Fracasar en el amor, ¿por qué tengo tan mala suerte?
Muchas personas se sienten unas verdaderas fracasadas en el amor. Siempre terminan manteniendo relaciones desastrosas, que les hacen mucho daño y que aumentan su desconfianza con respecto a las relaciones de pareja. Cuando… no es posible fracasar en el amor, lo que sucede es que se elige a la persona, circunstancias o momentos equivocados.
Cuando nos enamoramos de alguien, en muchas ocasiones lo hacemos por similitud familiar. Esto quiere decir que nos fijamos en personas que se parecen a nuestro padre o a nuestra madre.
¿Por qué alguien que ha tenido un padre o madre ausente tiene parejas que siempre están trabajando por ejemplo? Porque es lo que ha identificado con el amor, aunque sea doloroso admitirlo.
Sin embargo, esto no siempre es así. A veces, lo que ocurre es que no nos damos tiempo para conocer a la otra persona y comprobar si nuestros gustos coinciden, si somos correspondidos de la misma manera o si la posible pareja quiere o no comprometerse en nuestra misma medida. Nuestras expectativas suelen jugarnos, en ocasiones, malas pasadas.
La inseguridad como principal motivo de fracasar en el amor
El miedo a quedarnos solos (sin pareja) o el temor a que nadie nos desee o nos quiera puede hacer que comencemos a actuar de una manera desesperada. Hace, por ejemplo, que nos hagamos varios perfiles en diferentes aplicaciones para ligar, que cada vez que vamos al supermercado o al banco y una persona es amable con nosotros pensemos “esta es mi oportunidad”. Mientras derivamos nuestros pensamientos por este camino, nos olvidamos de lo más importante, nosotros mismos.
El artículo Dependencia emocional en las relaciones de pareja como Síndrome de Artemisa: modelo explicativo enumera varias creencias como potenciales generadoras de esa inseguridad que hace que salgamos de una relación y nos sumerjamos en otras que no nos satisfacen.
No sabemos lo que queremos ni si nos gusta de verdad… Lo único que nos importa es calmar esa inseguridad que hace que en nuestra mente se arremolinen pensamientos obsesivos que nos generan ansiedad. Esto solo nos llevará al mismo resultado de siempre: fracasar en el amor.
“La perpetua búsqueda de la seguridad parece solo haber engendrado una inseguridad crónica”.
-David Held-
No definir el tipo de relación que queremos
El amor surge sin más, los polos opuestos se atraen o fue amor a primera vista… Todas estas frases forman parte de las creencias ya mencionadas y que por norma nos conducen a relaciones fallidas. Porque, al igual que pensamos muy bien qué queremos estudiar, a qué deseamos dedicarnos o si nos conviene mudarnos a otro lugar, es bueno hacer lo mismo con las relaciones de pareja.
¿Verdad que no elegimos a nuestros amigos al azar? Esperamos que coincidan nuestros gustos para poder hacer planes juntos, pensar de una manera parecida para que no predominen las discusiones o estar en un momento vital parecido para estar en sintonía; pues, con la elección de nuestras relaciones de pareja, igual.
- ¿De verdad buscamos una relación? A veces, lo único que queremos puede ser una “satisfacción rápida”, como apunta el artículo Comprensiones sobre pareja en la actualidad: jóvenes en busca de estabilidad, o disfrutar de nuestra soledad.
- ¿Qué no toleraríamos en nuestra pareja? Puede ser fumar, beber alcohol o que sea una persona fanática de algún deporte. No debemos juzgarnos al responder a esta pregunta. Para cada uno de nosotros la respuesta será diferente.
- ¿Qué esperamos del futuro? Vivir en una misma casa o que cada uno tenga la suya propia, tener hijos o no, mudarnos al extranjero… Todo esto determinará el tipo de persona con la que vayamos a tener una relación de pareja.
Nunca te conformes en las relaciones de pareja. Esto solo te generará hartazgo, decepción y aburrimiento con el paso del tiempo. Puedes elegir. Debes elegir bien.
Cuando no nos hacemos estas preguntas y no tenemos claro lo que esperamos de la otra persona, con el tiempo empiezan a surgir recriminaciones o tendemos a esperar que nuestra pareja cambie.
Para evitar esto, para no fracasar en el amor, es bueno tener claro qué queremos, de manera que sea más fácil construir relaciones que realmente nos vayan a aportar.
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- de Andrade, A. L., & Wachelke, J. (2011). La asociación de configuraciones estructurales de las relaciones románticas con las creencias sobre las relaciones de pareja: un estudio de las representaciones sociales. Anales de Psicología/Annals of Psychology, 27(3), 834-842.
- Irwin, D. E., & Price, T. (1999). Sexual imprinting, learning and speciation. Heredity, 82(4), 347-354.
- Piñuel, I. (2017). Las 5 trampas del amor: Por qué fracasan las relaciones y cómo evitarlo. La Esfera de los Libros.