La esquizofrenia y las adicciones: ¿cómo se relacionan?
La esquizofrenia y las adicciones son dos patologías que pueden llegar a relacionarse, haciendo que la interacción de las dos tenga un impacto devastador sobre la vida de la persona. La presencia de las dos no es una buena noticia para el paciente y para sus cuidadores o familiares, pues a los problemas ocasionados por una enfermedad se le añaden los de la otra.
Antes de explorar la relación que puede existir entre la esquizofrenia y las adicciones, es pertinente entender qué son y cuáles son sus principales síntomas.
¿Qué es la esquizofrenia?
La palabra esquizofrenia viene de la conjunción de dos palabras griegas: schizein (escindir, dividir) y phrēn (mente, razón, entendimiento). De manera breve, se podría afirmar que es la escisión de la mente. El sujeto escindido parece estar en un mundo diferente, no tiene un apego fuerte a la realidad y vive acorde a lo que experimenta (Padín, 2012).
La esquizofrenia es una enfermedad mental que afecta a la manera en que la persona piensa, siente y actúa. Se caracteriza por tres tipos de síntomas: positivos, negativos y desorganizados.
Síntomas positivos
- Ideas delirantes.
- Alucinaciones.
- Comportamiento catatónico.
Síntomas negativos
- Aplanamiento afectivo.
- Abulia.
- Anhedonia.
- Alogía.
Síntomas desorganizados
- Lenguaje desorganizado.
- Comportamiento desorganizado.
- Afecto inapropiado.
¿Qué son las adicciones?
Las adicciones se pueden entender como un patrón patológico de dependencia ante sustancias o actividades peligrosas para la salud física y mental. Sussman y Sussman (2011) proponen que toda adicción, ya sea a sustancias o a comportamientos, conlleva los siguientes síntomas:
- Dependencia a las consecuencias reforzantes de la adicción.
- Preocupación, pensamientos excesivos y deseo de realizar el comportamiento adictivo o de consumir.
- Saciedad temporal o tolerancia.
- Pérdida de control.
- Dificultad en detener o evitar el consumo o conducta adictiva, a pesar de la existencia de consecuencias negativas.
¿Cómo se relacionan la esquizofrenia y las adicciones?
La relación entre la esquizofrenia y las adicciones se sustenta a través de varios aspectos. Son los siguientes:
Prevalencias entre la esquizofrenia y las adicciones
En términos de prevalencia, se estima que el 47 % de personas con esquizofrenia presentan un trastorno por abuso de sustancias a lo largo de su vida (Mueser, Bennett y Kushner, 1995). Además, entre el 50 % y el 60 % de los varones esquizofrénicos tienen algún tipo de adicción a las drogas o al alcohol (Dixon et al., 1990).
Entre las personas esquizofrénicas consumidoras de droga, el alcohol es una de las sustancias de mayor abuso, junto al tabaco. De acuerdo con Aznar et al. (2020), en un estudio que realizaron en Madrid, evidenciaron que el 29,5 % de pacientes diagnosticados con esquizofrenia consumían alcohol. Esta cifra solo era superada por el consumo de tabaco, que fue del 69,8 %.
La prevalencia del tabaquismo en la salud mental es elevada, se presenta en alrededor del 90 % de esquizofrénicos y en un 45-70 % en pacientes con otras patologías mentales, frente al 25-30 % de la población general (Aznar et al., 2020). Estos hábitos poco saludables y patológicos incrementan el riesgo de padecer otras enfermedades que pueden afectar no solo el bienestar del paciente, sino también al de su familia.
Explicaciones sobre la relación entre la esquizofrenia y las adicciones
Aún no se conoce de manera precisa cómo se vinculan la esquizofrenia y las adicciones, pero sí contamos con algunos modelos que nos pueden ayudar a entenderlo:
El modelo de diátesis-estrés
Este modelo explicativo plantea que la esquizofrenia es producto de una vulnerabilidad neurobiológica que es explotada por factores ambientales estresantes. Es decir, la persona nace con una predisposición biológica para la patología, pero el ambiente es el que de alguna manera enciende la mecha para que la persona la desarrolle.
Las personas con esquizofrenia tienen un mayor riesgo de trastorno por uso de sustancias debido a los efectos acumulativos del funcionamiento cognitivo, social, educativo y vocacional deficiente, en presencia de pobreza, victimización y entornos sociales desviados (Mueser, como se citó en Khokhar, 2018).
La hipótesis de la automedicación
Esta hipótesis sostiene que los pacientes esquizofrénicos llegan al consumo de sustancias como una manera de paliar los síntomas de su enfermedad o disminuir los efectos secundarios del tratamiento antipsicótico.
La persona intenta buscar una solución a los problemas de su condición y se automedica tratamientos que no son efectivos y que con el tiempo pueden terminar empeorando la patología.
Hipótesis biológica
Esta hipótesis sugiere que tanto la esquizofrenia como el consumo de sustancias comparten una fisiopatología común en los circuitos neuronales. El abuso de sustancias puede estar relacionado con una disfunción del circuito de recompensa cerebral en pacientes con esquizofrenia (Khokhar, 2018).
Se reconoce que los sistemas de neurotransmisión de dopamina están generalmente implicados en la aparición tanto de la esquizofrenia como de la conducta adictiva y en la génesis y manteniendo del deseo en estas últimas (Batel, 2000).
Una relación de carácter biopsicosocial
La relación entre la esquizofrenia y las adicciones es de carácter biopsicosocial. En el producto de la interacción median factores biológicos, como los sistemas de recompensa y dopaminérgicos del cerebro, factores ambientales que someten al paciente a situaciones estresantes y factores psicológicos relacionados con el funcionamiento cognitivo de la persona.
Así, las consecuencias de la interacción entre ambas patologías es esquiva a una visión de lo que sería la suma individual de efectos. Dicho de otra manera, no estaríamos ante un cuadro clínico que se ajustara perfectamente a la unión de los dos. Lo mismo pasa con la intervención, la interacción demanda que implementemos estrategias complementarias a las que propondríamos aglutinando las que plantearíamos para las dos entidades clínicas cuando se presentan en solitario.
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- Aznar, S., Higueras, S., Buil, S., Fuentes, T. y Asín, P. (2020). Esquizofrenia: cómo afecta el consumo de drogas y el estrés. Revista Ocronos, 3 (4). https://revistamedica.com/esquizofrenia-consumo-de-drogas-estres/
- Batel, P. (2000). Addiction and schizophrenia. European Psychiatry, 15(2), 115-122.
- Dixon, L., Haas, G., Weiden, P., Sweeney, J., y Frances, A. (1990). Acute effects of drug abuse in schizophrenic patients: clinical observations and patients' self-reports. Schizophrenia bulletin, 16(1), 69-79.
- Khokhar, J. Y., Dwiel, L. L., Henricks, A. M., Doucette, W. T. y Green, A. I. (2018). The link between schizophrenia and substance use disorder: A unifying hypothesis. Schizophrenia research, 194, 78-85.
- Mueser, K. T., Bennett, M., y Kushner, M. G. (1995). Epidemiology of substance use disorders among persons with chronic mental illnesses. In A. F. Lehman y L. B. Dixon (Eds.), Double jeopardy: Chronic mental illness and substance use disorders(pp. 9–25). Harwood Academic Publishers/Gordon.
- Padín, G. A. (2012). Esquizofrenia. Cuadernos del Tomás, (4), 151-172
- Sussman, S. y Sussman, A. N. (2011). Considering the definition of addiction. International journal of environmental research and public health, 8(10), 4025-4038.