El lenguaje nos ayuda a que las cosas sucedan
El lenguaje nos ayuda a que las cosas sucedan porque tiene poder. Gracias a este recurso no solo describimos realidades, también las generamos. Porque la palabra nunca es neutra, deja huella y nos impulsa a la acción. Nuestra voz, a su vez, crea vínculos o establece distancias, deja claras las ideas, nos reafirma en determinadas posiciones y nos permite perfilar nuestra identidad.
Ludwig Wittgenstein, conocido filósofo, matemático y lingüista solía decir que los límites del mundo los marca nuestro lenguaje. Esta expresión algo inquietante a simple vista encierra una curiosa evidencia. Nuestra realidad viene recogida y descrita por las palabras que usamos día a día.
Por ejemplo, llamamos huérfanos a los niños que han perdido a sus padres. Llamamos viudos o viudas a las personas que han perdido a sus cónyuges. Sin embargo, en gran parte de nuestros idiomas no le hemos dado nombre aún a esos padres y madres que pierden a sus hijos e incluso a quienes sufren la pérdida de un hermano.
Por tanto, hay un vacío en nuestra realidad, existen entidades y sufrimientos invisibles que carecen de nombre, pero que aún así acontecen cada día en cualquier parte del mundo. Es más, todos nosotros experimentamos emociones que aún no tienen nombre. Vivimos sensaciones, inquietudes y placeres que no siempre tienen su entrada en los diccionarios.
Contemplamos detalles en la naturaleza y en la vida cotidiana que nuestra mente no puede expresar a través del lenguaje, pero que aún así están ahí. Por ello, a veces nos preguntamos con cierta extrañeza si alguien más ha sentido eso mismo, si es lícito experimentar ese sufrimiento que no se describe en los libros, que no tiene etiqueta ni género o tiempo verbal.
“Revolucionario será aquel que pueda revolucionarse a sí mismo”.
-Ludwig Wittgenstein-
El lenguaje nos ayuda a que las cosas sucedan: decretos que debes cumplir
El lenguaje nos ayuda a que las cosas sucedan. No obstante, para que esto ocurra hay que llevar a cabo ciertos pasos, ciertas estrategias que nos permitirán ser generadores de cambios y realidades más íntegras y felices. Sabemos ya que aquello a lo que no damos nombre parece no existir o quedar relegado a ese espacio de incertidumbre, donde uno mismo acaba lidiando con sus propios problemas.
Así, algo que nos dicen los lingüistas es que el lenguaje no determina el pensamiento. Es decir, como ya hemos señalado, hay muchas sensaciones y experiencias que aún no han sido traducidas en palabras. Sin embargo, algo que sí sabemos desde un punto de vista psicológico, es que el lenguaje nos anima a la acción, el lenguaje nos ayuda a que las cosas sucedan siempre y cuando pongamos en marcha los siguientes decretos.
Primer decreto: tu lenguaje te describe, cuida cómo te hablas
Paul Anwandter, conocido autor de varios libros sobre coaching y experto en programación neurolingüística, nos señala lo siguiente. Los seres humanos se crean a sí mismos a través del lenguaje. Eres lo que dices de ti, eres lo que dices que vas a hacer, eres el modo en que describes y te comunicas con los demás. Eres también lo que eliges callar y lo que optas comunicar.
Por tanto, sabiendo esto tenemos a nuestro alcance una oportunidad: la de transformarnos a través del lenguaje. Para ello podemos atender las siguientes dimensiones:
- Debemos hablarnos a nosotros mismos de manera positiva y respetuosa. Estudios como el llevado a cabo en la Universidad de Texas por la doctora Kristin Nef, nos señala que esa comunicación afectuosa con uno mismo nos permite cuidar de nuestra identidad y autoestima.
- La comunicación con los demás también debe ser respetuosa. Aquello que damos a los demás también genera impacto en nosotros. Una mala palabra tiene un coste emocional para todas las partes.
- Por otro lado es necesario ser coherentes. Si deseamos generar un cambio en nosotros, procuremos que nuestro lenguaje esté en sintonía con ese objetivo. Evitemos los “no puedo, esto no es para mí seguro que fracaso, otros lo harán mejor que yo, etc.”
Decreto segundo: el lenguaje transforma, crea tu propia realidad
El lenguaje nos ayuda a que las cosas sucedan porque tiene un poder transformador. Además, genera posibilidades, nos reafirma en nuestra posición y nos motiva para ser persistentes. Para comprender mejor esta idea pondremos unos ejemplos:
- El lenguaje es acción porque determina el pensamiento: mañana me matricularé en esa oposición, mañana llamaré a esa persona para pedirle una cita, hoy le diré a mi jefe que no pienso permitir más su actitud… Estas frases determinan y nos animan en muchos casos a cumplir esos objetivos.
- El lenguaje crea posibilidades: si le das un “no” a alguien estás cerrando una puerta en tu vida que para ti era necesaria. Si le das un “sí” a un proyecto estás generando nuevos caminos.
Decreto tercero: confianza y acción
Si deseamos generar un cambio, si aspiramos a sentirnos mejor, a resolver un problema o alcanzar un objetivo, necesitamos una brújula interna. Una brújula calibrada hacia ese Norte donde se halla la confianza y la acción. Porque si no nos comprometemos con nosotros mismos, siendo consecuentes y persistentes, no habrá movimiento.
El lenguaje nos ayuda a que las cosas sucedan siempre y cuando seamos valientes. Debemos estar dispuestos a reclamar lo que queremos sin miedo. Mentalizados a dejar claro lo que no queremos, a perseverar ante las dificultades animándonos a nosotros mismos a través de palabras nutritivas.
Para concluir, no dudemos nunca en poner nombre a lo que sentimos y queremos. El lenguaje es nuestro mejor instrumento para la acción. Debemos valernos de él con el fin de crear mejores relaciones, sanar problemas y ser coherentes siempre con aquello que pensamos y hacemos.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Echevarría, Rafael (2012) Ontología del lenguaje. JC Sáez Editor
- Fausey CM et al. (2010): Constructing Agency: The Role of Language. Front Psychol 1:162.
- Bylund E & Athanasopoulos P (2017): The Whorfian Time Warp: Representing Duration Through the Language Hourglass. J Exp Psychol Gen. 146(7):911-916.