Movimiento LGBTIQ+: ¿en qué consiste y cuál es su historia?

La historia del movimiento LGBTIQ+ es la historia de la lucha por el reconocimiento de la diversidad sexual y de género, por la comprensión de la sexualidad por encima de la dimensión binaria y, sobre todo, por el respeto hacia la diferencia.
Movimiento LGBTIQ+: ¿en qué consiste y cuál es su historia?
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Helena Sutachan

Última actualización: 19 octubre, 2021

Si miramos con atención, la heterosexualidad como norma parece ser más un mito, la imposición de un deseo, que una realidad. A través del arte, la literatura y los testimonios históricos es posible rastrear la presencia de sexualidades disidentes que han sido perseguidas y proscritas, obligadas a vivir en la oscuridad del armario.

La historia del movimiento LGBTIQ+ recoge esa discriminación histórica para transformarla en una lucha política por el derecho a existir en los propios términos, a amar en libertad.

Es una historia de muchas historias, porque en cada país del mundo occidental las luchas, los logros y las transformaciones alcanzadas por el movimiento han sido diferentes. Sin embargo, es una historia que se articula colectivamente alrededor del amor, la resistencia y, sobre todo, del orgullo.

Corazón de colores LGTBI

Stonewall: el hito fundacional

La fecha: 28 de junio de 1969. Los disturbios ocurridos este día en el Stonewall Inn, un bar ubicado en el Greenwich Village de Nueva York, pueden considerarse como el punto de inflexión histórico en cuanto a la diversidad sexual.

El movimiento por los derechos civiles y los movimientos de liberación de la mujer eran el caldo de cultivo perfecto para que otras reivindicaciones sociales se produjeran.

En respuesta a las continuas redadas y asedios de la policía hacia la comunidad gay, aquel 28 de junio quienes se encontraban en el Stonewall decidieron decir: ¡basta!

Las manifestaciones y los disturbios se extendieron durante tres días, sin embargo, lo más importante es que allí se sentaron las bases de lo que sería una de las luchas políticas más importantes de la segunda mitad del siglo XX.

Poco tiempo después del levantamiento en el Stonewall, aparecieron en el escenario político organizaciones de activistas homosexuales como, por ejemplo, el Gay Liberation Front y la Gay Activist Alliance. Estas organizaciones fueron fundamentales para establecer los puntos de encuentro y desencuentro dentro de la comunidad homosexual, las luchas conjuntas, las diferencias identitarias y la construcción de una agenda política para lograr que ni la identidad ni la orientación sexual fueran elementos que justificaran la discriminación, la violencia y la persecución.

Un año después, el 28 de junio de 1970, se celebró la primera marcha del Orgullo Gay en Nueva York y Los Ángeles y, progresivamente, fue extendiéndose a lo largo del planeta, convirtiéndose en una fecha para celebrar la diversidad y visibilizar las luchas, los logros y las reivindicaciones aún pendientes.

LGBTIQ+: un movimiento por la diversidad

Cada una de las letras que componen la sigla LGBTIQ+ nos habla tanto de orientaciones sexuales como de distintas construcciones identitarias alrededor del género.

En los inicios del movimiento, el término “gay” parecía aglutinar a todas las expresiones de disidencia sexual. Sin embargo, pronto se hizo evidente que era necesario visibilizar explícitamente las discriminaciones y las demandas específicas de cada una de las identidades que componían lo que en los años 70 (e incluso durante los años 80) se nombraba genéricamente como comunidad Gay.

Así, paso a paso, se fue gestando la sigla que conocemos hoy:

  • La L corresponde a la orientación sexual lésbica, mujeres que se sienten sexual y afectivamente atraídas por otras mujeres.
  • La G corresponde a la orientación sexual gay u homosexual, hombres que se sienten sexual y afectivamente atraídos hacia otros hombres.
  • La B corresponde a la bisexualidad, que puede comprenderse como la atracción sexual y afectiva tanto hacia personas del mismo género como de un género diferente al propio.
  • La T nombra a las personas transexuales y transgénero, es decir, personas que se identifican con un género diferente al asignado al momento de nacer.
  • La I se refiere a las personas intersexuales, busca describir a aquellas personas que nacieron con características sexuales anatómicas que no coinciden con las expectativas típicas asociadas a lo masculino o lo femenino. Así, la intersexualidad no es ni una identidad de género, ni una orientación sexual.
  • La Q viene de la palabra queer, un término paraguas que agrupa todas aquellas identidades no binarias, como el género fluido o el género neutro.
  • El signo +, sumado recientemente, hace referencia a identidades como la pansexualidad, la asexualidad y otras que no se sientan reflejadas en las letras que componen la sigla, pero que viven sus vidas por fuera de la cis/heteronorma.
Dos mujeres lesbianas con una bandera del movimiento LGTBIQ+

El orgullo: la importancia de la visibilidad

En 1978, el artista y activista por los derechos homosexuales, Gilbert Baker, diseña la icónica tela arcoíris que hoy conocemos como la bandera del orgullo LGBTI+. Baker ondeó su creación por primera vez en la Marcha del Orgullo de ese año en la ciudad de San Francisco y, desde entonces, se ha convertido en un importante símbolo de la diversidad sexual.

Aunque el diseño original de Baker contaba con ocho franjas, la bandera actual tiene seis franjas. En ella, cada color tiene un significado asociado: el rojo representa la vida, el naranja simboliza la salud y la curación, el amarillo se refiere a los rayos de sol, el verde a la naturaleza, el azul simboliza la armonía y la serenidad y el violeta representa el espíritu.

La cantidad de lugares en los que ondea esta bandera, tanto en las calles como en las redes sociales, es un símbolo de todo el camino andado hasta hoy por el movimiento LGBTIQ+, la importancia de la visibilidad y, por supuesto, la necesidad de persistir en la lucha por el reconocimiento y el respeto a la diversidad sexual.


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  • Nieto Piñeroba, José Antonio (2008): Transexualidad, intersexualidad y dualidad de género. Barcelona: Bellaterra.
  • Talburt, Susana, Steinberg, S.R. (eds.) (2005): Pensando queer, Sexualidad, cultura y educación. Barcelona, Graó.

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