Cómo prepararte para el retiro laboral
El retiro laboral es uno de esos momentos cruciales en la vida de casi todas las personas. Esto es especialmente cierto en el caso de quienes han centrado su vida en el trabajo o no tienen pareja ni hijos. En esos casos, la jubilación marca una frontera que se debe saber atravesar con cuidado, para que no origine dificultades.
Lo usual es que el retiro laboral genere sentimientos ambiguos. Por un lado, está la satisfacción de haber concluido una etapa de compromisos y obligaciones que de una u otra manera limitaban el tiempo disponible. Por otro lado, se abre un panorama incierto en el que a cada quien le toca reinventarse para asumir lo que viene.
Jubilarse no es solamente un trámite burocrático. De una u otra manera, significa también mirar cara a cara la vejez.
Aunque hay personas que hacen su retiro laboral estando muy jóvenes aún, la jubilación te pone en la categoría de lo que fue y ya no será. Por todo ello, es importante prepararse para pasar a la otra orilla de la mejor forma y sacarle partido a esta nueva etapa de la vida.
“La tarde sabe lo que la mañana nunca sospechó”.
-Robert Frost-
La edad y el retiro laboral
En la mayoría de los países occidentales, el retiro laboral se produce entre los 55 y los 65 años. Hace algunas décadas, esta era la edad de los abuelos. Se creía que a partir de esas edades no había más perspectiva que sentarte a tejer o a mirar televisión, esperando a que llegara una muerte dulce. Sin embargo, las cosas han cambiado mucho.
Con el aumento de la esperanza de vida, ha surgido una percepción diferente de las edades. Hace 50 años, alguien de 18 era un adulto que ya debía comenzar a pensar en casarse, formar familia y sentar cabeza. Hoy en día, una persona de esa edad es poco más que un niño.
Algo similar ha ocurrido con la mediana edad. Una persona de 60 años en la actualidad no es un “anciano” o un “abuelo”, sin más. A esa edad quedan al menos unos 10 o 15 años de vida productiva, si la persona lo desea.
Esa es, precisamente, la primera decisión que debe tomarse al momento de la jubilación: ¿quieres seguir trabajando o prefieres dedicarte a actividades ajenas a lo laboral?
Una ruptura y una pérdida
El retiro laboral es una ruptura con el ritmo que has llevado, probablemente, en las tres últimas décadas. Hayas disfrutado o no de tu trabajo, la jubilación implica una pérdida y, por lo mismo, significa que vas a atravesar por un periodo de duelo. Este será más o menos intenso, dependiendo de lo que el trabajo signifique para ti.
Se estima que solo un 10 % de los jubilados logra hacer la transición sin ningún conflicto. Para el 90 % restante, hay dificultades, de diferente intensidad, con las que deben lidiar. Sin embargo, los estudios indican que, tras un tiempo, el 66 % de los jubilados se sienten bien con su nueva condición.
Según un estudio llevado a cabo por el Instituto de Investigación sobre Calidad de Vida de la Universidad de Gerona, el 50 % de los jubilados tarda esos seis meses en volver a encontrar el equilibrio en su nueva vida. El 20 % de los retirados tarda un año y el 30 % demora un año y medio. En todos los casos hay momentos de satisfacción, con accesos de incertidumbre y tristeza, que logran superarse en la mayoría de los casos.
Aspectos a tener en cuenta
El retiro laboral se vuelve más sencillo cuando aceptas el cambio, que eso va a producirte alguna suerte de desconcierto en los primeros meses y que, detrás de ese punto y aparte, vas a poder seguir escribiendo. Acaba una etapa importante, pero tu corazón sigue latiendo.
Hay un punto en que es bueno comenzar a pensar en lo que nos falta por hacer. El retiro laboral es un buen momento para ello. De seguro, hay muchas cosas que hemos dejado de lado por el trabajo y que ahora tenemos la oportunidad de realizar. Estudiar algo, trabajar por cuenta propia en una actividad diferente, desarrollar al máximo una afición, viajar, en fin…
Entre mejor salud se tenga, más se va a disfrutar del retiro. Así que es bueno trabajar sobre ese aspecto, incluso antes de la jubilación. También es importante reajustar el presupuesto de gastos e incluir en la rutina una o varias actividades que impliquen contacto con los demás. En esta nueva etapa, los amigos van a ser/seguir siendo muy importantes.
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- Forteza, J. A. (1990). La preparación para el retiro. Anales de psicología, Vol. 6, Nº 2, 1990.