Ejercicios de relajación para niños

Ejercicios de relajación para niños
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Sara Clemente

Última actualización: 29 diciembre, 2017

Jugar forma parte del desarrollo integral del niño. Los pequeños tienen que correr, saltar, bailar, trastear y moverse. Sin embargo, en algunas ocasiones necesitan relajarse y estar más tranquilos. Os proponemos una serie de ejercicios de relajación para niños que, sin duda, beneficiarán a su salud física y mental.

Mediante estas técnicas podrán disminuir su ansiedad, estrés, insomnio y podrán controlar mejor sus emociones y conductas. Además, harán que su estado de ánimo mejore. Lo mejor de todo es que lograr este estado de calma no tiene por qué ser aburrido, sino que se puede alcanzar uniendo los dos ámbitos. Bienvenidos a la relajación lúdica.

Los ejercicios de relajación para niños ayudan a disminuir su ansiedad, estrés y a mejorar su estado de ánimo.

Métodos de Jacobson y Schultz

El de Jacobson es uno de los métodos más empleados en todo el mundo. Se basa en la contracción y posterior relajación de distintos músculos o grupos musculares.

Simplemente, tumbándonos en el suelo, podemos ir indicándole al pequeño qué partes del cuerpo tiene que tensar durante segundos. Y luego destensar. Así, el niño irá notando un progresivo alivio que se extenderá por todo su organismo. Podemos empezar con grupos musculares individuales como la mano o el cuello. Y luego aumentar la dificultad a medida que vaya cogiendo práctica.

Niño tumbada en el cesped

Por su parte, el método autógeno de Schultz es uno de los ejercicios de relajación para niños que puede ser usado a partir de los 6 años, aproximadamente. La técnica se divide en dos niveles: el inferior y el superior y está fundamentada en las sensaciones de pesadez y calor.

Reclinados en el suelo, se le pide al crío que se concentre en aquellas zonas del cuerpo que nota que le pesan más (piernas o brazos) y que guardan más temperatura. Una vez que deje de apreciarlas así y considere que está libre de tensión y carga, podemos hacerlo con otras partes del cuerpo de la parte superior del cuerpo. Así, progresivamente vamos relajando todos los músculos.

Para facilitar que cumpla las instrucciones, podemos instarle a pensar que al principio es como un robot. Por tanto, que tiene que moverse como si fuera un palo y solo mediante movimientos rígidos. Luego, para destensar, se convierte en un muñeco de trapo, donde su cuerpo es blandito y carece de tensión muscular.

El juego de Rejoue

El juego de Rejoue es uno de los más divertidos. En francés rejoue significa rejugar, así que ¡vamos a ponerlo en práctica!

Este método propone que la esencia de la vida está compuesta por parejas de opuestos. Así, encontramos frío-calor, día-noche, arriba-abajo, negro-blanco, actividad-descanso… De ahí que esta técnica reúna ejercicios de relajación para niños basados en esos pares.

Para ello, se emplea mucho el balanceo, que consiste en imitar el movimiento que hace una mecedora. Así, el niño pone en marcha casi todos los grupos musculares para hacer el vaivén hacia delante, atrás, hacia un lado y al otro. Esa dualidad se da cuando, por un lado, el pequeño tiene que tensar algunas partes de su cuerpo, pero por otro, debe dejar libre de esa tensión otras. Solamente esa laxitud le permitirá realizar bien el balanceo.

Otro juego es el estiramiento. Se enseña a los pequeños a diferenciar entre la sensación que implica estirar y relajar. Por ejemplo, se le pide que abra sus brazos y los estire lo máximo que pueda hacia todos los lados. Debe mantener esa posición un par de segundos. Después, se les pide que los relajen suavemente. Sentirán cosquilleo después de realizarlo varias veces.

Actividades entre compañeros

En ocasiones, los niños corretean unos detrás de otros y es difícil calmarlos. Y mucho más complicado resulta que sean capaces de mantener la concentración tras esos momentos de excitación. Por eso, la actividad del plumero puede ser un buen aliado en estos casos.

Su ejecución es muy simple. Consiste en poner música relajante de fondo y dividir al aula en parejas. Uno de los miembros de la misma se tumba en el suelo, mientras el otro le acaricia con una pluma el cuerpo al son de la música. Y luego, se cambian la posición.

Similar a este es el juego de la pelota blanda que también se realiza por parejas. Un niño se tumba en el suelo con los ojos cerrados. Y el otro, al ritmo de la música va masajeando el cuerpo de su compañero con una pequeña pelota. Como si estuviera enjabonándolo.

Visualización de imágenes agradables

Si hay una habilidad en la que los niños son verdaderos privilegiados es la imaginación. Son tan libres e inocentes que casi nos podemos permitir cualquier licencia para lograr relajarles. En este sentido, una buena manera de conseguir sosegarlos es a través de la visualización.

Para ello, se han de tumbar en el suelo y centrarse en su respiración durante un par de minutos. A continuación, se les pide que se focalicen en lo que les estamos relatando en voz alta. Les pedimos que imaginen un campo grande y verde; un prado tranquilo y en silencio con la hierba perfectamente cortada. Les decimos que sientan cómo huele ese campo, cómo cantan los pájaros o la textura de las flores.

Niña con los ojos cerrados

La visualización de imágenes puede tener múltiples aplicaciones y se puede versionar con paisajes de playa, montaña u olores. Como vemos, las posibilidades son tantas como imaginación se tenga. El principal objetivo es hacer que los niños se diviertan jugando a relajarse.

Es decir, que lo hagan sin que sientan que es una obligación. Para ello, es conveniente que los mayores hagan lo mismo que ellos. Recordemos que la imitación es la principal fuente de aprendizaje de los pequeños. Por tanto, estos ejercicios de relajación para niños también son para los adultos, porque ¡siempre es bueno conservar la inocencia!


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.