El litio como estabilizador del estado de ánimo
El litio es un ion: un simple elemento químico del grupo de los metales alcalinos. Es el elemento sólido más ligero de todos. Se encuentra presente en muchos minerales, agua marina, manantiales, tejidos de plantas y animales, etc.
Fue descubierto en 1817 y ha sido utilizado para tratamiento de diferentes afecciones humanas, como la gota o enfermedades psiquiátricas. Durante mucho tiempo fue responsable de muchas intoxicaciones graves al utilizarlo como sustituto de otros cationes en cardiopatías.
Algunas de sus sales, como el carbonato o el citrato de litio, se utilizan actualmente como tratamiento de elección en el trastorno bipolar.
¿Para qué se utiliza?
En España, actualmente el carbonato de litio está comercializado como Plenur. Se utiliza como estabilizador del estado de ánimo o eutimizante. Está indicado para:
- Profilaxis de los trastornos bipolares.
- Tratamiento de los trastornos bipolares.
- Depresión mayor recurrente.
Es el tratamiento de elección en el trastorno bipolar o psicosis maníaco-depresiva. Esta enfermedad alterna episodios de euforia y exaltación extrema con estados de depresión y abatimiento que pueden llegar al suicidio.
Cuando se ha producido un episodio maníaco, existe un 90% de probabilidad de volver a sufrir otro episodio igual o de sufrir un episodio depresivo. Por esto, se considera tan importante el tratamiento durante el episodio como la profilaxis cuando la enfermedad está controlada.
También se utiliza en pacientes con depresión mayor recurrente. Es decir, en aquellos que no demuestran mejoría con los antidepresivos convencionales o solo responden de manera parcial. Por otro lado, el cloruro de litio está comercializado como solución inyectable de uso diagnóstico para utilizarse en la determinación in vivo del gasto cardíaco.
El litio ha demostrado eficacia aportando una estabilidad emocional, mitigando los episodios de manía y depresión y previniendo las ideas suicidas. Algunos estudios lo denominan: el fármaco antisuicida.
Mecanismo de acción
A pesar de su amplio uso y de su eficacia demostrada, no se conoce exactamente el mecanismo de acción del litio. Es necesario seguir investigando.
Este ión se absorbe rápida y completamente tras su administración oral. Se distribuye por todo el organismo y no se une a proteínas plasmáticas. Presenta un pequeño volumen de distribución y se excreta por la orina sin metabolizarse. Puede ser eliminado mediante diálisis.
Su acción terapéutica tarda en ser sintomática alrededor de una semana.
Al ser un catión monovalente, compite con otros iones como el sodio en diversos lugares del organismo; en el Sistema Nervioso Central (SNC) parece inhibir la despolarización provocada por los neurotransmisores:
- Una hipótesis dice que el litio disminuye las concentraciones de AMP cíclico. Así, disminuiría la sensibilidad de los receptores de la adecilciclasa sensibles a las hormonas.
- Otra hipótesis dice que el litio interfiere el metabolismo lipídico del inositol -producto importante en la regulación de los procesos metabólicos del SNC-.
Efectos secundarios
El litio es un fármaco de estrecho margen terapéutico. Es decir, la dosis terapéutica y la dosis tóxica están muy cerca. Esto implica que sea frecuente la aparición de efectos secundarios, de manera que es importante valorar cada caso y ajustar la dosis para cada paciente.
Fundamentalmente, se pueden producir reacciones adversas del SNC, gastrointestinales y renales. Durante los primeros días de tratamiento suele aparecer ligero temblor de manos, sed, poliuria, náuseas y malestar general. Estos síntomas deben ir disminuyendo durante los primeros 10-15 días.
Los efectos secundarios más frecuentes son:
- Somnolencia.
- Cansancio.
- Debilidad muscular.
- Cefalea.
- Confusión.
- Poliuria.
- Polidipsia.
- Hipercalcemia.
- Anorexia.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Diarrea.
- Dolor abdominal.
- Estreñimiento.
- Hipotiroidismo.
- Bocio.
En los pacientes tratados con litio hay que realizar un seguimiento clínico y monitorizar los niveles de fármaco en sangre. Hay que controlar especialmente las funciones tiroidea y renal. Se recomienda ingerir una cantidad adecuada de líquidos durante el tratamiento y evitar situaciones de posible deshidratación.
Intoxicación por litio
La intoxicación por litio puede ser una complicación frecuente y grave si no se toman las medidas adecuadas. Se puede producir una intoxicación aguda por una dosis elevada o una toxicidad crónica por un tratamiento continuado de varios años. Es más común lo segundo.
También la interacción con otros medicamentos puede provocar una alteración en los niveles de litio que pueden llegar a ser tóxicos. Por ejemplo, influyen algunos diuréticos, antinflamatorios o incluso antipsicóticos.
Las primeras manifestaciones suelen aparecer a partir de las dos horas después de la ingesta. Se pueden producir náuseas, vómitos o diarrea. También pueden tener lugar síncopes cardiovasculares, insuficiencia renal, neuropatía periférica, etc. Los síntomas de intoxicación por litio más importantes tienen lugar a nivel del SNC:
- Alteración de la conciencia
- Fatiga
- Apatía
- Desorientación
- Alucinaciones
Tras una intoxicación por litio, la secuela más importante es el síndrome de neurotoxicidad irreversible por litio (SIN-L).
En conclusión, estamos hablando de un fármaco bastante efectivo pero que tenemos que manejar con cuidado. Ante la aparición de cualquier efecto adverso importante, se debe consultar inmediatamente al especialista. Él es el que puede decidir interrumpir el tratamiento, ajustar la dosis o proponer otras alternativas.
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