El secreto de la flor de oro: el libro taoísta chino sobre la meditación

El secreto de la flor de oro: el libro taoísta chino sobre la meditación
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 05 agosto, 2020

El secreto de la flor de oro es un libro sobre meditación y alquimia china traducido por Richard Wilhelm y comentado por Carl Jung. Alude a una metáfora por la cual cada uno de nosotros estamos obligados a despertar, a abrir nuestra conciencia hacia la Luz, una apertura primordial simbolizada través de la flor dorada, un centro de poder donde todo circula y trasciende.

Hablar de esta obra es referirnos a uno de los textos sobre la religión taoísta más importantes pero también de los más controvertidos. El libro de El secreto de la flor de oro es una traducción “occidentalizada” de uno de los legados espirituales más relevantes de Asia. Así, y al igual que sucedió con El libro tibetano de los muertos, se procedió a simplificar muchos detalles para convertirlo en manual sobre yoga chino que el mundo occidental podía entender a la perfección.

Sin embargo, es mucho más. Se sabe que el primer testimonio de este texto tiene su raíz en el siglo VII, en unas tablas de madera. Era un antiquísimo tratado chino sobre esoterismo que se transmitía de forma oral. Sus principios, sus códigos y sabidurías fueron recogidas por un miembro de la llamada Religión de la Luz, cuyo líder era Lu Yan. Se piensa, que todos esos métodos descritos se remontan a ideas que ya surgieron en Persia y que hunden sus raíces en la tradición hermética egipcia.

Es como vemos, un libro de gran trascendencia. Ahora bien, la complejidad de su religión es inmensa. Habla de ese proceso alquímico por el cual iluminaríamos la morada de la consciencia espiritual. Para ello, debemos poner nuestra atención en un recinto sacro interno, en esa flor dorada que es a la vez nuestro origen y nuestra meta. Por su parte, y aunque Wilhelm y Carl Jung, dejaron en el camino algunos conceptos, lograron ofrecernos una obra donde poder iniciarnos a esas ideas, a esa filosofía.

“La Flor de Oro, es la Luz, y la Luz del Cielo es el Tao. Allí se encuentra la “vesícula germinal”, donde esencia y vida son todavía una unidad. El nacimiento del proceso alquímico tiene lugar, cuando lo oscuro da nacimiento a la Luz”.

-El secreto de la flor de oro-

mandala simbolizando el el secreto de la flor de oro

El secreto de la flor de oro, una búsqueda interior

Cuenta Carl Jung en sus memorias que siempre se sintió interesado por la filosofía oriental. Fue alrededor de 1920 cuando empezó a experimentar con el I Ching, profundizando casi sin darse cuenta en esa sapiencia ancestral, en ese lenguaje figurativo y en aquellas tradiciones orientales que tanto lo cautivaban. Fue precisamente en esos años cuando conoció a  Richard Wilhelm, eminente sinólogo, teólogo y misionero alemán, especializado sobre todo en traducir obras del chino al alemán.

La idea de traducir el libro de La flor de oro partió de ahí, tras un primer encuentro en la “Escuela de la Sabiduría” y más tarde en el club de psicología. En 1923 la obra salió a la luz con el prólogo y comentarios de Jung. En 1931 Carl Baynes la tradujo al inglés y no tardó en dar la vuelta al mundo para convertirse de algún modo, en ese libro que muchos tenían en la cabecera de la cama y que hablaba sobre el yoga chino. Sin embargo ¿habla realmente el  secreto de la flor de oro solo de yoga y meditación? En absoluto.

La importancia de desarrollar nuestra flor de oro particular

El título original del libro venía a decir algo así como “Instrucciones para desarrollar la flor de oro”. Para entender el propósito de este libro debemos saber primero qué es la flor de oro.

  • La flor de oro es una metáfora, pero una metáfora que hace referencia a un tipo de alquimia, a una transformación interna.
  • La filosofía taoísta afirma que existe una energía espiritual que nos trasciende a todos. Una luz que simboliza nuestra conciencia.
  • Para despertar esa luz o a nuestra flor de oro, debemos llevar a cabo una serie de meditaciones y ejercicios que en el propio texto original, denominan como alquimia energética.
  • Esos ejercicios continuados nos permitirán poco a poco, concentrar nuestra luz y conformar (hacer germinar) la flor dorada.  
Carl Jung, y el libro del secreto de la flor de oro

Es muy posible que desde nuestra visión occidental, todos estos principios enunciados en el secreto de la flor de oro, nos parezcan algo lejanos y hasta extraños. Sin embargo, pongámonos durante un momento, en aquello que llamó la atención de Carl Jung. En ese matiz que como psiquiatra y pionero en la psicología analítica, lo cautivó durante gran parte de su vida: la flor de oro nos obliga a dejar a un lado nuestra mente ocupada y condicionada por la sociedad, para alcanzar una mente más elevada, libre, creativa y hasta celestial.

La luz siempre se está filtrando en nuestros vórtices. Nuestra conciencia se derrama a nuestro alrededor en todo aquello que deseamos, en lo que soñamos o en lo que nos rodea. Debemos enfocar nuestra mente hacia el interior para permitir que germine la flor dorada y despertar la conciencia.

Calmar la mente para abrir el corazón

Llegados a este punto muchos de nuestros lectores se harán una pregunta más que evidente. ¿Qué tipo de alquimia/meditación debo llevar a cabo para alcanzar esa luz que se describe en el Secreto de la flor de oro? La respuesta reside en algo que en apariencia puede ser sencillo pero que requiere de una gran dedicación, práctica y voluntad: debemos aprender a calmar la mente para abrir el corazón.

  • Podemos empezar preguntándonos quiénes somos. Probablemente, tras esa pregunta y casi sin darnos cuenta visualizaremos nuestro rostro. Sin embargo, lo que define aquello que somos no es nuestro cuerpo: son los pensamientos. Y lo más probable, es que estos hablen demasiado, nos cuenten mentiras y nos hagan creer cosas que no son ciertas. Así que lo mejor es silenciarlos.
  • Para calmar ese rumor de pensamientos, practicaremos la respiración profunda, para que poco a poco, nuestro interior se silencie. Esto es algo que no lograremos en un día o en una semana. Calmar la mente exige tiempo.
  • Cuando alcancemos el silencio interno, llegará la reflexión. Y en ese instante, tomaremos contacto con el espíritu de nuestro corazón, con ese pedestal donde se sitúa la conciencia y con quien trabajar de forma regular.
Persona haciendo meditación simbolizando el el secreto de la flor de oro

El secreto de la flor de oro se basa en practicar la meditación de forma regular. En algún momento, cuando esa cuidadosa labor despoje una a una todas esas capas que han atrapado y condicionado nuestra mente, visualizaremos un mandala. Una figura donde se contiene ese símbolo alquímico resplandeciente que nos liberará por completo: la flor dorada.


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