El compromiso en las relaciones

El compromiso en las relaciones
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 15 junio, 2018

Las relaciones afectivas suelen ser un aspecto importante en nuestras vidas, ya sean familiares, de amistad o de pareja. Incluso, a veces estas últimas las consideramos como las más fundamentales para nuestra bienestar. Estas relaciones se caracterizan por una unión basada en el amor, pero ¿qué es realmente esta sentimiento?

Mucho se ha escrito sobre los componentes fundamentales del amor. En general, se suelen distinguir tres: pasión, confianza, y compromiso. Todos ellos son importantes para el mantenimiento de una buena relación. Por ello, su creación y mantenimiento deben ser una de las prioridades para todos aquellos que deseen estar en pareja.

En este artículo vamos a realizar una reflexión acerca del compromiso en las relaciones. De los tres componentes del amor, este es el más polémico. En general, el compromiso está contemplado como algo bueno; pero, ¿hasta qué punto eso es cierto?

Sin embargo, antes de comenzar a analizar si el compromiso en las relaciones es beneficioso o no, es necesario aprender a distinguirlo de los otros dos componentes del amor. Profundicemos.

Pareja hablando sobre sus diferencias

¿Qué es el compromiso?

El compromiso es la voluntad de las personas que integran una relación por permanecer juntas. Todas las relaciones requieren cierto grado de compromiso, pero existen muchas diferencias. Obviamente, no va a ser igual en el caso de un familiar, que de un amigo o una pareja. Por lo general, en una relación amorosa exigiremos más compromiso que en una amistad.

En terminos sencillos, el compromiso es una especie de contrato social que ambas partes aceptan. El hecho de decir somos “amigos”, “novios” o “marido y mujer” es lo que daría por firmado ese contrato. El problema es que, en general, las cláusulas de ese contrato no son enunciadas explícitamente por las dos partes. Las características de ese contrato suelen venir dadas por lo que la sociedad entiende que deben cumplir las dos partes.

El principal objetivo del compromiso en las relaciones es mantener cierta seguridad y control dentro de las mismas. Al existir ese contrato social, podemos mantener una serie de expectativas sobre cómo se debe comportar la otra parte de la relación. Esto nos ayudará a prever situaciones que puedan ocurrir y actuar en consecuencia.

A nivel de adaptación evolutiva, el mantenimiento del control y la seguridad en las relaciones ayudaría a muchos aspectos de la vida humana. Por ejemplo, en el caso de las parejas, tener una relación basada en el compromiso ayudaría en la crianza de los hijos; debido a que los niños nacen totalmente indefensos y necesitan el cuidado constante de sus padres. De hecho, en momentos anteriores de la historia de la humanidad, si no había dos adultos al cuidado del bebé sus posibilidades de supervivencia se veían muy reducidas.

El compromiso en las relaciones actuales

Ahora bien, ¿en qué se traduce esta faceta en el presente? En general, entendemos que tener compromiso implica varias cosas:

  • No ser infiel. La infidelidad se ve, en muchos casos, como un motivo de peso para terminar con una relación de pareja.
  • Intención de mantener la relación en el futuro. Si una de las personas pensase romper con la otra en breve, se considera que la pareja no tiene compromiso.
Chico cogiendo la mano de una chica simbolizando las crisis de pareja

¿Es algo bueno o malo?

Si observamos con atención las relaciones que nos rodean, muchas de ellas se caracterizan por presentar cierta toxicidad. Una de las posibles explicaciones es que el compromiso en las relaciones puede ser el núcleo de la mayoría de problemas. En teoría, esto podría deberse a tres factores inherentes al mismo:

  • El contrato social implícito.
  • Las expectativas que conlleva.
  • El control sobre los demás.

Veamos cada uno de ellos.

Contrato social

Al hablar de contrato social implícito, nos referimos a las condiciones no explícitas que se entiende que deben cumplirse en una pareja. En muchos casos, las personas que están en una relación no dicen claramente qué esperan el uno del otro. Por el contrario, empiezan la relación teniendo en mente una serie de ideas sobre cómo “debería” comportarse cada uno.

De esta forma, cada individuo interpreta de manera distinta qué implica exactamente el compromiso en las relaciones. Así, mientras una de las partes tiene una idea de cómo es una pareja, la otra puede pensar algo totalmente distinto. Es fácil que debido a esto surjan multitud de conflictos por un malentendido inicial.

Expectativas sociales

Otro aspecto clave muy relacionado con el anterior es la aparición de expectativas sociales. Al tener un compromiso con otra persona, tenemos una serie de ideas sobre cómo tendría que comportarse para complacernos. El problema surge cuando alguien no cumple con nuestras expectativas y fruto de ello, nos sentimos defraudados.

En general, las dos partes de la relación intentarán cumplir las expectativas del otro. Esto, sin embargo, puede hacerse a costa de las propias necesidades. Esta forma de actuar suele desencadenar en una sensación de estar alienado por el otro y finalmente, no sentirse libre.

Mujer culpando a su pareja

Necesidad de control

Por último, el compromiso en las relaciones puede producirnos una cierta necesidad de control sobre los demás. Esto surgiría al intentar obtener seguridad en nuestra pareja. El problema es que el control puede llegar a generarnos dependencia emocional, y por lo tanto, provocar que la otra persona se sienta agobiada y alienada.

No olvidemos que la autonomía es una necesidad vital del ser humano: no podemos esperar que los demás actúen según nuestro criterio. Una relación basada en la subordinación de uno al otro, rompe totalmente con esta sensación de libertad. En general, esto únicamente generará descontento e infelicidad para los dos miembros de la pareja.

Conclusión

El compromiso no deja de ser un mero acuerdo entre las partes que conforman una relación. A pesar de ser un aspecto importante de las relaciones de pareja, no debería convertirse en un aspecto central de las mismas. Llevado al extremo, puede causar más daño que beneficio.

Sin embargo, la mayoría de los problemas del compromiso se solucionan si somos capaces de explicitar lo que esperamos de la otra persona. Por otra parte, también es necesario que aprendamos a dejar libertad a nuestra pareja. Estas dos habilidades son fundamentales para tener una relación que nos haga felices.


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