Los cuatro niveles de conciencia, según Michael B. Beckwith

Para Michael B. Beckwith existen cuatro niveles de conciencia. Estos van desde un estado en el cual la existencia depende de factores externos hasta otro en el que cada uno es la existencia misma.
Los cuatro niveles de conciencia, según Michael B. Beckwith
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 15 agosto, 2020

Michael B. Beckwith se ha convertido en el guía espiritual de muchas personas a través de su escuela de Nuevo pensamiento y de la meditación afirmativa. A su juicio, existen cuatro niveles de conciencia: pasiva, en control, abierta y despierta. Esa idea, sin duda, tiene sus raíces en la filosofía Zen.

Lo cierto es que la conciencia sigue siendo un misterio, tanto para la ciencia como para la filosofía  y la religión. Se le define como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo, de su existencia y sus actos. Sin embargo, áreas como la física cuántica, se apartan de esa idea y ven a la conciencia como una construcción del cerebro.

Sea como sea, en los términos de espiritualidad en los que Michael B. Beckwith aborda el tema, existirían cuatro niveles de conciencia de acuerdo con el grado de percepción de la realidad. Entre menos distorsiones haya entre lo real y la percepción , más elevada es esta facultad. Veamos de qué se trata esa clasificación de Beckwith.

La conciencia sólo puede existir de una manera, y es teniendo conciencia de que existe”.

-Jean Paul Sartre-

Mente iluminada

1. Pasiva, el primero de los niveles de conciencia

El primero de los niveles de conciencia es la pasividad. Algunos afirman que está presente cuando la persona asume que la vida es “algo que le sucede”. Desde esta perspectiva, dependeríamos de factores externos que vendrían a ser los que determinan el curso de la existencia. Por eso se habla de conciencia pasiva.

En la conciencia pasiva, la persona no se ve a sí misma como una causa, sino como un efecto del resto del mundo. Es como si la vida estuviera sucediendo de forma independiente a la voluntad y la única alternativa fuese tratar de acomodarse a lo inevitable. La queja es la única reacción posible ante esta construcción.

2. Conciencia en control

El segundo de los niveles de conciencia, según Michael B. Beckwith, es la conciencia en control. Corresponde a quienes “hacen que la vida suceda”. Esto quiere decir que asumen una posición activa frente a la existencia, se trazan metas y luchan por alcanzarlas.

Sin embargo, en este caso se trata sobre todo de una forma de conciencia dirigida por la razón. Sigue siendo muy dependiente del mundo externo, ya que se focaliza hacia las conquistas que se puedan lograr en este. Predomina un deseo de querer controlarlo todo y, por lo mismo, no es raro que haya ira y frustración en muchas oportunidades.

3. Conciencia abierta

Para Michael B. Beckwith la conciencia abierta es uno de los altos niveles de conciencia. Hace referencia a las personas que logran que la vida suceda a través de ellas. En este caso, se acepta la existencia de realidades más poderosas que la propia razón y voluntad, pero tal aceptación no lleva a frustrarse. Se parte de la idea de que hay situaciones incomprensibles y que estas también aportan sabiduría.

Quien alcanza este nivel de conciencia sabe que forma parte de una realidad mucho más amplia que su propio yo. Se siente parte de esa realidad y por lo mismo hace posible que se adopte una actitud humilde ante la adversidad. Hay paz interior y esta se entiende como una búsqueda constante de equilibrio entre los deseos propios y los límites de lo real.

Mujer con los ojos cerrados

4. Conciencia despierta

La conciencia despierta surge cuando alguien descubre que la vida no está fuera, ni en la propia voluntad, ni fluye a través de lo que se es, sino que él mismo es la vida. Es el más elevado de los niveles de conciencia y está presente en quienes han logrado “vaciarse” interiormente y se permiten ser de forma plena.

Es lo que en el budismo zen se conoce como estado de iluminación. Se caracteriza por un estado de compenetración con todo lo que existe. Alguien con una conciencia despierta contempla el cielo y se convierte en cielo; o entra en contacto con una flor y asimila su naturaleza. Corresponde al máximo equilibrio y a la mayor paz espiritual.

¿Cómo se llega a esos niveles de conciencia tan elevados? Michael B. Beckwith dice que se comienza por tomar la responsabilidad de la propia vida. Esto, en principio, significa aprender a elegir la respuesta que se da a las diferentes circunstancias. De ahí en más, y con la ayuda de la meditación, comienza a avanzarse en ese camino hacia la plenitud.


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  • Álvarez Munárriz, L. (2006). Niveles de conciencia. Perspectiva socio-cultural. Thémata, 37, 77-97.

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