Disforia postcoital: sentir tristeza tras tener sexo
Quienes sufren de disforia postcoital sienten una enorme tristeza después de mantener relaciones sexuales, la cual puede durar desde escasos minutos hasta varias horas. Podríamos decir que este estado es similar a sufrir “depresión” después del sexo.
Ana relata que hace el amor con su marido unas tres veces a la semana por término medio. En al menos dos de esas ocasiones se siente triste al finalizar el acto sexual. Comenta que es extraño, no tiene una explicación para ese estado de tristeza profunda. Simplemente le sucede porque sí.
A Ana no es que no le guste mantener relaciones sexuales con su marido. Se siente atraída por él y disfruta del momento, pero después le invade una pena terrible, algo así como un “vacío”. Esta sensación le dura una hora o dos y después va desapareciendo.
Disforia postcoital o sentir tristeza tras el sexo
Lo que le ocurre a Ana tiene nombre. Los especialistas extranjeros lo llaman post-coital blues o post-coital tristesse. Se trata de una disforia después del sexo que no hay que confundirla con depresión. Pues, no hace falta sufrir depresión para sentir este malestar.
Entre los síntomas más comunes se encuentran: sentimientos de tristeza, melancolía y malestar, posterior al momento del orgasmo. Aunque también suelen aparecer angustia, sentimientos de vacío, desasosiego, inquietud e irritabilidad.
Algunos expertos en sexualidad humana señalan que la razón de esta tristeza está en que la relación sexual satisface sólo la parte biológica y no la emocional. Sin embargo, la respuesta a esta cuestión aún no está clara. Puede que simplemente se trate de la reacción de algunas personas al cúmulo de excesos bioquímicos que se suceden tras el orgasmo.
El doctor Richard A. Friedman, profesor de psiquiatría clínica y director de una clínica psicofarmacológica, ha estudiado recientemente este tema. Comenta que en los últimos años ha tenido varios pacientes con este síndrome.
El primero de ellos fue una persona de 25 años quien, después de mantener relaciones sexuales, pasaba un día entero con sentimientos de profunda tristeza. Su salud era excelente (tanto mental como orgánica) y no tenía grandes problemas en otras áreas de su vida.
Según comenta el doctor, “yo podría haber elaborado una explicación muy sencilla. Podría haber argumentado que esta persona había escondido los conflictos sobre el sexo. O que había sentimientos ambivalentes acerca de su pareja. Sin embargo, no encontré explicación. Aunque su angustia era muy real, le dije que no tenía un gran problema que requiriera tratamiento”.
¿Quién la padece?
Tradicionalmente, la disforia postcoital ha sido asociado a las mujeres. Pero lo cierto es que esta afección parece afectar a ambos sexos y a cualquier edad.
De hecho, la evidencia ha demostrado que es mucho más común de lo que se cree. Por ejemplo, un estudio publicado en la International Journal of Sexual Health, encontró que el 32.9% de las mujeres encuestadas reportó haber sufrido disforia postcoital por lo menos una vez en la vida; mientras que el 10% de ellas declaró haberla experimentado en las últimas cuatro semanas previas al estudio.
Por su parte, otra investigación encontró que el 41% de los hombres encuestados declaró haber sufrido una disforia postcoital a lo largo de su vida, mientras que el 20,2% declaró haberla sufrido en las últimas cuatro semanas.
Posibles causas de la disforia postcoital
Aunque aún no se sabe con certeza cuáles son las causas de esta afección, se han formulado diversas hipótesis que intentan explicar tanto su aparición puntual como el padecimiento constante de la misma.
Una de las principales teorías al respecto refiere a causas neuroquímicas. En este caso, se ha observado que la amígdala (estructura cerebral vinculada a la ansiedad, el miedo y otras emociones) disminuye significativamente su actividad durante el coito y el orgasmo. Por tanto, la disforia postcoital puede deberse a la reactivación de esta parte del encéfalo.
Siguiendo esta misma línea, también se ha observado que diversos neurotransmisores, relacionados al placer, se incrementan considerablemente durante el coito. Algunos de ellos son la dopamina, las endorfinas y la oxitocina.
Ahora bien, después de este subidón de placer y bienestar, llega la calma y ésta no siempre es bien recibida. Es decir, una vez que el efecto de esos neurotransmisores disminuyen y el sistema nervioso vuelve a la normalidad, pueden hacer aparecer sensaciones de tristeza, temor, vergüenza, rechazo, etc.
Por su parte, otras hipótesis afirman que la disforia postcoital puede estar vinculada a una educación restrictiva y religiosa; en donde las ideas de sexo, placer sexual y goce han sido vetadas. Asimismo, una experiencia traumática relacionada con el sexo (como abusos sexuales) también puede influir en la aparición de esta afección.
Para otros investigadores, la disforia postcoital tiene que ver con la valoración que hacemos las personas después del acto sexual. En algunos casos se trataría de una sensación de vacío. Aunque algunas personas desean el encuentro sexual, después se afligen porque no le encuentran sentido.
Esa ausencia de sentido puede deberse a que se hizo como una obligación o para satisfacer sólo parte de alguna carencia afectiva. Según el psicólogo Raúl Carvajal “existe una compensación biológica, pero la satisfacción emocional está más limitada. Creo que tiene que ver con el contexto en que vivimos, de hacer todo rápido, por cumplir”.
Consecuencias
Si se presenta de forma recurrente, la disforia poscoital puede traer una serie de repercusiones para quien lo padece, como por ejemplo:
- Sentimientos de culpa por considerar que algo anda mal en él o ella.
- Temor a que se desarrollen posibles conflicto de pareja. Por lo que suelen ocultar su padecimiento.
- Problemas con la pareja en torno al sexo.
- Evitación de encuentros sexuales.
- Aversión al sexo.
Por su parte, la pareja sexual puede llegar a sentirse poco competente o poco deseada.
Tratamiento de la disforia postcoital
Si este tipo disforia aparece de forma recurrente, lo ideal será abordarla a través de la psicoterapia. En este caso, el especialista ayudaría a identificar la causa del problema e intervenir según sea el caso.
Por su parte, el doctor Friedman ha propuesto un tratamiento farmacológico en caso de que se deba a la reactivación de la amígdala. En este caso, la solución del doctor ha sido recetar una dosis mínima de Prozac, un conocido antidepresivo.
Sus pacientes reportaron que disfrutaron un poco menos del sexo, debido a que este antidepresivo disminuye la libido. Sin embargo, no sintieron tristeza después de mantener relaciones sexuales.
No obstante, es pertinente mencionar que los motivos de esta esta disforia pueden ser múltiples y no ser los mismos para cada persona. Por tanto, se aconseja siempre asistir con un profesional que nos de las herramientas más adecuadas a nuestras circunstancias.
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- Bird B, Schweitzer R, Strassberg D. The Prevalence and Correlates of Postcoital Dysphoria in Women. International Journal of Sexual Health. 2011; 23(1): 14-25.
- Maczkowiack J, Schweitzer RD. Postcoital Dysphoria: Prevalence and Correlates Among Males. J Sex Marital Ther. 2019;45(2):128-140.