El circuito de Papez
James Papez trabajó en la anatomía de la emoción y fue así como describió su circuito, el circuito de Papez, en 1937. Este se compone principalmente por el hipocampo, el tálamo y el cíngulo. Sin embargo, parece que esta idea ya había sido contemplada antes de que Papez la expusiera.
Así, autores como Paul Broca y Paul McLean agregaron al circuito de la emoción otras estructuras. Entre ellas, estaban el septum, la amígdala y el hipotálamo, formando el sistema límbico. Por otro lado, el neurólogo Paul Ivan Yakovlev propuso un circuito emocional que incluía los lóbulos orbitofrontal, temporal anterior, insular y otros núcleos del tálamo.
Así, se ha visto que el circuito de Papez puede estar relacionado, a parte de las emociones, con la memoria y el daño a sus diversos componentes en la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, el síndrome de Korsakoff, la demencia semántica y la amnesia global.
¿Quién era James Papez?
El neurocientífico estadounidense James Papez (1883 – 1958) fue pionero en el estudio de la neuroanatomía comparativa. Así, identificó un circuito en el cerebro de los mamíferos que sirve a la experiencia emocional y el epónimo, el circuito de Papez, está firmemente establecido en el vocabulario médico.
Papez trabajaba en el laboratorio aislado de la Universidad de Cornell. Aquí estaba prácticamente inmerso en la práctica de examinar las diapositivas bajo el microscopio. Ello le permitió identificar definitivamente este circuito.
¿Cómo está formado el circuito de Papez?
El circuito de Papez comienza a partir de la formación del hipocampo, conocida como subículo. Después atraviesa el cuerpo de los mamilares. Luego, atraviesa el tracto mamilotálamo, a menudo conocido como tramo de Vicq d’Azir, y hace sinapsis en el núcleo talámico anterior. A partir de ahí, llega al cíngulo, recorre la corteza entorrinal y regresa a la formación del hipocampo y tiene una longitud de aproximadamente 350 milímetros.
Una propuesta del mecanismo de la emoción
Papez publicó sus observaciones en 1937 en un documento histórico titulado “Una propuesta del mecanismo de la emoción” en la revista Archives of Neurology and Psychiatry. Esto es lo que Papez describió:
“El proceso emotivo central de origen cortical se puede concebir como una formación en la formación del hipocampo y se transmite al cuerpo mamilar y luego al tracto de Vicq d’Azir y desde allí a través de los núcleos talámicos anteriores a la corteza del giro cingular… Es evidente que el mecanismo de emoción propuesto tendrá que pasar la prueba del experimento y experiencia clínica para ser útil en la ciencia… El hipotálamo, el núcleo talámico anterior, el giro cingulado, el hipocampo y sus interconexiones, constituyen un mecanismo armonioso que puede elaborar las funciones de la emoción central y participar en la expresión emocional”.
Antes de Papez
Como ya hemos dicho, el concepto de un sustrato anatómico para la emoción no comenzó con las obras de James Papez. En 1907, el neuropatólogo Christfried Jakob (1866 – 1956) aludió al cerebro visceral y concibió la presencia de un cerebro interno que presenta mecanismos emotivos de vísceras. Este científico basó sus hipótesis en los experimentos en el cerebro degenerativo de monos y perros, así como materiales autopsiados del cerebro humano (2).
El aspecto del cerebro en la parte media-inferior, cuando se disecciona, parece un limbo. Es por eso que Paul McLean, el influyente fisiólogo y psiquiatra estadounidense, prefirió llamar al circuito el sistema límbico. Así, otros investigadores lo llamaron el circuito de Papez-McLean.
El circuito de Papez y la memoria
A parte del papel del circuito de Papez en el campo de la emoción, algunos autores han encontrado evidencias de que la memoria también tiene sus raíces allí. Apuntan a una fuerte sincronización de las ondas theta en el hipocampo y el tálamo ventral anterior. Dado que estas ondas se ocupan de problemas como la memoria y el aprendizaje, varios trabajadores han sugerido que el circuito de Papez podría estar involucrado en funciones mnemotécnicas. Algunos científicos lo han reducido incluso al ámbito de la memoria espacial y episódica (3, 4).
Parece pues que el circuito de Papez es tanto un sistema emocional como un sistema que tiene que ver con la memoria. Se trata de un descubrimiento que, aunque ya había sido mencionado antes, James Papez acabó de perfilar y que fue determinante para la neuroanatomía de la emoción.
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Bhattacharyya, K. B. (2017). James wenceslaus papez, his circuit, and emotion. Annals of Indian Academy of Neurology, 20(3), 207.
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Triarhou, L. C. (2008). Centenary of Christfried Jakob's discovery of the visceral brain: An unheeded precedence in affective neuroscience. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 32(5), 984-1000.
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Vertes, R. P., Albo, Z., & Di Prisco, G. V. (2001). Theta-rhythmically firing neurons in the anterior thalamus: implications for mnemonic functions of Papez’s circuit. Neuroscience, 104(3), 619-625.
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Aggleton, J. P., & Brown, M. W. (1999). Episodic memory, amnesia, and the hippocampal–anterior thalamic axis. Behavioral and brain sciences, 22(3), 425-444.