Cómo saber si eres neurótico
La palabra neurótico se popularizó, perdiendo en el proceso una parte de su significado original. Aunque hace más de un siglo se le empleaba en el ámbito de la psiquiatría y la psicología, en realidad tomó forma en el psicoanálisis de Sigmund Freud.
Por lo general, se le llama neurótico a quien grita mucho o es muy conflictivo. En realidad, esto no es exacto. Aunque por allá en el siglo XVIII se hablaba de neurosis cuando había inestabilidad en las emociones, el significado que adoptó luego esta palabra es muy diferente.
En términos de Freud, casi todo el mundo es neurótico, aunque la intensidad de esa afección varía. Desde esa óptica, cualquier ser humano desarrolla un margen de neurosis; al ingresar en la cultura y formar parte de una sociedad, renunciando a deseos personales, generamos una tensión.
“La incapacidad para tolerar la ambigüedad es la raíz de todas las neurosis”.
-Sigmund Freud-
Freud y el neurótico
Para Freud, alguien es neurótico cuando ha debido reprimir sus impulsos básicos, o pulsiones, en función de las demandas culturales, pero en contra de sus propios deseos. En otras palabras, se ha reprimido porque no encuentra otra opción, pero en el fondo no ha renunciado a esos impulsos básicos.
Al reprimirse, se origina una tensión : desea, pero no puede. En los términos freudianos, hay una lucha entre el superyó, instancia que determina los deberes, y el ello, instancia que representa los deseos más básicos. Esto lleva a que ese individuo se sienta de forma continua en estado de inconformidad.
La tensión se da de manera inconsciente, así que el neurótico simplemente siente que nada le satisface, que predomina el conflicto y las dudas no resueltas. De esta manera, gasta una gran energía resistiéndose a la realidad, pero a la vez no logra organizar una forma de cambiarla activamente, como no sea a través de esa resistencia sin dirección precisa.
Los rasgos del neurótico
El neurótico tiene un plus de angustia en casi todo lo que hace. Su inquietud y su inconformidad van más allá del estrés cotidiano, pero se parece a dicho estrés. La diferencia está en que, cuando hay neurosis, tal estrés se mantiene, aunque no haya motivo para sentirlo.
El neurótico no siempre es gritón y se identifica por su mal genio. De hecho, lo más frecuente es que sean callados y huraños y que solo eventualmente exploten. Eso sí, se mantienen en conflicto con ellos mismos y con el mundo. Su rasgo esencial está en esa tensión interna que no se disipa. Se sienten tensos por salir, o por entrar, o por caminar o por no hacerlo.
La neurosis intensa es más frecuente en quienes viven en grandes ciudades. También en quienes viven en condición de pobreza o han pasado por experiencias de maltrato, abandono o negligencia durante la infancia. Al neurótico le cuesta mucho ser espontáneo, reír: encuentra muchas dificultades para relajarse.
¿Eres neurótico?
Como ya lo anotábamos, de una u otra forma casi todos tenemos rasgos de neurosis, porque de uno u otro modo es un precio que se paga por formar parte de una cultura y de una sociedad. Sin embargo, en la persona madura, la renuncia a los deseos básicos es fruto de una racionalidad y no de una represión simplemente.
Ahora bien, hay un test básico para evaluar nuestro grado de neurosis. Las preguntas esenciales son las siguientes:
- ¿Te consideras una persona hipersensible?
- ¿Tiendes a sentirte víctima de otros?
- Si alguien te señala un error ¿te justificas o defiendes antes de analizar si es cierto?
- ¿Crees que sientes ansiedad con relativa frecuencia?
- ¿Crees que los demás se fijan mucho en ti?
- ¿Eres celoso y desconfiado?
- ¿Te gusta criticar a los demás?
- ¿Con frecuencia los pequeños problemas se vuelven grandes para ti?
- ¿Sientes un optimismo o depresión exagerados?
- ¿Tienes dificultades en tu vida sexual?
- ¿Te disgustas con frecuencia, con casi todas las personas?
- ¿Tienes pocas o ninguna ambición de superación?
- ¿Piensas con frecuencia en cambiar de empleo o te despiden frecuentemente?
- ¿Eres exageradamente meticuloso en uno o varios aspectos de tu vida?
- ¿Eres muy desordenado?
- ¿Mientes sin tener necesidad de hacerlo?
- ¿Eres supersticioso?
- ¿Haces cosas que luego consideras tontas?
- ¿Tienes algún tipo de conducta compulsiva?
- ¿Padeces de miedos exagerados o fobias?
- ¿Te enojas con facilidad?
- ¿Te cuesta mucho concentrarte?
- ¿Tienes enfermedades que el médico no logra diagnosticar?
- ¿Te duele la cabeza con mucha frecuencia?
- ¿Tienes problemas para dormir?
Si respondiste “sí” a cuatro preguntas, es claro que tienes algunos rasgos neuróticos. Si contestaste afirmativamente a entre cuatro y ocho preguntas, probablemente tienes un comportamiento neurótico. Si respondiste sí a más de ocho preguntas, lo más probable es que tengas una gran dificultad que requiere de ayuda especializada.
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- Pelissolo, A. (2012). Trastornos de ansiedad y neuróticos. EMC-Tratado de Medicina, 16(4), 1-10.