¿Conoces la historia de las sirenas negras?
Si hay unas criaturas mitológicas que nos han fascinado desde siempre por su folclore, su misterio y su iconografía son las sirenas. Disney lo sabe bien y si en 1990 nos regaló la película animada, en unos meses descubriremos a una preciosa sirenita de carne y hueso protagonizada por Halle Bailey, una actriz negra. Ahora bien, cabe señalar que, cuando se publicó el tráiler de esta producción, recibió millones de “no me gusta”.
Por si esto no fuera poco, se inició una campaña en distintas redes sociales con hashtags como #NotMyMermaid y #MakeMermaidsWhiteAgain. Las críticas y ataques se justifican ante la idea de que la sirenita original es pelirroja y de piel blanca. La protagonista elegida se ve como una auténtica ofensa, un atentado a los cuentos de hadas.
No todo el mundo sabe que el cuento original que Hans Christian Andersen publicó en 1837 no se parece demasiado a esa película animada que muchos usan, de forma errónea, como canon. Su final, por ejemplo, es todo un epítome a la tragedia y a los corazones rotos. Asimismo, dentro de la mitología de las sirenas, aquellas de piel oscura han sido una constante a lo largo de nuestra historia.
Lejos de ver esta película como un ejemplo más de inclusión forzada, puede ser un pequeño homenaje a una realidad cultural tan velada como interesante.
“Debo ser una sirena. No tengo miedo a la profundidad y tengo un gran miedo a la vida superficial”.
-Anaïs Nin-
Las sirenas negras, una realidad en el folclore de todo el mundo
Nuestro ideario colectivo visualiza casi de manera automática a las sirenas con piel de porcelana e ígneos cabellos rojos. El hecho de que sea así no viene en exclusiva de la clásica película de Disney. El arte, desde el siglo XIX, ha tenido especial predilección por la mitología de las sirenas.
En la época victoriana, artistas como Herbert James o Lord Frederic Leighton nos regalaron obras espléndidas sobre dicha temática. En aquellos lienzos estas figuras representaban una sutil y perfecta combinación entre la feminidad, lo mitológico y lo amenazante.
No olvidemos que sus cantos tenían como finalidad llevar a la muerte a los marineros. Ahora bien, fueron los prerrafaelitas, como John William Waterhouse, quienes dejaron en nuestro inconsciente la impronta de esas sirenas níveas de cabellera roja.
El mundo del arte no se interesó en bucear en el folclore de los pueblos para dar visibilidad a las sirenas negras. A pesar de que estaban ahí, latiendo en la cultura y en la historia de continentes enteros. Al fin y al cabo, todo lugar donde exista agua dará forma al mito de una bella mujer con cola de pez. Su raza será tan diversa como los pueblos de nuestro diverso mundo.
Las historias de las sirenas negras siempre han existido y se han transmitido de manera oral y a través de numerosos libros.
Las sirenas africanas, espíritus del agua
Hace unos meses, y a raíz de la polémica surgida con la nueva película de Disney y la elección de su protagonista, los artículos de opinión no han dejado de aparecer. Ahora bien, entre toda esa marisma de críticas y lamentos, destaca la voz de quienes aportan información interesante sobre el tema. También de la necesidad de dar visibilidad a las sirenas negras.
Las académicas de educación literaria y sociocultural, como la doctora Desiree Cueto y la doctora Dorea Kleker de la Universidad de Arizona, aportaron su voz al espacio Worlds of Words. Aquí no solo nos facilitaron una amplia bibliografía sobre estas figuras mitológicas. También sacaron de esos espacios opacos del olvido una realidad cultural llena de poder y de historias interesantes.
Conozcamos primero a las sirenas africanas.
- Yemoja es un espíritu acuático del pueblo de Nigeria y se la representa como una sirena dadora de vida. Habita en el río Ogun Odò y se la venera en los arroyos, pozos y manantiales.
- Mami Wata es una deidad cuya mitología tiene su origen en África Occidental. Son espíritus del agua tanto femeninos como masculinos, capaces de traer la fortuna y también la calamidad. A menudo, lo que hacen es captar a las personas que desean para llevarlas a las profundidades de sus reinos. Más tarde las devuelven al mundo exterior y, cuando lo hacen, sus vidas estarán marcadas por la felicidad y la riqueza. En otros casos, les acompañará la fatalidad.
Las sirenas caribeñas, un pasado traumático
La dramática travesía trasatlántica que vivieron tantas personas al ser llevadas desde el continente africano hasta América deja también su vestigio mitológico en la figura de las sirenas negras. Un libro que resulta de lo más ilustrativo y apasionante sobre este tema es sin duda The Deep de Rivers Solomon (2019).
Esta novela nos trae la historia/mito de cómo muchas mujeres africanas embarazadas saltaban (o eran arrojadas) de aquellos barcos de esclavos al mar. Los hijos pasaron del líquido amniótico materno al mundo del océano para transformarse en sirenas y tritones. Una nueva sociedad acuática con un pasado traumático. La imagen no puede ser más simbólica.
Por otro lado, en Haiti es muy común que se hable de una dama muy peculiar: la Sirene. Es el espíritu del mar, una entidad tan admirada como temida. Se dice que en las noches de luna llena se lleva a los niños que nadan para conducirlos a las profundidades y quedárselos con ella.
Se cuenta también que hace su propia música, que es una bella mulata de ojos verdes y que, cuando así lo desea, puede caminar por nuestro mundo con sus dos piernas, abandonando su cola de pez.
Siempre hemos tenido sirenas negras en nuestra historia como humanidad. Se remontan a la mitología africana y continuaron en zonas del Caribe durante la esclavitud.
Más allá de los cuentos de hadas…
Si hay algo que sabemos sobre los cuentos de hadas es que han ido variando con el paso de los siglos. Apenas queda nada de los mensajes moralizantes que Charles Perrault o Hans Christian Andersen nos dejaron en sus cuentos infantiles. Más tarde, con la llegada de Disney, las historias originales quedaron embadurnadas de infinitas capas de idealismo y romanticismo.
Si pudiéramos desinfectar los actuales relatos infantiles, descubriríamos auténticas lecciones de vida. La sirenita de Andersen es una metáfora sobre el sacrificio y el sufrimiento femenino. La joven criatura del mar ama y salva en dos ocasiones a un príncipe que no la quiere y que, a menudo, la trata como un simple animal. La bruja del mar le corta la lengua y, a cambio, le ofrece dos piernas, pero caminar con esas extremidades es increíblemente doloroso.
Si profundizamos en la tradición de las sirenas negras, nos zambullimos también en territorios poco aptos para la mente infantil. La esclavitud, el sometimiento y la figura de mujeres que a veces usan su sexualidad para castigar trazan realidades que, de momento, el cine no ha llevado a la gran pantalla. Hacerlo, quizá, molestaría demasiado a quienes siguen empeñados en relatos inocuos de sirenas prerrafaelitas.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Mama Zogbé (2007) Mami Wata: Africa's Ancient God. Healers Society
- Monique Roffey (2022) The Mermaid of the Black Conch de Monique Roffey. Penguin Random House
- Virginia Hamilton & Leo & Diane Dillon (1995) Mary Belle and the Mermaid from Her Stories: African American Folktales, Fairy Tales, and True Tales. Blue Sky Press
- Zetta Elliot (2017) Mother of the Sea de Zetta. CreateSpace Independent Publishing Platform