Échame de menos tanto que no sepas qué es sentirme ausente
Tu tiempo se lo merecen todos aquellos que quieren pasarlo contigo, por eso no quiero que me eches de menos en los momentos en los que no esté a tu lado. Échame de menos sanamente. Quiero que disfrutes de las personas que te rodean y hacen tu vida más bonita para que cuando me quieras junto a ti, me eches tanto de menos, de verdad, que no sepas qué es sentirme ausente.
Es cierto que la distancia puede ser uno de los condicionantes más duros que se interpone entre dos personas que se quieren, pero por difícil que sea prefiero pensar siempre que extrañar es estar lleno de alguien que se hace presente aunque esté ausente.
Siempre que queramos volver, estaremos
En cualquier circunstancia en la que no estemos con una persona con la que queremos estar vamos a pasarlo mal a distintos niveles: si es un amigo que está lejos, si es tu pareja en otra ciudad distinta, si es tu pareja cerca sin estar, si es tu amigo en el mismo sitio creando distancias…
“Imagino
que echarte de menos,
debe ser el privilegio
que tengo
frente a los que
no te han conocido.”
-Victoria Ash-
Lo que diferencia a cualquier tipo de estas situaciones son las ganas: las ganas de querer volverse a ver, aún estando cerca; las ganas de que ese échame de menos sea algo más que una simple expresión. Lo bueno de la nostalgia en este caso es que tienes la fortuna de haber estado con alguien que no puede estar contigo, pero que sabes que volverá.
Échame de menos sin que duela, porque sigues contando conmigo
Si te encuentras en la posición de aquel que extraña, pedirte que no te duela es pedir mucho esfuerzo. Sin embargo, las relaciones se fundamentan en conseguir disfrutar plenamente del resto de momentos de tu vida: conseguir hacer algo mientras eres feliz haciéndolo, echando de menos sin que llegue a ser una necesidad.
“Yo no quiero que tu mundo se de la vuelta,
cada vez que me marche […]
Yo no quiero que me necesites,
quiero que cuentes conmigo
hasta el infinito
y que el más allá una tu casa y la mía.”
-Elvira Sastre-
En otras palabras, es muy beneficioso echar de menos a alguien hasta el punto de mantener la suficiente cercanía en la distancia para que esta no haga daño. Echar de menos sin llegar a sentir ausencia: lo primero es cariño de verdad, para lo segundo no hay salvación. Que si tiene que haber ausencia sea solo para confirmar la presencia…
Un te echo de menos que cobije y consuele
No soluciona nada que te lo digan pero, si extrañar a alguien significa sentir refugio desde lejos, consuela porque sabes que sigues contando con esa persona y que hará todo lo posible para que seguir estando. Por eso, no dejes que quien te quiere sienta que no estás: arropa y abraza, que siempre hay forma de hacerlo aunque no lo creas.
Cualquier detalle por mínimo que sea hará que esa persona te note más cerca y no te vea ausente. Cualquier cosa que se te ocurra es poco cuando se trata de mantener algo que seguro merece tanto la pena como esa relación que tenéis. Todo lo que hagas será grande si lo haces con cariño y logras transmitirselo.
“¿Recuerdas?
Déjame que te abrace, ahora / que todavía / tu piel no lleva escritas las / mentiras del mundo / y tus labios son sede solo de la / hermosura. / Porque solo he querido ser / bueno y verdadero /, y tú puedes hacerme, / déjame que te abrace.”
-Juan Antonio González Iglesias-
Todas las personas que nos hacen sentir buenos y verdaderos momentos se merecen que no nos olvidemos de ellos, que permitamos que nos sigan haciéndonos la vida feliz y que podamos hacer lo mismo.
Hay que echar de menos cuando sea oportuno, sin ataduras y restricciones: de verdad, de esa forma en la que podamos sentirnos plenos aunque no estemos juntos… Échame de menos tanto que no sepas que es sentirme ausente…