Continuidad psicológica e identidad personal según Derek Parfit
La identidad personal es un tema transversal en la historia de la filosofía y la psicología contemporáneas. La pregunta de qué constituye la identidad personal y cómo se mantiene a lo largo del tiempo ha sido investigada desde distintas perspectivas. En concreto, el filosofo Derek Parfit ha propuesto uno de los desarrollos más creativos en el último siglo.
En su obra Razones y Personas, Parfit presenta una teoría de la identidad personal conocida como la teoría de la continuidad psicológica. Esta teoría sostiene que la identidad de una persona se mantiene a lo largo del tiempo gracias a la continuidad de ciertos aspectos psicológicos, tales como recuerdos, características de la personalidad y deseos. Sus reflexiones constituyen una importante contribución al debate sobre la identidad personal, aportando una visión única y profunda sobre el tema.
Teletransportación e identidad personal
Parfit inicia su planteamiento con un experimento mental inspirado en algunas obras de ciencia ficción. Imaginemos que existe un teletransportador que puede llevarnos a Marte. La teletransportación se conseguiría escaneando nuestro cuerpo, luego recreando una copia idéntica en el lugar de destino y acto seguido, destruyendo el modelo original. Así, tanto nuestras neuronas como sus conexiones serían replicadas sin error en el punto de destino.
Ahora imagina que la máquina falla, y que después de crearnos en Marte, no elimina nuestro cuerpo en la tierra. Un asistente nos informa de que el proceso falló, pero que no nos preocupemos: el cuerpo de la tierra será destruido en los próximos 5 minutos. ¿Cómo deberíamos reaccionar frente a este hecho?
Piensa que una copia seguirá con vida, una copia que amará y cuidará a nuestra familia igual que nosotros, que continuará nuestra carrera y que incluso terminará aquel artículo que dejamos por la mitad. Una mente que seguirá funcionando como la nuestra…
Dos tipos de identidad
Pero, ¿y qué pasaría con nuestra identidad personal en este intento fallido de teletransportarnos? De acuerdo con Parfit, existen dos tipos de identidad:
- Identidad cualitativa.
- Identidad numérica.
Si bien la copia creada por el teletransportador es cualitativamente idéntica, no es numéricamente idéntica. Del mismo modo, si tengo dos bolas de billar blancas, estas no son numéricamente idénticas, aunque sí cualitativamente idénticas. Por otro lado, si tengo una bola con número y la pinto, dejará de ser idéntica a nivel cualitativo a su estado anterior, aunque continuará siendo idéntica numéricamente.
Por lo general, cuando nos preocupamos por nuestro futuro, lo que nos preocupa es nuestra identidad numérica. Sin embargo, los cambios cualitativos en nuestra personalidad pueden alterar nuestra identidad. Por ejemplo, una persona puede cambiar después de un evento traumático o puede perder parte de su memoria, lo que influiría de manera determinante en su identidad personal.
La teoría de la continuidad psicológica
Según Parfit, la identidad personal no quedará determinada por un criterio o conjunto de criterios en particular, sino por una serie de estados mentales y psicológicos superpuestos. Estos estados incluyen recuerdos, creencias, deseos, rasgos de personalidad y experiencias, formando una cadena continua que se extiende en el tiempo. Esta cadena refleja los cambios en el tiempo de nuestra personalidad, nuestra moral y nuestros modos de pensar.
En la visión de Parfit, la noción de un yo fijo e inmutable es una ilusión. En su lugar, nuestra identidad es una colección de estados psicológicos y rasgos en constante evolución y cambio. Lo que determina nuestra identidad personal es la continuidad de nuestras memorias.
Esta visión desafía las nociones tradicionales de identidad personal en filosofía, las cuales sostienen que nuestra identidad se determina por algún aspecto esencial de nuestro ser, como nuestra alma o nuestro cuerpo.
El criterio físico de la identidad personal
Según algunas teorías, nuestra identidad personal está determinada por un criterio físico. Somos los mismos a través del tiempo porque existe una continuidad en nuestro cuerpo. Esta continuidad estaría garantizada por la conservación de nuestro cerebro. Sin embargo, algunos experimentos respaldan la idea de que pueden coexistir dos esferas de conciencia separadas en nosotros mismos.
A comienzos de los 60, se realizaron una serie de intervenciones quirúrgicas que buscaban curar la epilepsia. La operación consistía en cortar el cuerpo calloso que une los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro. Si bien los síntomas de la epilepsia se reducían de manera significativa o incluso desaparecían, los pacientes empezaban a producir comportamientos confusos y desadaptativos.
Parfit supone que si un cirujano pudiera trasplantar un hemisferio a un cuerpo sin cerebro de manera exitosa, el criterio físico perdería validez para explicar la identidad personal. Si cada hemisferio pudiera operar independientemente en un cuerpo distinto, no podríamos hablar de una identidad personal, dado que no puede existir continuidad psicológica entre ambos cuerpos. Ambos funcionarían como identidades separadas, aunque compartan una memoria en común.
Por otra parte, las nuevas experiencias conformarían nuevos recuerdos que no compartirían, con lo cual estaríamos frente a dos identidades distintas; siguiendo con el experimento anterior, la persona en la tierra y la persona teletransportada empezarían a tener experiencias distintas.
La continuidad psicológica de la identidad personal
Las implicaciones de la teoría de la continuidad psicológica de Parfit son trascendentes. Esta teoría no es compatible con la idea de un yo fijo e inmutable, y en lugar de ello trabaja con una idea dinámica de identidad, formada por las experiencias, creencias y valores, entre otros elementos también cambiantes.
Si bien el planteamiento de Parfit es similar al que pudieran hacer filósofos empiristas como Hume, se introducen nuevos criterios a la hora de enumerar elementos que nos identifican como individuos.
Así, para que exista continuidad psicológica entre nuestro yo de los 4 años y nuestro yo presente, es necesario que existan conexiones fuertes entre instancias intermedias. Por ejemplo, yo poseo una «conexión fuerte» con mi yo de ayer, recuerdo mis actividades generales, el almuerzo, las charlas que tuve con otras personas. No obstante, no puedo recordar con el mismo detalle lo que hice hace 10 años. ¿Debo por eso creer que yo era una persona completamente distinta en aquel entonces?
De acuerdo con Parfit, la continuidad psicológica es producto de una cadena de conexiones fuertes superpuestas, que van ligando nuestra identidad a lo largo del tiempo. Gracias a que poseemos varias conexiones psicológicas directas y concretas, podemos afirmar que existe una continuidad psicológica.
En conclusión, la teoría de la continuidad psicológica de la identidad personal de Derek Parfit ofrece una perspectiva única e interesante sobre la naturaleza del yo y la identidad personal. Esta teoría desafía corrientes más idealistas, y proporciona una comprensión profunda y compleja de cómo la identidad se desarrolla y cambia a lo largo del tiempo.
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Parfit, D. (2004). Razones y personas. En Mínimo tránsito.
- Sperry, R. W. (1966). Brain Bisection and Consciousness”, în Brain and Conscious Experience, JC Eccles.
- Alvarado, José, (2016). IDENTIDAD PERSONAL Y ONTOLOGÍA DE LA PERSONA. Universitas Philosophica, vol. 33, núm. 66, pp. 77-112. https://www.redalyc.org/journal/4095/409544845012/html/