Fingir orgasmos: causas y consecuencias según la ciencia
Fingir orgasmos. ¿Por qué lo hacemos? ¿Para no herir a la pareja? ¿Para que el acto sexual acabe rápido? Estas son solo algunas de las causas que establecieron dos estudios realizados en 2010 y 2011, y que comentaremos a continuación. Además, también mencionaremos algunas de las posibles consecuencias de fingir orgasmos.
Fingir orgasmos: ¿a qué se debe?
¿Qué causas nos llevan a fingir orgasmos? A la hora de seleccionarlas, nos hemos basado en un estudio del 2010, titulado Men’s and women reports of pretending orgasm y publicado en el Journal of Sex Research, que indagó en las diferentes causas que llevan a algunas personas a fingir orgasmos.
También en otro estudio, esta vez del 2011, titulado Do Women Pretend Orgasm to Retain a Mate? y liderado por Farnaz Kaighobadi. ¿Qué nos lleva a fingir placer durante el acto sexual?
No herir los sentimientos de la pareja
Una de las posibles causas que lleva a algunas personas a fingir orgasmos es el deseo de no herir los sentimientos de la pareja.
Esto se da, en realidad, debido a la importancia que le otorgamos muchas veces a los orgasmos. Parece como si, por el hecho de no llegar al clímax sexual, la relación no fuera satisfactoria, y esto no tiene por qué ser así.
Acabar rápido el acto sexual
Otra de las posibles causas de fingir orgasmos, según los estudios mencionados, es el deseo de acabar rápido la relación sexual. A veces, por diferentes razones, sobre todo las mujeres, desean que esta acabe; ya sea por cansancio, porque no se está disfrutando, por sueño, por falta de ganas…
Aunque suene frío, así, fingiendo, es más probable que la pareja llegue al orgasmo y que por lo tanto se termine el acto sexual (y más si nosotras también “llegamos” al orgasmo, aunque este sea fingido).
Mantener la relación
Otra posible razón de fingir orgasmos es el deseo de mantener la relación y de evitar que la pareja sea infiel. Así lo afirma el estudio del 2011 mencionado. Es decir, a través de fingir el orgasmo, buscaríamos el disfrute de nuestra pareja durante las relaciones sexuales con nosotros, y así evitar que se rompiera la relación.
Pero es importante saber que fingir no soluciona el problema si estamos en una relación que realmente no nos satisface. Porque, si lo piensas bien, ¿crees que estando bien con alguien tendrías la necesidad de fingir? Por otro lado, una cosa es hacerlo de forma puntual, y la otra muy distinta es que sea lo habitual.
Consecuencias de fingir orgasmos
Una de las consecuencias de fingir orgasmos es que, por ejemplo, el hecho de asociar el orgasmo como el final de la relación sexual (cuando fingimos porque queremos que el acto “termine” rápido) acaba haciendo que nuestra mente haga esta asociación sistemáticamente.
Y, ¿por qué el acto sexual tiene que terminar siempre en orgasmo? Es una presión añadida que nos ponemos. Por otro lado, fingir orgasmos puede acabar deteriorando nuestra relación de pareja, debido a la poca confianza con la pareja y a la insatisfacción personal a la que nos vemos sometidos inevitablemente.
Y, además, puede hacer que dejemos de disfrutar de las relaciones sexuales, queriendo siempre que “se acaben rápido”. Es como si nuestra mente asociara el sexo con el fingir (sobre todo, si fingimos de forma recurrente, si nos acostumbramos a ello).
¿Algo universal?
Y otra afirmación importante en relación a esta tema la hace la psicóloga Gigi Engle, que asegura que “una vez que empiezas a fingir es difícil parar, y es algo universal, sucede en todas partes del mundo. La triste verdad es que el sexo no se enseña de forma igualitaria”.
“Históricamente, el sexo está pensado para dar placer a los hombres heterosexuales cisgénero, mientras que las mujeres son solo el ‘billete’, por decirlo de algún modo, para conseguirlo”.
-Gigi Engle-
Fingir orgasmos: ¿una práctica de mujeres?
Fingir orgasmos es una práctica más habitual de lo que pensamos, sobre todo entre las mujeres (además, los hombres lo tienen más difícil a la hora de “fingir”, debido a la necesidad de erección durante la penetración y a la consiguiente eyaculación, mucho más evidente que en las mujeres).
Esta tendencia, más frecuente entre las mujeres que entre los hombres, también la menciona Jesús E. Rodríguez, director del Instituto Sexológico Murciano, con estas palabras: “la tendencia dominante indica que son las mujeres las que más fingen, con porcentajes cercanos o superiores al 50 %“. Sin embargo, Jesús también explica que, en los últimos años, se observa que el porcentaje de hombres ha aumentado exponencialmente.
Pero, ¿realmente nos beneficia esta práctica? Quizás el quid de la cuestión sea reflexionar qué nos está llevando a fingir, y no tanto juzgarnos por ello; permitirnos esa acción, pero reflexionar sobre el camino que nos ha llevado a ella.
Si sientes que tienes la necesidad de fingir orgasmos, ya sea con tu pareja afectiva, con tu pareja sexual o en relaciones más esporádicas, pedir ayuda profesional de un sexólogo puede resultar beneficioso. La terapia de pareja también puede estar indicada en algunos casos.
Por otro lado, en el caso de que esto nos ocurra en pareja, también será importante expresarle cómo nos sentimos y qué necesitamos, sin tapujos ni tabúes.
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