Las 3 dimensiones del talento

Las tres dimensiones del talento hacen referencia a las condiciones que hacen posible el desarrollo pleno de una habilidad, sea esta innata o adquirida. Tener una aptitud no significa mucho si a esto no se le añade una conciencia clara.
Las 3 dimensiones del talento
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 27 junio, 2022

Es un hecho que todas las personas tienen aptitudes y que algunas de ellas están más marcadas de forma natural. Otras, se desarrollan con el tiempo, aunque no vengan inscritas de forma espontánea. Lo cierto es que en cualquier caso se deben tomar en cuenta las tres dimensiones del talento: querer hacer, saber hacer y poder hacer.

Por más que una persona tenga disposición natural o aptitud para algo, difícilmente esto se desarrolla por generación espontánea. Cuando se habla de las tres dimensiones del talento se hace referencia al hecho de que las habilidades naturales requieren de trabajo, empeño e interés para que lleguen a conformar un talento verdadero.

Lo talentoso no es solo aquello que tiene que ver con las artes o las manualidades. Esas aptitudes  pueden ser sensoriales, físicas, intelectuales, emocionales, sociales, motrices, etc. Todas las actividades suponen habilidades y en todos los casos es importante tomar en consideración las tres dimensiones del talento.

Nada en este mundo puede tomar el lugar de la persistencia. El talento no lo hará: nada es más común que los hombres con talento que no han tenido éxito. El genio no lo hará; genio sin recompensa es casi un proverbio. La educación no lo hará: el mundo está lleno de abandonos educados. La persistencia y la determinación son omnipotentes”.

-Calvin Coolidge-

El talento, un brillo misterioso

Uno de los aspectos más desconcertantes del talento es que no siempre las personas son conscientes de que lo poseen. No todos son apreciables a simple vista, ni tampoco todos tienen la oportunidad de expresarse. Por eso, muchas veces se requiere de autoconocimiento y exposición a diversas experiencias para notarlos.

Los talentos se clasifican de muchas maneras y esta es una de las más generales:

  • Talentos evidentes. Son aquellos que se detectan de forma natural y se reconocen de manera consciente.
  • Talentos ocultos. Corresponde a aquellos talentos sobre los que no existe conciencia. Una persona puede ser muy buena para esquiar, pero si jamás se acerca a la nieve, ignorará esas habilidades.
  • Talentos potenciales. Tiene que ver con aquellos talentos sobre los que existe algún grado de consciencia, pero frente a los cuales resulta evidente que se requiere más trabajo para desarrollarlos.

Todas las personas tienen talentos de las tres clases. Sin embargo, no todas se esfuerzan por sacar provecho de sus talentos evidentes, descubrir sus talentos ocultos o desarrollar sus talentos potenciales. Es ahí donde entran en juego las tres dimensiones del talento.

Mujer tocando la guitarra

Las tres dimensiones del talento

Como lo mencionamos antes, las tres dimensiones del talento tienen que ver con el querer, el saber y el hacer. Veamos cada una de ellas con mayor detalle.

1. Querer hacer

La primera de las tres dimensiones del talento es el querer hacer. Aunque pueda resultar contradictorio, algunas personas son conscientes de que tienen una habilidad importante para realizar determinada actividad, pero no tienen interés en desarrollarla.

Esto es perfectamente comprensible. Se puede tener habilidad para correr, pero eso no significa que se desee ser atleta. Así mismo, se puede dar el caso contrario: una persona no tiene mayores habilidades para algo, pero es tal su interés que logra desarrollarlas. El talento requiere de compromiso.

2. Saber hacer

Se suele creer que tener un talento innato es suficiente para aplicarlo una y otra vez. Sin embargo, esto es cuestionable. Siempre se requiere de una formación para moldear esas habilidades, depurarlas y enfocarlas de la manera adecuada.

Alguien puede tener talento para pintar y, de hecho, elaborar obras bellas. Sin embargo, solo llega a hacerlo con una alta calidad si se forma en esa área y enriquece con conocimientos esas habilidades naturales. Cuando no se tiene el talento natural, pero sí el saber necesario, es posible lograr buenos o excelentes resultados también, aunque exigirá mucho esfuerzo.

3. Poder hacer

El poder hacer es el elemento que completa las tres dimensiones del talento. Hace referencia a contar con la posibilidad objetiva de aplicar el talento a una tarea o un proyecto específicos. En muchos casos, significa crear esa oportunidad aún en contra de las circunstancias.

Los talentos se duermen o se desvanecen cuando no encuentran espacios concretos para realizarse. De la misma manera, crecen y se potencializan cuando existe la posibilidad de materializarlos con frecuencia.

Chica trabajando

Un camino exigente

Como se aprecia, las tres dimensiones del talento demandan que haya compromiso, formación y acción. Una habilidad solo llega a convertirse en talento o en don cuando se logra que las tres dimensiones estén presentes de manera continua.

Desarrollar los talentos proporciona una forma de felicidad que es difícil de describir. Otorga sentimientos de competencia, seguridad y poder, en la acepción más elevada de esta última palabra. También le otorga mayor sentido a la vida porque la enriquece. De cada uno depende descubrir, cultivar y realizar sus propios talentos.


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  • Samper, J. D. Z. (2021). La inteligencia y el talento se desarrollan (Vol. 1). Magisterio.
  • Stagnaro, A. A. (2021). La insurrección de los saberes sometidos: una interpretación del film Talentos Ocultos desde la antropología de la ciencia. Cuadernos del Centro de Estudios en Diseño y Comunicación. Ensayos, (95), 111-120.

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