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Resignificar las experiencias, esencial para la transformación
Resignificar las experiencias puede darnos la valentía para comenzar una gran metamorfosis. Poco a poco nos iremos reconstruyendo y superaremos las adversidades.

Todos alguna vez hemos sentido el deseo de cambiar las vivencias desagradables por otras que resulten un poco más placenteras. Desafortunadamente hablamos de algo que en ocasiones no podemos llevar a la realidad mediante conductas, pero si está en nuestras manos resignificar las experiencias.
La psicología nos ha enseñado cómo hacerlo a través de su acercamiento cognitivo, humanista e integral. Además, el psicoanálisis también nos ha mostrado caminos para la transformación.
A lo largo de este artículo te mostraremos de qué trata eso de resignificar las experiencias, cuáles han sido los aportes de la psicología, prestando especial atención a la corriente psicoanalítica. Además, explicaremos por qué se trata de un asunto transformador, cómo resignificar y cuáles son sus beneficios.
“Cuando ya no podemos cambiar la situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.
-Victor Frankl-
Resignificar las experiencias ¿en qué consiste?
Cuando hablamos de resignificar las experiencias nos referimos a otorgarles otro significado. Esto sirve para que veamos lo que sucedió desde otra perspectiva. Una que nos resulte menos angustiante y agotadora.
Por ejemplo, si vivimos algo que nos causó gran sufrimiento y dolor, lo podemos transformar pensando que nos ha servido como un gran aprendizaje. Entonces, al verlo de esta forma el sufrimiento disminuiría, lo que favorece que nos armemos de valor para seguir adelante.
Cada una de nuestras experiencias la asociamos a una emoción, y el significado que le damos a la experiencia va a estar asociado a ella. Entonces, el darle otro significado va a hacer que nos centremos en otra emoción; por ejemplo, podemos pasar de tristeza a alegría; la idea es que la transformación resulte ser asertiva.
Aportes de diversas disciplinas
La psicología tiene, entre otros objetivos, estudiar nuestros comportamientos, pensamientos y emociones. Desde sus diversas aproximaciones, ha generado aportes en cuanto a resignificar las experiencias, veamos:
- Psicología cognitiva. En terapia hay una teoría llamada la restructuración cognitiva, por la que el paciente con ayuda inicial del terapeuta identifica los aspectos en su vida que son desadaptativos. Una vez hecho, se sustituyen por unos que sean más apropiados. De esta manera, tal y como sugieren Bados López y García Grau en su artículo “La técnica de la restructuración cognitiva“, se disminuye la carga emocional.
- Psicología humanista. Cuenta con diversas ramas que se centran en las potencialidades del ser humano. Una de ellas es la logoterapia, cuyo principio básico es otorgarle sentido a la vida. Es decir, propone que todos somos capaces de encontrar un sentido que nos ayude a sobreponernos a las adversidades.
- Psicoanálisis. Ayuda a resignificar la propia vida. Esto a partir de entrar en lo más profundo de nuestro ser, darnos cuenta de los aspectos inconscientes, las resistencias y los mecanismos de defensa con que contamos. Es una forma de transformación, ya que vemos todo desde otra óptica.
- Psicología integral. Nos ofrece un camino para resignificar las experiencias. A partir de la expansión de la consciencia, la espiritualidad y un enfoque abrazador; nos lleva a descubrir qué hay más allá de nosotros.
Cada una de estas ramas se acerca a las profundidades del ser para resignificar las experiencias. Es decir, todas parten del autoconocimiento, porque estando cerca de nosotros y explorándonos podremos encontrar el camino hacia la transformación.
Ahora bien, no siempre podemos solos. Hay situaciones que se nos escapan de las manos; bien porque sean muy traumáticas o porque nos produzcan una alegría que nos desborde. En estos momentos es importante pedir ayuda.
“Nuestros complejos son la fuente de nuestra debilidad, pero con frecuencia son también la fuente de nuestra fuerza”.
-Sigmund Freud-
¿Cómo resignificar las experiencias?
Te hacemos diferentes propuestas:
- Autoconócete.
- Valórate.
- Piensa qué te está resultando tóxico y cómo podrías cambiarlo.
- Establece límites.
- Haz una lista de prioridades para darte cuenta qué emoción y experiencia hace que te estanques.
- Aprende a gestionar tus emociones.
- Date tiempo.
- Pide ayuda.
Aunque sea sencilla la exposición, no es un camino fácil. Además, buena parte de su complejidad vendrá de una demanda: la de caminar por senderos nunca transitados; así, tendremos que perdernos y encontrarnos más de una vez.
Beneficios de resignificar las experiencias
Resignificar las experiencias nos trae grandes ventajas. Veamos algunas de ellas:
- Liberar tensiones.
- Mayor autoconocimiento.
- Incrementa nuestro autoestima.
- Mayor gestión emocional.
- Mayor asertividad en la interacción con los demás.
- Nos hacemos cargo de nosotros.
- Generamos resiliencia.
Resignificar las experiencias es esencial para la transformación. Podemos elegir ser quienes hacen una metamorfosis o quienes se quedan en la queja y en la resignación y no echan sus alas a volar.
Seamos valientes para explorarnos, en nuestras profundidades encontraremos un sentido que nos haga anclarnos a la vida con mayor motivación y asertividad. Hagamos de la resiliencia la habilidad que tomemos por bandera para afrontar las dificultades venideras. Resignifiquemos las experiencias para sanar, y para seguir adelante.
Licenciada en Psicología por la Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia (2015). Máster de Psicoanálisis clínico (2016) y Máster en Neurociencias (2018) por la Universidad de Salamanca.
Ha publicado un artículo científico y es coautora del libro «Psicología cultural: arte, educación, trabajo» (en proceso de publicación). Ha participado en congresos de neurociencias. Además, se ha desempeñado como psicóloga clínica y docente tanto en Colombia como en España. Ha estado trabajando en la investigación sobre la conexión entre el arte y la psicología. Actualmente, es docente de psicología y neurociencias en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, psicoterapeuta y redactora de contenidos. Además, hace el programa de doctorado en Neurociencias en la Universidad de Salamanca, donde investiga la relación de la Enfermedad de Alzheimer con el olfato. Número de colegiado: 172758