¿Conoces los tipos de alcoholismo que existen?
El alcohol es una de las drogas de consumo legal más extendidas y populares entre la población. Su uso se encuentra normalizado, enmascarando en muchas ocasiones que hablamos de una droga. Así, hoy conoceremos los tipos de alcoholismo que existen.
Generalmente tenemos una visión estándar y estereotipada de quien padece una dependencia al alcohol. Sin embargo, las manifestaciones y los motivos que motivan el consumo de alcohol en exceso son diferentes. De esta manera, conocer la variedad de tipologías puede ayudarnos a tener una visión más amplia del alcoholismo y a detectar posibles casos problemáticos.
Uso, abuso y dependencia
No es sencillo establecer una línea divisoria clara entre lo que constituye un uso común del alcohol y lo que incurre en un problema de abuso o dependencia.
La clave para determinarlo no se encuentra en la cantidad o la frecuencia con que se ingiere alcohol. El punto definitorio lo constituyen las consecuencias negativas que la ingesta tiene para la salud (física y mental) de la persona, su bienestar y su entorno.
Así, denominamos uso a un patrón de consumo que no acarrea consecuencias negativas de ningún tipo. Hablamos de abuso cuando sí se produce una afectación importante y encontramos dependencia cuando comienza a generarse tolerancia y la vida del individuo empieza a girar en torno al consumo de alcohol.
Tipos de alcoholismo según Jellinek
Este autor planteó una clasificación de las distintas tipologías de alcoholismo que ha tenido una gran repercusión hasta el momento. Se trata, en realidad, de una diferenciación entre distintos tipos de bebedores y su relación con el alcohol, pues no todos los casos se ajustan a un patrón de dependencia.
- Bebedor tipo Alfa. Se trata de un tipo de dependencia puramente psicológica, por lo que la persona es capaz de cesar el consumo sin experimentar abstinencia física. Se produce una ingesta excesiva de alcohol con el fin de paliar o mitigar el dolor emocional o los síntomas físicos causados por una enfermedad.
- Bebedor tipo Beta. Se trata de bebedores sociales que ingieren alcohol de forma regular y excesiva, por lo que pueden presentar diferentes problemas, como gastritis o cirrosis hepática. En este caso tampoco existe enfermedad alcohólica propiamente dicha.
- Alcoholismo tipo Gamma. Estos individuos sí presentan una verdadera dependencia alcohólica. Experimentan tolerancia, dependencia física y una clara pérdida de control ante la bebida. Existe un problema psicológico subyacente y se generan consecuencias graves a nivel personal y social. En esta categoría encontramos a los alcohólicos crónicos.
- Alcoholismo tipo Delta. Este es el otro representante por excelencia de la enfermedad alcohólica. Hablamos de personas que beben de forma excesiva, pero que no presentan pérdida de control ni llegan a la intoxicación alcohólica. No obstante, son incapaces de mantener la abstinencia sin presentar síntomas físicos o psíquicos.
- Alcoholismo tipo Epsilon. Se encuadran en esta categoría los individuos que ingieren alcohol de forma esporádica y compulsiva, intercalando largos periodos de abstinencia. A pesar de beber con poca frecuencia, cuando lo hacen experimentan gran pérdida de control y problemas de conducta.
Tipos de alcoholismo según Cloninger
Otra de las clasificaciones más relevantes es la establecida por Cloninger. En ella se da cuenta de la diferencia en causas, severidad y pronóstico de dos distintos tipos de alcoholismo.
- Alcoholismo tipo I: se trata de una enfermedad alcohólica de inicio tardío y que encuentra en los factores ambientales su causa más probable. Estas personas encuentran en el consumo de alcohol un reforzante efecto ansiolítico por lo que desarrollan dependencia psicológica con gran rapidez. Suelen sentir culpa por su consumo y rara vez muestran problemas de conducta.
- Alcoholismo tipo II: es de inicio temprano y el reforzador del consumo es la euforia que el alcohol proporciona. Se trata de personas con tendencia a buscar la novedad y la estimulación y el origen de su problema parece estar más relacionado con factores genéticos.
Como vemos, no es sencillo establecer unas diferencias claras entre el uso y el consumo problemático de alcohol. Las circunstancias particulares de cada persona determinarán si la afectación personal y social son significativas.
No obstante, conviene mantenernos alerta y ante ciertas señales plantearnos la existencia de un posible abuso y dependencia. Recurrir a profesionales cualificados puede ayudarnos a aclarar las dudas y establecer las pautas de actuación adecuadas.
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