¿Qué es el género no binario?

Esta identidad de género no se ajusta a las categorías tradicionales de «masculino» o «femenino». Ya sea que te identificas como parte de este grupo, o tienes interés por comprenderlo mejor, no te pierdas estas líneas.
¿Qué es el género no binario?
Leticia Martín Enjuto

Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto.

Escrito por Helena Sutachan

Última actualización: 04 noviembre, 2023

En su mayoría, las personas suelen clasificarse en dos categorías: hombres o mujeres. Esta idea se conoce como binarismo de género, y es la que ha imperado en la sociedad durante milenios. Desde hace un par de décadas han surgido nuevos paradigmas que intentan reflejar el espectro y la diversidad sexual y de género que existe en la realidad. Uno de ellos es el género no binario.

Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de género no binario? ¿Quiénes forman parte de esta comunidad diversa? Exploraremos estas cuestiones y aclararemos el simbolismo de su bandera, entre otros interrogantes.

El género, más allá del sexo

En primer lugar, necesitamos comprender qué es el género y por qué se diferencia del sexo. El sexo hace referencia, de manera general, a las características fisiológicas y biológicas de los cuerpos que se determinan en el nacimiento. Se basa en la combinación de cromosomas (XY para machos, y XX para hembras).

En cambio, el género involucra los procesos históricos y socioculturales a través de los cuales un cuerpo llega a convertirse en «mujer» u «hombre», y a su vez, a incorporar y reproducir los roles y comportamientos asociados.

Por lo tanto, el género es una construcción social que a veces coincide con el sexo biológico (cisgénero), y otras veces no coincide (no cisgénero). A diferencia del sexo, y tal como se menciona en un informe realizado por National Institute of Health, el género puede cambiar con el tiempo.

En este sentido, la identidad de género puede comprenderse como la experiencia individual acerca de cómo nos percibimos en relación con nuestra sexualidad y con nuestras formas de ser.

Hemos planteado hasta aquí el esquema sexo-género desde categorías binarias; sin embargo, ¿qué ocurre cuándo nuestra identidad de género no se corresponde con nuestro sexo y tampoco se ajusta a las categorías de lo masculino o lo femenino? En estos casos, estamos frente a una identidad de género no binaria.



El género no binario: afirmando la indeterminación

Hemos aprendido a comprender el mundo a partir de una lógica binaria, usando pares de conceptos como razón/emoción, cultura/naturaleza o mente/cuerpo. Desde el punto de vista del género, la dicotomía entre masculino/femenino ha sido fundamental para intentar comprender los vínculos, el deseo, la estética, el erotismo y la identidad.

Sin embargo, durante las últimas décadas se han ido visibilizando identidades que se escapan de las expectativas cisnormativas. Estas buscan poner en cuestión el binarismo de género y la rigidez identitaria de un sistema que solo admite dos opciones como válidas.

De esta forma, el género no binario es un concepto que permite dar cuenta de aquellas personas que no se identifican como hombres ni como mujeres.

Diversidad de experiencias

El concepto «no binario» es como un paraguas que abarca una amplia variedad de identidades. Como señala Emily Kendall, en un artículo de la Encyclopedia Britannica, mientras algunas personas se sienten identificadas con múltiples géneros a la vez, otras experimentan cambios en su identidad a lo largo del tiempo.

Surya Monro, profesora de Sociología y Política Social en la Universidad de Hudderfield, advierte que el término «no binario» incluye a todas las personas cuyas identidades quedan fuera de las identidades masculina y femenina, por ejemplo:

  • Género fluido o genderfluid: experimentan una mezcla de identidades femeninas y masculinas en diferentes momentos. En estos casos, la identidad fluye por períodos.
  • Agénero: no se identifican con ninguna identidad de género binaria en absoluto.
  • Poligénero: se identifican con dos o más géneros por igual.
  • Pangénero: se identifican con todas (o la mayoría de) las identidades de género en simultáneo.
  • Andrógino: buscan una expresión de género neutra o combinada. Eligen vestirse y presentarse de una manera ambigua que no se adhiere a los estereotipos de géneros tradicionales o mezclando elementos considerados «masculinos» y «femeninos».

Es importante mencionar que algunos sujetos no binarios se ven a sí mismos como transgénero, al no coincidir su identidad con el género que se les asignó al nacer, aunque no todos los individuos lo hacen.

Las identificaciones no binarias son muy personales y diversas. Incluso, destaca Kendall, dos individuos con la misma etiqueta pueden vivir su género de formas distintas. Aquellos que se definen como no binarios suelen ser reconocidos como miembros de la comunidad LGBTQ+ y su orientación sexual puede variar.



Bandera del género no binario

Además de la icónica bandera LGBTIQA+, existen otras que simbolizan a cada uno de los grupos dentro de esta diversa comunidad. La bandera del género no binario fue diseñada en el año 2014 por Kye Rowan, un joven comprometido con la justicia social. Está formada por cuatro franjas, cada una de las cuales expresa un aspecto específico:

  • Amarilla: simboliza a las personas cuya identidad de género no se ajusta a la lógica binaria.
  • Blanca: representa a aquellas personas que se identifican con más de un género.
  • Morada: refleja a aquellas personas con identidad de género combinada, que abarca tanto lo masculino como lo femenino.
  • Negra: hace alusión a aquellas personas que no se identifican con ningún género en particular.

Breve historia del género no binario

En un artículo sobre la historia de esta forma de género, Alexzander Baesten resalta que, aunque la exploración de la identidad de género es más prominente en la actualidad, la idea de ser no binario no es nada nueva.

Este autor señala que uno de los primeros ejemplos conocidos de alguien que podría haberse identificado con el significado contemporáneo de «transgénero» se remonta a la década de 1620 en la colonia de Virginia, refiriéndose a un sirviente llamado Thomas/Thomasine Hall, quien se identificaba tanto como hombre como mujer.

No fue hasta 1910 que el sexólogo alemán Magnus Hirschfeld acuñó el término transvestite, aunque ahora se considera desactualizado y peyorativo. Con el tiempo, se crearon términos más específicos para describir identidades de género fuera del binario típico, como genderqueer, que surgió en 1995.

Hoy en día, el término nonbinary también se utiliza para describir identidades de género que no se fijan como masculino o femenino. Además, es esencial reconocer que las identidades de género fuera del binarismo han existido durante siglos en culturas no eurocéntricas.

Así, Alexzander señala que estas identidades de género han estado presentes de forma consistente a lo largo de la historia y desafían la noción de que ser «no binario» es un concepto nuevo o moderno.

¡Por una sociedad más respetuosa e inclusiva!

Tristemente, cuestionar o rechazar la lógica binaria nos convierte en un blanco de críticas. La comunidad trans, personas no binarias y personas queer enfrentan múltiples formas de discriminación.

Es importante preguntarnos por qué nos incomoda la idea de género no definido. ¿Qué nos impide como sociedad romper con el pensamiento binario y abrirnos a nuevas formas de ser y estar, desafiando las estructuras que jerarquizan ciertas identidades por encima de otras?


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