Demisexualidad: cuando las emociones generan deseo

La sexualidad nunca fue heteronormativa. Pero no fue hace mucho que empezamos a discutir sobre ello. En este artículo hablaremos de la demisexualidad, una orientación donde la conexión emocional es clave para despertar el deseo sexual.
Demisexualidad: cuando las emociones generan deseo
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 29 octubre, 2023

Ser demisexual significa experimentar atracción sexual sólo después de establecer una conexión emocional con alguien. Entra en la categoría de «sexualidad gris», que abarca variaciones entre la asexualidad y la sexualidad.

A partir de esto entendemos que la sexualidad no se reduce en términos de «blanco» o «negro», sino que existe una amplia gama de experiencias. En relación a esto, las redes sociales están contribuyendo a visibilizar y nombrar nuevas identidades y elecciones sexuales que han existido desde siempre.

En este artículo exploraremos las características de la demisexualidad, sus desafíos y cómo se ha convertido en un punto crucial de la conversación en la diversidad sexual.

¿Qué implica ser demisexual?

El término «demisexualidad» fue acuñado en 2006 por la Red para la Educación y la Visibilidad Asexual (AVEN)​. Tal como se menciona en un artículo de la Universidad Denver, algunos profesionales la consideran un tipo de identidad y orientación sexual. 

Holly Richmond, sexóloga y especialista en terapias de pareja, explica que para las personas demisexuales la atracción física no surge de inmediato al conocer a alguien. En estos casos, el deseo sexual no es la fuerza principal impulsora, a diferencia de lo que vemos en las películas de Hollywood donde las personas suelen experimentar lujuria a primera vista. 

Un dato no menor es que ser demisexual no es una decisión y, por lo tanto, no puede cambiarse de forma voluntaria con frases como «Voy a ser diferente a partir de ahora». No se trata de una elección consciente de no tener relaciones sexuales antes de forjar un vínculo afectivo, sino más bien de una respuesta que no se activa hasta que se haya desarrollado ese lazo.

Sin embargo, estas personas pueden decidir tener sexo incluso cuando no lo desean. A menudo, esto sucede debido a presiones sociales o por desconocimiento sobre estas identidades.



La demisexualidad y la asexualidad son conceptos relacionados, pero no iguales

A pesar de que las personas demisexuales puedan pasar mucho tiempo sin querer tener sexo, es importante destacar que la demisexualidad y la asexualidad no son términos intercambiables. Así lo aclara un artículo publicado en The Journal of Sex Research.

En el primer grupo, el deseo sexual suele despertarse después de establecer una relación emocional, y la experiencia sexual puede variar, dependiendo de la persona, desde ser intensa y apasionada hasta no prioritaria en absoluto. En cambio, las personas asexuales pueden no experimentar atracción ni deseo sexual, incluso cuando están profundamente enamoradas, por ejemplo.

Ser demisexual y pansexual al mismo tiempo… ¿Es posible?

Las personas demisexuales pueden identificarse como heterosexual, homosexual, bisexual, etc., o bien, sentir atracción (emocional y luego sexual) hacia personas de cualquier género. En este último escenario, la demisexualidad y la pansexualidad pueden coexistir en una misma persona. ¿Sigues nuestra idea?

Profundicemos. Cuando hablamos de pansexualidad nos referimos a personas que pueden sentirse atraídas por individuos de género masculino, femenino, no binario, género fluido, entre otros. Ni el género, ni la conexión emocional previa (siempre y cuando no se trate de una persona demisexual) son factores determinantes en el deseo sexual.



¿Existe una correlación entre la demisexualidad y la sensación de soledad?

Uno de los principales desafíos con los que deben lidiar las personas demisexuales es la sensación de que no las comprenden del todo. Sucede con todas las minorías sexuales. En este caso, el hecho de priorizar los sentimientos genuinos puede ser un poco complicado de entender en un mundo donde la rapidez y las conexiones superficiales parecen ser la norma.

Sin duda, la sensación de aislamiento y soledad es una lucha que muchos demisexuales conocen de primera mano. Observan cómo sus amigos saltan de relación en relación, o cómo cada fin de semana alguien nuevo parece atraerles, mientras ellos sienten que algo no encaja en su forma de sentir.

Asimismo, el hecho de que necesiten tomarse un tiempo para construir un lazo emocional sólido antes de avanzar en lo sexual, puede generar cierta frustración y obstaculizar el inicio de una relación.

Pero, ¡no tenemos que pensar que todo está perdido! A medida que crece la conciencia sobre la demisexualidad, también aumentan las oportunidades de conexiones honestas, respetuosas y significativas.

Ser demisexual no es un problema; es una orientación

Hagamos hincapié en esto: No hay nada malo, roto o incompleto en las personas demisexuales. Todas las orientaciones son igualmente válidas y merecen respeto. Si tienes dudas sobre tu sexualidad o si esto te está causando conflictos o malestar, es importante que abordes el tema en un espacio seguro y profesional, como un proceso de psicoterapia.

La vivencia de la demisexualidad puede variar de forma significativa entre un sujeto y otro. Este aspecto, subraya la importancia de reconocer y respetar la diversidad de experiencias dentro del amplio espectro de la identidad y orientación sexual, recordándonos que no hay un único camino válido para comprender y expresar la sexualidad humana.

En este sentido, es fundamental que sigamos cuestionando el pensamiento heteronormativo arraigado a nuestra cultura, contribuyendo así a crear una sociedad más inclusiva, respeutosa y saludable.


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