Queer, cuando tu identidad no encaja
¿Por qué no encajo en lo ya establecido?, ¿por qué las palabras que existen se quedan cortas para expresar mi interior?, ¿quién soy yo si no me identifico con aquello que debería ser? Estos interrogantes y muchos otros son los que se han planteado quienes se autodefinen como “queer”.
En la mayoría de las ocasiones los cajones que construimos con palabras se quedan pequeños para clasificar la realidad. El mundo es un concepto demasiado abierto y al intentar encapsularlo corremos el riesgo de que algunas personas se queden fuera de esa burbuja inventada.
“Quien no encaja en el mundo, está siempre cerca de encontrarse a sí mismo”
-Hermann Hesse-
Soy quien soy, soy queer
Estrictamente se conoce como “queer” a las personas que sienten que su identidad con el sexo no encaja en el binomio hombre-mujer. Estas personas no se reconocen en ninguna de las categorías y pueden autodescribirse de muy distintas formas, por ejemplo, andrógina, fluida, intergénero, genderqueer, etc.
Desde una perspectiva más general, la “teoría queer” rechaza la construcción social binaria de hombre/mujer y afirma que la identidad con el sexo es mucho más amplia, no pudiendo reducirse a dos o tres etiquetas. Señalan que la realidad no es fija e inmutable sino diversa, rica y llena de matices.
De esta forma el adjetivo “queer” englobaría multitud de personas que se sienten extrañas identificándose con los adjetivos que hacen categorías cerradas y sin intermedios o alternativas. Estos adjetivos, ficticios y socialmente construidos, no serían válidos para describir la riqueza que encierra la propia sexualidad.
Soy transexual, soy andrógino, soy asexual, soy drag, soy intersexual, soy transgénero, soy mujer pero no me siento identificada con este adjetivo, soy hombre pero me gusta mi feminidad. Soy alguien que quiere definirse de manera libre y traspasar los límites socialmente establecidos. Soy queer.
No todo es blanco o negro
Estamos acostumbrados a que muchas personas definan el mundo en opuestos enfrentados. Siempre hemos escuchado hablar de blanco o negro, bueno o malo, hombre o mujer. Pero, al contrastarlo con la realidad, solemos encontrarnos con que los buenos no son siempre tan buenos como creemos, o que entre el blanco y el negro existe una tonalidad de colores. Mucho más de los que crees, sino revisa si quieres todos los que es capaces de reproducir la pantalla del ordenador, la televisión o el móvil.
Lo mismo ocurre con la identidad con el sexo, ser hombre o mujer, y la identidad con el género, ser femenino o ser masculino. La sexualidad no se limita a dos adjetivos opuestos sino a un continuo dentro de los mismos. Olvidarnos de la variedad existente entre ambos polos sería empobrecer la sexualidad.
Queer es la diversidad dentro de un continuo, es aceptar que no todo es blanco o negro y que la persona tiene derecho a definirse tal y como se siente y no tal y como se le ha impuesto. Queer es reivindicar la libertad de pensamiento, forma de vivir y sexualidad de cada uno de nosotros.
Quien pone límites es porque es limitado
Las etiquetas nos dan seguridad, ordenan esta vida caótica dentro de palabras con sentido que pueden clasificarse y ordenarse de manera racional. Fuera de la realidad que conocemos todo es desconocido y en muchas ocasiones lo desconocido nos genera inseguridad y miedo.
Quienes se autodefinen como “queer” son personas que no encajan dentro de la normalidad aceptada socialmente. Su físico o forma de comportarse es considerada por muchos “extraña” y rompe los esquemas mentales de los más conservadores. Por ello, quienes son incapaces de abrir su mente más allá de sus ideas preconcebidas pueden actuar con rechazo hacia todo aquello que consideren “raro”.
Nos gusta creer que la realidad es tal y como nosotros la vemos. Cuando el mundo contradice nuestras ideas, en lugar de aceptar esta contradicción, transformamos la realidad para amoldarla a lo que ya pensábamos. De esta forma buscamos aquello que apoya nuestra forma de pensar ya que cuando nos topamos con la contradicción nos sentimos incómodos, cuestionados e inseguros.
Mi realidad es igual de válida que la tuya
Hay tantas realidades como personas en el mundo y todas las realidades son igualmente válidas y respetables. Que la visión de ambas personas no coincida no quiere decir que una sea correcta y otra no, simplemente nos indica que la realidad es diversa y depende de quien la percibe.
Hablar de “queer” es hablar de distintas posibilidades siendo todas ellas válidas. Es romper con las dicotomías que empobrecen la realidad y aceptar que, más allá de lo que muchos creen, el mundo y las personas son diversas y en todas sus formas son aceptables.
“El futuro será “queer” porque las fronteras entre los extremos más radicales (la mujer muy femenina y el hombre muy viril) están diluyéndose mientras chocan aún en el espacio social”
-Más allá de las etiquetas. Coral Herrera-
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