¿Cómo superar decir "no" en el trabajo?

No mostrarnos asertivos en el trabajo puede causarnos problemas en el entorno laboral y, también, fuera de él. Ahora, ¿cómo podemos superar esto? Lo descubriremos en este artículo.
¿Cómo superar decir "no" en el trabajo?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 22 junio, 2020

El trabajo es una parte muy importante de nuestra vida. Las tareas que realizamos nos llenan y nos permiten desarrollar habilidades, además de obtener dinero para cubrir nuestras necesidades básicas. Nos formamos y asistimos a entrevistas para conseguir ese empleo que tanto deseamos. Por eso, nos resulta extraño decir “no” en el trabajo. Sin embargo, a veces, es necesario.

La Fundación Adecco aconseja ser asertivos ya en la propia entrevista. Porque, ¿qué sucede si el trabajo no encaja con lo que estamos buscando? ¿Qué pasa si no nos ofrecen opciones para promocionar y esto es algo que nosotros deseamos? Podemos acabar en un puesto que no nos satisfaga y en el que no saber decir “no” nos empiece a jugar muy malas pasadas.

Entrevista de trabajo

No tenemos que estar siempre disponibles

Nuestro trabajo tiene unas horas que vienen estipuladas en un contrato. Además, en ese documento se especifican las condiciones de trabajo, como las horas extra. En el caso de que nuestros superiores nos pidan hacer horas extras que no se pagan o, incluso, estas horas extra en lugar de ser algo puntual se convierten en una constante, es fundamental aprender a decir “no” en el trabajo.

Detrás de esa predisposición a estar siempre disponibles está el miedo. El miedo a que nos despidan, a que nos rechacen o endurezcan nuestras condiciones. Por lo tanto, la mejor forma de combatirlo no es solo mejorando nuestra autoconfianza, sino comenzando a decir “no” en el trabajo. Para hacerlo, podemos empezar con pequeñas acciones, como negarnos a quedar con los compañeros de trabajo por tercera vez esta semana para dedicar tiempo a la familia, por ejemplo.

Después, cuando nos demos cuenta de que decir “no” no tiene nada de malo, es el momento de que cuando nos pidan si podemos encargarnos de una tarea adicional (y no podamos) nos neguemos. Así, hasta que podamos decir que “no” a esas horas extras que prolongan las horas de trabajo día sí y día también. Al principio, la reacción de los demás nos hará sentir un rechazo muy fuerte: no están acostumbrados a que seamos asertivos.

“El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento”.

-Victor Pauchet-

Cuáles son las consecuencias de no saber decir “no” en el trabajo

Además de tener presente que no tenemos que estar siempre disponibles, sabemos lo que ocurre cuando no sabemos decir que “no” en el trabajo. Las consecuencias suelen ser un elevado estrés, ansiedad por no saber si llegaremos a todo, sacrificar tiempo que podríamos dedicar a nuestra familia o a nosotros mismos, no descansar bien y hacer la tarea encomendada rápido y mal.

Esto tiene consecuencias graves para nuestro bienestar. Nos sentiremos cada vez más tristes, el estrés puede volverse crónico, puede que comencemos a tener problemas de ansiedad que nos provoquen insomnio o dificultades para descansar bien. Todo esto mermará nuestra productividad y puede que terminemos sufriendo lo que se conoce como el síndrome del trabajador quemado.

Mujer con síndrome post-vacacional

¿Qué es negociable y qué no es negociable?

Finalmente, es bueno identificar qué aspectos son negociables y cuáles no. Para cada persona será diferente, pero un ejemplo puede ser el siguiente.

Imaginemos que no tenemos problemas en quedarnos una hora más en el trabajo en épocas como Navidad. Esta es una parte de nuestro trabajo que estamos dispuestos a negociar. Pero, si nuestros superiores utilizan esa predisposición para abusar de ella, lo que provoca que no tengamos tiempo para nuestra familia, esto para nosotros ya no es negociable y así debemos manifestarlo.

En otros casos, puede que no sea negociable encargarnos de llevar a una persona a un determinado lugar o aceptar una responsabilidad en nuestros puestos de trabajo que no se contempla en el contrato. Por eso es bueno tener claros nuestros límites de negociación.

Superar decir “no” en el trabajo no es sencillo, sobre todo si la demanda viene de un superior. Los problemas de confianza en nosotros mismos y de autoestima pueden desdibujarnos en unos límites que no reconocemos ni hacemos respetar. Decir siempre que “sí” puede causar problemas en la pareja, la familia y hacernos sentir infelices por no tener tiempo para nosotros. ¿Comenzamos a cambiar esto?

“Para cambiar tu vida, necesitas cambiar tus prioridades”.

-Mark Twain-


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