El experimento de Philip y la percepción de fantasmas
El experimento de Philip es uno de los más interesantes de la historia, no tanto por las luces que arrojó, como por las dudas que ha suscitado. Fue una prueba de parapsicología, destinada a explorar la comunicación con fantasmas. Lo que sucedió en este caso aún es motivo de debate.
Pese a los fascinantes resultados del experimento de Philip, lo cierto es que quedó en la historia como una prueba aislada a la que no se le dio continuidad. Tampoco se corroboraron o se echaron por tierra los hallazgos de forma contundente.
Es una lástima que haya sido así, ya que tiene que ver con un tema con el que la humanidad ha convivido desde el comienzo de los tiempos: los fantasmas.
Hasta el momento, no existe ninguna evidencia de que los fantasmas existan. Aceptarlo sería también validar la tesis de la mayoría de las religiones que hablan acerca de un “alma” o “espíritu”, el cual sigue existiendo después de la muerte física. ¿Qué aportó al respecto el experimento de Philip? Veamos.
“Un fantasma es una emoción totalmente deformada, condenada a repetirse una y otra vez hasta reparar la injusticia cometida”.
-Daniel Kash-
El experimento de Philip
El autor del experimento de Philip fue el doctor Alan Robert George Owen, un matemático y genetista muy prestigioso. Es importante anotar que, pese a ser un científico, Owen creía en los fenómenos paranormales antes de iniciar el experimento. Quizás por esa doble condición de científico y creyente, quiso someter a prueba sus ideas.
Owen conformó un grupo, supuestamente con el objetivo de demostrar que los fantasmas eran una creación de la mente humana. Los integrantes eran su propia esposa, Iris Owen; Margaret Sparrow, presidente de MENSA, una organización que promueve a personas de elevado coeficiente intelectual; Andi H., un diseñador industrial, y su esposa Lorne; Al Peacock, ingeniero de calefacción; las contables Berenice M. y Dorothy O’Donnel; y Sidney K., un estudiante de sociología.
La primera parte del experimento de Philip consistió en crear un personaje de ficción. Partieron de tiempos y lugares reales, pero todo lo demás era inventado. Llamaron a este personaje Philip Aylesford, nacido en Inglaterra en 1624, militar y nombrado caballero a los 16 años. Deliberadamente, su historia contenía contradicciones.
Philip Aylesford y el experimento
Los integrantes del grupo diseñaron la historia de Philip Aylesford y hasta un retrato de él. Señalaron que se había casado con una mujer llamada Dorotea, hija de un noble y caracterizada por su frialdad. El hombre participó en la Guerra Civil Inglesa y había fungido como espía de Carlos II. Sin embargo, su matrimonio era muy infeliz.
En una ocasión, pasó por un campamento gitano y vio allí a una joven de profundos ojos negros. Philip se enamoró de ella y los dos iniciaron un apasionado romance. La llevó a vivir con él en un sitio secreto, pero esto no impidió que su esposa se enterara del romance.
En venganza, Dorotea acusó a la joven gitana de brujería y Philip no tuvo suficiente valor para defenderla. Así que la chica fue condenada a morir en la hoguera. Tras su muerte, el hombre entró en un estado de desesperación. Al final se había suicidado, cercado por los remordimientos.
Sucesos extraordinarios
En septiembre de 1972 comenzaron las sesiones “espiritistas” en el experimento de Philip. El grupo invocaba su fantasma, de forma sistemática. Todos se concentraban para que este se manifestara, pero durante casi un año no ocurrió nada. Alguien les sugirió que hicieran las sesiones con la luz apagada y entonces las cosas cambiaron.
Al principio algunos dijeron “sentir” una presencia en la habitación. Luego comenzaron a sentir ráfagas de viento y susurros en el oído. También empezaron a escuchar golpes sobre la mesa y establecieron una comunicación con esa “presencia”, en la que un golpe era “sí” y dos golpes “no”. Desde entonces los fenómenos paranormales se sucedieron.
De los sonidos y las ráfagas de viento se pasó a movimientos de objetos. La mesa donde hacían las sesiones en una ocasión quedó suspendida sobre una sola pata o se movió por el salón sin fuerza aparente que la empujara. Además, las luces se encendían y apagaban. Se dice que Owen grabó estos hechos en video, pero no se conoce este material públicamente.
El experimento de Philip continuó y luego el mismo grupo hizo otros similares. El psicólogo Joel Whitton, que había acompañado la experiencia desde el comienzo como observador, concluyó que todo había sido provocado por los integrantes del grupo. A su juicio, tuvieron una regresión colectiva a etapas infantiles. Al respecto se publicaron varios libros y dos películas.
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- Ball, P. (2016).
- El peligroso encanto de lo invisible
- . Turner.
- Iris Owen (1976).
- Conjurando a Philip: una aventura en psicoquinesis
- . Nueva York: Harper & Row.
- ISBN
- 0060132795
- «What is parapsychology? - The Parapsychological Association»
- parapsych.org
- . Consultado el 15 de abril de 2021