El uso del humor en terapia

Como terapeuta ¿utilizas el humor como estrategia terapéutica? Es un recurso muy socorrido, pero sobre todo a los nuevos terapeutas puede suscitarles cierto miedo. Aquí te contaremos los beneficios, riesgos y precauciones para el uso del humor en terapia.
El uso del humor en terapia
Cristina Girod de la Malla

Escrito y verificado por la psicóloga Cristina Girod de la Malla.

Última actualización: 20 febrero, 2021

Dentro del proceso de la psicoterapia se pueden utilizar múltiples recursos que facilitan la conexión entre cliente (o paciente) y terapeuta. Entre ellas se encuentra el uso del humor. Tan temido por los nuevos -y no tan nuevos- terapeutas, como socorrido aunque, eso sí, no libre de peligros.

¿Y si la persona siente que me estoy riendo de ella? ¿Y si se malinterpreta lo que he querido transmitirle? Estos son miedos y preocupaciones muy comunes. Por ello, en este artículo vamos a presentar lo que es el “humor que ayuda”, cuáles son las formas adecuadas de usarlo y qué riegos se pueden correr al hacer uso del mismo.

Antes de nada… ¿quién fue el pionero en el uso de esta técnica?

Albert Ellis fue el creador de la terapia racional emotiva conductual (TREC). Fue el precursor de la introducción de las técnicas humorísticas en la psicoterapia. Estas tienen como objetivo reducir el dramatismo y la seriedad que el paciente otorga a los hechos y las exigencias rígidas que se dirige a sí mismo, a los demás y al mundo.

Ellis afirma que usar el humor en terapia ayuda a aceptar la realidad y sus imperfecciones, a reducir la disparidad entre los roles del cliente y del terapeuta, a promover la autoaceptación y a enseñar técnicas de afrontamiento basadas en el humor, además de para remediar la baja tolerancia a la frustración.

Paciente riéndose

¿Qué es el humor terapéutico o “humor que ayuda”?

Llamamos humor a aquello que tiende a provocar risa, sonrisa o sensación subjetiva de diversión. Generalmente se considera que el humor es una emoción positiva universal que genera una sensación y una respuesta afectiva de alegría y felicidad. Sin embargo, cada persona tiene su propio -y único- sentido del humor.

El humor tiene efectos beneficiosos sobre la salud, actuando como prevención de factores de riesgo y como complemento dentro del tratamiento de diferentes enfermedades oncológicas, psiquiátricas, reumatológicas, en cuidados pre y postoperatorios…

A nivel físico, la risa contribuye a la relajación y estimula el sistema inmunitario, incrementando la actividad de las células natural killer. Además, disminuye la respuesta alérgica del organismo, facilita la digestión y aumenta los movimientos peristálticos intestinales, lo que, a su vez es un protector para el estreñimiento.

Entre los beneficios psicológicos y emocionales asociados a la risa y al humor terapéutico, encontramos que estos liberan endorfinas, que generan sensación de placer y ayuda a mantener la mente en el aquí y el ahora.

Además, reduce los niveles de estrés, disminuyendo el nivel de cortisol y aumentando los niveles de dopamina y serotonina, y facilita la resolución de problemas. Otro de los beneficios del uso del humor es que mejora las relaciones interpersonales.

¿Cómo y cuándo usar el humor en terapia?

El humor se puede usar en terapia tanto de forma espontánea y genuina como de forma más intencionada, mediante chistes, parafraseo, reducción al absurdo… Es cierto que sería conveniente tener unas mínimas habilidades humorísticas y tener una mente ágil, ocurrente y creativa, además de ser espontáneo. Aunque esto, como todo, puede entrenarse.

Parece ser, además, que en el éxito del uso de las técnicas humorísticas influye más el nivel de habilidad y de madurez, que los años de experiencia. ¡Buenas noticias para compañeros terapeutas recién salidos del cascarón!

En la corriente cognitivo-conductual existen diferentes técnicas dentro de las cuales se pueden incluir estas técnicas humorísticas. Se puede usar en ejercicios de role playing, en técnicas de imaginación y de relajación o como recurso de reestructuración cognitiva.

Es útil también durante el proceso de psicoeducación y como respuesta incompatible con la ansiedad en un proceso de desensibilización sistemática. Otro de los posibles usos del humor es emplearlo como forma de reforzamiento.

Precauciones y peligros

El uso del humor no está exento de peligros, por lo que se deben tomar una serie de precauciones. Se debe elegir el momento adecuado para introducirlo. En este sentido, parece ser más beneficioso su uso a mitad y final de terapia y evitarlo en las primeras sesiones. De lo contrario, el terapeuta puede parecer poco profesional o insensible al problema del cliente.

La reacción del terapeuta ante el humor del cliente también ha de ser cuidada. Esta debe ser genuina. Deben evitarse la risa por compromiso, o por compasión, la competición por superar la broma del cliente o intentar extraer tendencias patológicas de la broma del cliente.

Por otra parte, se debe valorar la opinión de los clientes sobre el uso del humor. Esto se realiza mediante la observación de los efectos que genera el uso del humor en los clientes (para observar su receptividad), mediante la observación de la capacidad del cliente para reírse de sí mismo.

Debemos tener en cuenta que el humor también puede generar efectos negativos en el cliente, sobre todo si se usa de manera inadecuada. El humor que daña es aquel que humilla, desaprueba, invalida o mina la autoestima, inteligencia, o bienestar del cliente.

Por su parte, Ellis advierte que, en ocasiones, una broma del terapeuta puede ser percibida por el cliente como un ataque hacia su persona en vez de hacia sus creencias irracionales. O puede hacer que la terapia parezca demasiado sencilla cuando en realidad requiere que el cliente trabaje y practique.

Entrenamiento en el uso del humor

En ocasiones puede ser necesario realizar (nosotros, terapeutas) un entrenamiento formal en humor. Este debería incluir modelado y refuerzo de las conductas humorísticas entrenadas, entrenamiento en diferentes técnicas humorísticas y entrenamiento en aumento de la receptividad del terapeuta al uso del humor por parte del cliente.

Existen diferentes programas de entrenamiento como la Técnica de la Situación Humorística Imaginada (HIST), de Prerost o el Entrenamiento en Inmersión al Humor, de Salameh.

Psicóloga en terapia

Sí al humor desde el respeto

A pesar de que el humor pueda resultad intimidante por los peligros de su uso inadecuado, siempre y cuando este se adapte al estilo del cliente, a su estado emocional, se use desde el respeto y sea genuino, el humor es una técnica muy eficaz dentro de la terapia.

“La psicopatología consiste en tomar demasiado en serio no sólo la vida, sino también a nosotros mismos […] concluyendo que es trágico cuando nuestros deseos se ven frustrados o aplazados[…] De aquí se deduce que una de las finalidades más importante de la psicoterapia es socavar la excesiva seriedad de las personas”.

-Albert Ellis-


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