Diferencias entre trastorno bipolar y labilidad emocional
Aunque pueda parecer que la bipolaridad se relaciona con la inestabilidad o la labilidad emocional, trastorno bipolar y labilidad emocional son conceptos con diferencias importantes, y en este artículo explicaremos por qué. Seguro que has escuchado a hablar del trastorno bipolar, o que al escuchar este concepto te imaginas a alguien con bruscos cambios de humor.
Sin embargo, el trastorno bipolar no es esto y de hecho, constituye un trastorno mucho más complejo. ¿Qué es y qué no es un trastorno bipolar? ¿Cómo se diferencia de la labilidad afectiva (variabilidad anormal de la expresión del afecto)?
Trastorno bipolar: ¿qué es y qué no es?
El trastorno bipolar es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por la presencia de episodios maníacos o hipomaníacos y por episodios depresivos. Así, va mucho más allá de ser inestable emocionalmente, y de hecho se utiliza mal este concepto en el lenguaje cotidiano.
¿Por qué? Porque muchas personas hablan de que alguien es “bipolar” cuando esa persona presenta cierta inestabilidad o labilidad emocional o manifiesta cambios de humor recurrentes. Así, la definición de trastorno bipolar no va necesariamente por este camino, aunque las personas con trastorno bipolar también pueden presentar labilidad emocional.
Bipolaridad: tipos
Ser bipolar implica la aparición de estos episodios que mencionábamos. Un episodio maníaco dura, como mínimo, 1 semana (así que no hablamos de un momento puntual); un episodio hipomaníaco dura 4 días y como mínimo y un episodio depresivo, 2 semanas, también como mínimo.
En el trastorno bipolar, debe haber existido al menos un episodio maníaco o hipomaníaco y otro depresivo, a lo largo del tiempo. Hablamos de trastorno bipolar tipo I cuando aparece un episodio maníaco y uno depresivo, y de trastorno bipolar tipo II cuando aparece un episodio hipomaníaco y otro depresivo.
Episodios del trastorno bipolar
Un episodio maníaco se define como un estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable. Se registran niveles de actividad y energía anormal y persistentemente aumentada, con síntomas como: autoestima exagerada o grandiosidad, disminución de la necesidad de dormir, verborrea, fuga de ideas… En el caso del episodio hipomaníaco, los síntomas son los mismos, salvo por la temporalidad (en este caso, dura 4 días y no 7) y que el episodio es menos grave o no requiere hospitalización.
En cuanto al episodio depresivo, este se caracteriza por un estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día, o bien por una disminución del interés o de la capacidad para el placer (apatía o anhedonia), seguido de otros síntomas como: insomnio o hipersomnia, fatiga o pérdida de energía, sentimientos de inutilidad, agitación o enlentecimiento psicomotor, etc.
Diferencias entre trastorno bipolar y labilidad emocional
Hemos definido el trastorno bipolar, pero, ¿y la labilidad emocional? Esta se define como la variabilidad anormal de la expresión del afecto, con cambios repetidos, rápidos y repentinos. Sería como un equivalente a la inestabilidad emocional.
Las personas que manifiestan labilidad emocional son vistas por los demás como personas intensas, que pasan de una emoción a otra en cuestión de segundos o minutos. En este sentido, les cuesta encontrar un equilibrio en sus emociones (y los cambios de las mismas aparecen rápidamente).
Trastorno bipolar y labilidad emocional
Pero, ¿qué diferencias hay entre trastorno bipolar y labilidad emocional? En primer lugar, que el trastorno bipolar es un trastorno, y además grave, y que la labilidad emocional es una característica de la persona. Es decir, la labilidad emocional no es un trastorno mental, aunque sí un trastorno de la afectividad.
Por otro lado, la labilidad emocional supone cambios repentinos en el humor; es decir, se producen cambios de manera rápida e intercalada. En cambio, en el trastorno bipolar, los cambios no son tan repentinos, y la duración de la euforia (episodio maníaco) o de la tristeza y anhedonia (episodio depresivo) es más extensa.
Recordemos que estos episodios duran, como mínimo, 4 días; en cambio, los estados afectivos cambiantes en la labilidad emocional pueden durar minutos. Finalmente, el trastorno bipolar requiere medicación (normalmente se emplea el litio), mientras que la labilidad emocional suele abordarse únicamente desde la psicoterapia.
Reflexiones finales
Como vemos, trastorno bipolar y labilidad emocional son dos conceptos que no deben confundirse. Mientras que el primero constituye un verdadero trastorno mental, en el segundo caso hablamos de una alteración de la afectividad. Ambas situaciones generan interferencia en la vida de la persona, pero el trastorno bipolar mucho más.
Hay personas con trastorno bipolar que presentan labilidad emocional, pero no por ser lábil emocionalmente uno es bipolar (para ello, se requiere la presencia de los episodios afectivos explicados). Y aquí radica una de las diferencias más importantes que nos permitirá distinguir estos conceptos.
“La bipolaridad es una gran maestra. Es un reto que te prepara para enfrentarte a casi cualquier cosa en tu vida”.
-Carrie Fisher-
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