Cuando llevas el sol por dentro no importan las tormentas
Cuando llevas el sol por dentro la vida enciende sus más valiosos engranajes, y ya nada puede detenerte. Son instantes vitales en los que por fin, logramos dejar atrás la adversidad y aprendemos a andar con más seguridad. Con mayor ilusión.
Y no importan ya las sombras, los errores del ayer o esas personas que se acercan para intentar apagar tu luz: tu sol interior. Porque ya sabes reconocerlas, porque sabes priorizarte y atender aquello que de verdad importa en la vida: ser feliz.
En ocasiones, miramos el cielo y descubrimos a ese sol inmenso y solitario. No importan sus años, ni esos días en que lo cubren las tinieblas: él nunca deja de brillar.
Con las personas sucede lo mismo. Todas nacemos con luz propia, todos tenemos la capacidad de brillar, sin embargo, ese sol con el que venimos al mundo pierde fuerza a veces por nubes pasajeras, o por la influencia de otros que son capaces de apagarnos un poco cada día.
No lo permitas. No dejes que nada ni nadie reste esplendor a tu capacidad para ser feliz. A ese motor interno que debemos saber encender de nuevo.
Cómo aprender a “revivir” el sol que escondes en tu interior
La vida es un viaje que hay que transitar con un equipaje ligero. Cuanto menos pesos cargues más ligero avanzarás. Sin rencores, sin pesares, sin miedos o actitudes limitantes. Sólo los que logran llenar su corazón de emociones positivas y de ese sol lleno de ilusiones, logra volar bien alto.
En ocasiones, sólo cuando otras personas nos llevan hasta el borde del abismo, somos conscientes de que tenemos alas para volar: de que somos más fuertes de lo que pensábamos.
Hay quien dice que en la vida se aprende sufriendo. Que hay que pasar por momentos difíciles para madurar y obtener esos aprendizajes vitales. No obstante, tampoco hay que llegar a estos extremos. En realidad es algo mucho más sencillo.
No importa lo que nos traiga la vida, lo esencial es lo que cada uno hagamos con lo que la vida nos trae, con la actitud que tengamos. Hay quien de actos sencillos construye grandes tempestades, y ahi quien de de pérdidas emerge con gran entereza. Sea como sea tu actitud, nunca está de más aprender a sacar esa luz de nuestro interior. Ese sol que debe alumbrar nuestro camino.
El sol por delante y las sombras a tu espalda
Eres todo lo que has superado, eres tus derrotas y tus triunfos, pero a su vez, eres algo más que todo ello. Eres alguien capaz de asumir su pasado y de crear su futuro.
- El pasado no puede editarse, nadie puede borrar lo que ocurrió ayer. Por ello, no conviene hacer de nuestro presente un estado de lamento continuo. Hay que darse nuevas oportunidades y cultivar nuevas ilusiones.
- Fija en tu horizonte objetivos sencillos que te animen a hacer pequeños cambios cotidianos. En ocasiones, el peor enemigo es la rutina, de ahí que sea necesario ir más allá de esa linea que te limita ahora.
- Ponte el sol de frente y deja las sombras del ayer a tus espaldas. Notarás que la luz en ocasiones te ciega un poco: es porque el futuro aún no está escrito y tú eres el auténtico artífice de todo lo que está apunto de llegar.
Cuida de que nadie apague tu sol interior
En ocasiones es nuestra educación, el vínculo en ocasiones limitante de una familia que no ha sabido educarnos en felicidad. Otras veces son parejas que liman nuestras libertades, personas que nos traen tormentas antes que felicidades.
- En nuestro día a día son muchas las personas que pueden apagar el sol de nuestro interior. Y aún más, en ocasiones el auténtico enemigo podemos ser también nosotros mismos, a través de esos saboteadores internos que nos limitan, que nos llenan de miedos e inseguridades.
- No dejes que nadie te traiga tormentas cuando tú necesitas días de calma y de luz. Recuerda que eres dueño de tu vida y de tu destino, que debes cuidar de ese jardín interior que es tu autoestima, y tu crecimiento personal.
- Pon límites, deja de reforzar vínculos que te causan sufrimientos y busca nuevas puertas en tu día a día, a través de las cuales, descubrir personas que de verdad merezcan la pena.
Por muy larga que sea la tormenta el sol siempre vuelve a brillar
Nada permanece eternamente, ni siquiera el dolor que te hostiga en estos momentos. Día a día el dolor será mucho menor y podrás respirar con normalidad. Lo único que tendrás que hacer, es aprender a vivir con los recuerdos.
Hemos de aprender a aceptar que la adversidad puede visitarnos en cualquier momento.Y lejos de resistirnos, lejos de volvernos prisioneros del dolor, hay que aceptarlo, entenderlo y, poco a poco, dejarlo ir.
La resiliencia es una capacidad que todos tenemos en nuestro interior. Aprendemos de las adversidades y salimos fortalecidos siempre y cuando, entendamos que todo pasa, y que merecemos abrirnos de nuevo al mundo.
Cuando todo parece que esté perdido, siempre aparece un rayo de sol. Búscalo en tu interior, búscalo en la gente que te quiere, búscalo en ese horizonte que te aguarda con nuevas ilusiones.
Imágenes cortesía de Marie Desbons