivo o hiriente. Los insultos y las palabras malsonantes deben ser desterradas del seno familiar, castigando o no reforzando su uso.
También es importante ser respetuosos. Los miembros de la familia deben saludarse al llegar a casa y despedirse al irse. Tampoco deben faltar las muestras de cariño si queremos mejorar el clima emocional en el hogar.
Cada miembro de la familia tiene un rol específico
Esto significa que los padres deben actuar como padres y los hijos como hijos. Aunque desde fuera parezca de lógica pura, hay muchos padres que olvidan su papel. Un padre es un guía y su misión fundamental es la de educar a sus hijos. El objetivo de fondo es contribuir al bienestar y el crecimiento de los hijos.
Para lograr esto, hay padres que actúan de forma más autoritaria que otros. Así, ante padres demasiado autoritarios, los hijos tendrán muy restringido su margen de maniobra y su autonomía. Por el contrario, es fácil que padres que son incapaces de mantener límites claros y definidos terminen criando hijos muy desorientados e impulsivos. En este sentido, lo mejor es ser unos padres democráticos, firmes con determinados límites, pero dispuestos a escuchar.
Los hijos, por su parte, deben aprender a respetar a los padres, asumir más responsabilidades a medida que crecen y darse permiso para equivocarse. Un hijo que no sigue las instrucciones de su padre no será “guiado” y crecerá con una gran sensación de inseguridad por la falta de puntos de referencia. En el otro extremo, un hijo demasiado dependiente difícilmente asumirá por voluntad propia riesgos que son necesarios para su crecimiento.
Realizar actividades en familia
La familia también debe ser un lugar para la diversión. Es importante que los miembros de la familia realicen actividades gratificantes juntos. Damos por supuesto que los hijos deben tener sus amistades, al igual que los padres, pero también deben compartir tiempo alejado de las responsabilidades o de los momentos de tensión. El tiempo de ocio en familia implica realizar excursiones, viajar a otras ciudades, salir a comer fuera, ver películas juntos, realizar deporte, etc. Es importante que el tiempo de ocio en familia sea de calidad y que todos los miembros disfruten de él.
Podríamos citar muchos más factores a tener en cuenta para mejorar el clima emocional en el hogar. Sin embargo, esto nos llevaría demasiado tiempo y excedería las pretensiones de este artículo. Si el clima emocional en tu hogar se está haciendo insoportable, lo mejor es visitar a un psicólogo. Él os ayudará a ti y a tu familia a sobrellevar los momentos difíciles.