El valor del arrepentimiento
¿Cuál es el valor del arrepentimiento? Vayamos por partes: Todos los días experimentamos emociones bien conocidas: alegría, celos, tristeza, dolor, etc. Sin embargo, otorgamos menor reconocimiento al arrepentimiento. ¿Por qué y para qué arrepentirse?
El pasado se queda en el pasado, y es imposible cambiar las cosas que hicimos o que dejamos de hacer, lo que dijimos a los seres queridos o aquellas cosas de las que omitimos hablar. Tal como dice un dicho popular “El hubiera no existe”, así que no vale la pena gastar energía con las miradas retrospectivas. Sin embargo, están ahí y, a veces nos martirizan demasiado.
El valor del arrepentimiento
En una lógica del tiempo lineal el arrepentimiento es inútil, pues nunca podremos regresar al pasado y modificar la realidad y el curso de las cosas que de ésta se desprende. Sin embargo, si somos un poco más observadores, nos daremos cuenta del valor del arrepentimiento, que tiene un rol importante. No únicamente en relación al pasado, también en nuestro presente y a nuestro futuro. En realidad, es ese su gran aporte para nuestras vidas.
Nuestro cerebro construye estructuras emocionales sobre nuestras experiencias pasadas. Así que todas las acciones por las que nos arrepentimos se guardan en nuestra memoria. Por tanto, son parte de nuestra historia personal. Esa misma que nos permite tomar mejores decisiones cara al futuro.
El arrepentimiento forma parte de los mecanismos de nuestra mente. Aquella que nos permite decidir los cursos de acción con base en nuestra experiencia y, por supuesto, nuestra voluntad. Recordemos que, a diferencia de los animales, nuestro comportamiento no se guía exclusivamente por los instintos. Todas las experiencias de las cuales nos hemos arrepentido nos dejan una huella en la memoria, que nos orienta en futuras actuaciones.
El papel del arrepentimiento en la toma de decisiones
Todo esto es particularmente importante porque los seres humanos tenemos capacidad de imaginar el futuro, de planearlo, de construir escenarios para nuestras próximas acciones. En todos estos casos, la sensación de arrepentimiento está presente. En realidad, es esta la que nos hace elegir entre una y otra opción. Resulta imposible o por lo menos muy complejo, imaginar la vida humana sin arrepentimiento. La importancia de esta emoción queda manifiesta en el siguiente ejemplo:
Pensemos, si tuviésemos en nuestras manos décimos de lotería, y tuviésemos también cualquier otro objeto cotidiano, como un libro envuelto para regalo, del cual no conocemos el título, y estuviéramos cerca de muchos otros individuos quienes también tienen esos objetos. ¿Qué sería más fácil intercambiar con ellos? ¿Les cambiarías más fácilmente el décimo o el libro?
Evidentemente en la mayoría de los casos la respuesta sería el libro, pues sabemos que en caso de que el otro libro sea mejor que el que poseíamos antes, el arrepentimiento sería mínimo. Pero si cambiamos nuestro décimo por otro, y al final resulta que el décimo ganador es el que poseíamos al principio, entonces inmediatamente experimentaríamos un profundo pesar, una terrible sensación de arrepentimiento.
Este pequeño ejemplo pone manifiesto el papel del arrepentimiento en las decisiones de los individuos y la forma en que éste impacta nuestros cursos de acción.
Por último, es importante señalar que cuanto más importantes sean las decisiones que tomamos en nuestras vidas, mayor repercusión tiene la posibilidad de un arrepentimiento a futuro, pues este es como una alerta que trata de evitar acciones que pueden convertirse en un error.
