Disforia de género: este cuerpo no es el mío
¿Te imaginas despertarte una mañana y encontrarte en un cuerpo diferente? No solo otro cuerpo, si no un cuerpo del sexo opuesto. ¿Puedes imaginarte cómo te sentirías?
Esto es algo por lo que muchas personas pasan y son muy pocos los que los comprenden. Desde niños, desde que nacen, tanto hombres como mujeres nacen en un cuerpo que no les corresponde. A esto se le denomina disforia de género.
“Me gustaban los chicos, pero no soy gay; no me atraen como hombre, sino como mujer”
-Anónimo-
En ocasiones, puede confundirse con la homosexualidad, cuando es algo que dista mucho de ello. Ellos no se encuentran cómodos en su cuerpo, ¡no es el suyo! Desde pequeños, saben perfectamente que algo no está bien. La comprensión y la ayuda de la familia serán algo imprescindible.
¡Este no es mi cuerpo!
Aunque es cierto que la sociedad cada vez acepta más este tipo de situaciones, en ocasiones estas personas se ven terriblemente presionadas para aceptar el cuerpo que, realmente, no es el suyo. No vivir lo que ellos están viviendo nos sitúa en una posición muy cómoda y egoísta en la que no logramos comprender cómo puede ser eso posible.
La familia va a ser uno de los pilares importantes, el apoyo principal en la que la mujer o el hombre podrán descargar sus frustraciones y poder encontrar ayuda.
Aunque existen ayudas para empezar con un tratamiento hormonal y demás, la verdad es que estas suelen llegar con bastante retraso. Por lo que el cuerpo soñado se convierte en algo lejano que, si no te lo puedes permitir costear, supone una larga espera de tortura. ¿Qué signos presentan ya desde niños estas personas que presentan disforia de género?
- Insisten en que pertenecen al otro sexo.
- Deseo de vivir o ser tratado como del otro sexo.
- Preferencia por los compañeros del sexo opuesto.
- Deseos de participar en juegos estereotipados del sexo opuesto.
- Molestia continua con su sexo biológico.
- Preocupación por deshacerse de las características sexuales de su cuerpo (senos, barba…).
Estos signos se presentan ya desde muy temprana edad. Una niña que no quiere ponerse un vestido o un niño que sí quiere ponérselo. ¿Cómo desde tan pequeños ya tienen conciencia de que eso “no va con ellos”? Así actúa la disforia de género.
Cuando descubres que vas a tener que luchar solo para tener el cuerpo que deseas y ser tú mismo, el mundo se te viene encima
Una realidad llena de prejuicios
Si los niños y las niñas que sufren esto no se ven apoyados por su familia pueden caer en depresiones, ya que su autoestima estará en una continua lucha por mantenerse elevada.
En el colegio, en el instituto, estos niños y niñas ya van a tener que lidiar con un montón de compañeros que los van a ver mal, que no los van a entender y si lo hacen da igual, se meterán con ellos de igual forma.
El corto que a continuación te presentamos manifiesta esta realidad de forma muy clara. ¿De verdad preferirías sacrificar la felicidad de tu hijo por las apariencias o ayudarlo?
No es solo que su autoestima pueda bajar, no es solo que pueda caer en una depresión. No es el primer caso en el que una persona se quita la vida por no tener el apoyo necesario.
Siempre habrá quien te critique, siempre habrá quién te mire mal. Todo el mundo lidia con las apariencias, algo que debes superar o no, ¡en tu elección está! Pero, en este caso, es más que necesario poder tener a alguien que te diga: “¡oye! qué más da lo que digan los demás, ellos no saben por lo que estás pasando”.
Quiero dejar de ser juzgado. Yo no tengo la culpa de haber nacido en un cuerpo que no es el mío. Esto no ha sido una elección mía
Las personas que sufren disforia de género ya tienen muchos problemas en su vida. Encontrar una pareja sexual a veces es muy complicado. En cuanto saben tu condición ¡escapan!
Debemos ser más comprensivos y no cerrar nuestra mente. Debemos ayudar y no rechazar a esas personas que nacen en un cuerpo que no es el suyo. Pues el día de mañana puedes ser tú quien se despierte en un cuerpo que no sea el tuyo.
Imágenes cortesía de Mynameistran on DeviantArt